Andrew, esto no es un juego, ¿entiendes? ¡Estás haciendo daño a personas!
Este pasado viernes llegó a nuestras carteleras ‘Chronicle’, una de las películas que más han gustado en Estados Unidos en lo (poco) que llevamos de año, un pequeño éxito sorpresa que desde su singular tráiler prometía aportar un enfoque diferente al manido tema de los superhéroes. No le quedaba otra. Partiendo de un escaso presupuesto, solo podía competir de esa forma en un mercado saturado por superproducciones, en un año en el que se estrenan la esperada reunión de los héroes de Marvel, ‘Los Vengadores’ (‘The Avengers’), el reinicio de las aventuras del hombre araña, ‘The Amazing Spider-Man’, y el final de la trilogía de Batman según Christopher Nolan, ‘El caballero oscuro: La leyenda renace’ (‘The Dark Knight Rises’). Sin una gran inversión para impresionantes efectos visuales ni estrellas en el reparto, solo puedes atraer al público asegurando que vas a ofrecerle una experiencia única, algo que no van a ver en otra película. Al menos, no este año.
‘Chronicle’ no es ninguna maravilla, ni siquiera una de las mejores películas que se han filmado sobre la figura del superhéroe, pero es, sin duda, un producto muy inteligente. El joven director Josh Trank demuestra talento y habilidad sacando un excelente partido a los 12 millones de dólares que al parecer ha costado su primer largometraje, donde no faltan las escenas espectaculares que uno espera encontrar en un relato donde los protagonistas poseen superpoderes. Y la clave es el punto de vista, esa vieja y necesaria herramienta cinematográfica de la que habla con maestría Alfred Hitchcock en su clásica entrevista con François Truffaut. Pero en lugar de hacerlo de una manera convencional, Trank apuesta por el cada vez más habitual recurso del “material encontrado” (“found footage”) y en lugar de esconder la cámara (de pretender que no está ahí) la incluye en la acción, siguiendo la estela de películas baratas y rentables como ‘El proyecto de la bruja de Blair’ (‘The Blair Witch Project’), ‘Paranormal Activity’, ‘[REC]’ o ‘Monstruoso’ (‘Cloverfield’). Así también se logra una apariencia de documental con el que se busca integrar mayor realismo en la acción. Casi 100 millones de dólares recaudados hasta el momento en todo el mundo demuestran que la decisión fue todo un acierto.
Max Landis (hijo de John Landis) firma el guion de ‘Chronicle’, escrito a partir de una historia ideada en colaboración con el director (posiblemente tras haber visto ‘Akira’). La historia se centra en tres adolescentes, tres estudiantes de instituto, cuya existencia cambia por completo tras entrar en contacto con “algo” luminoso de enigmática procedencia que les proporciona habilidades sobrehumanas. Poco a poco descubren que pueden mover objetos con la mente, que son mucho más resistentes físicamente o que pueden volar. Plasmar esto en pantalla, y hacerlo atractivo para el público, suele requerir una inversión importante, pero ahí es donde entran en juego los recursos de la cámara subjetiva y el “found footage”. No es necesario explotar visualmente la acción o los superpoderes, crear ruidosas secuencias donde la puesta en escena tiene en cuenta a todos los personajes mientras lucen sus habilidades o rompen cosas, solo hay que centrarse en lo que muestra el encuadre de una cámara integrada en la ficción. De esta manera, es posible que ni siquiera se esté enfocando el lugar más espectacular, pero el espectador puede intuirlo u oírlo. Es un aprovechamiento económico del fuera de campo.
Quizá el mayor problema de esta fórmula, en una película de estas características, con cámara en mano y mucho movimiento, es que te puedes cargar la vista de un buen número de espectadores. Personalmente no me pareció que la experiencia ‘Chronicle’ fuera tan mareante como ‘Cloverfield’, y eso que hay varias secuencias donde seguimos el vuelo o la caída de algún protagonista, pero sí aclaro que mi chica lo pasó fatal y estuvo a punto de marcharse de la sala. Ya me diréis si os pasó lo mismo. Narrativamente, lo más delicado de esta propuesta es hacer verosímil la presencia de la cámara dentro de la acción. Algo donde fallaba ‘Cloverfield’, mejor resuelto en ‘Paranormal Activity’. En ‘Chronicle’ no hay solo una cámara funcionando. Al principio la excusa es un tanto vaga, está relacionada con el carácter marginal de uno de los protagonistas, que además tiene problemas en casa; luego son los poderes los que animan a grabar, como parte de la diversión; más adelante, cuando el relato abandona el tono cómico, hay más puntos de vista. Trank y Landis han sido cuidadosos pero no pueden evitar que en ocasiones resulte increíble que alguien esté grabando lo que aparece en pantalla, tanto por el contenido como por la forma. Y creo que en la secuencia final se traiciona el juego insertando planos que nadie podría estar capturando (los primeros planos de Matt tumbado en el suelo).
Siguiendo con los puntos débiles de la película, tarda demasiado en arrancar. La historia no se pone realmente interesante hasta casi la mitad del metraje, y no te puedes permitir eso cuando apenas tienes 80 minutos. Trank pierde demasiado tiempo luciendo los poderes de sus protagonistas, algo que tenía sentido en el tráiler para llamar la atención pero no tanto en la película, donde importa más seguir la influencia de los acontecimientos en la vida cotidiana de los personajes. Otra equivocación importante es forzar la transición a “villano” de uno de los chicos, producida a raíz de un incidente que justifica vergüenza y un enfado temporal, pero no la locura que le domina ni el enfrentamiento mortal con sus dos amigos. Y es una pena, porque hasta ese momento está muy cuidado (teniendo en cuenta que hablamos de una película pensada para divertir a un público joven) el aspecto humano y dramático de la historia, imagino que no solo porque los creadores buscan ofrecer algo más que un simple pasatiempo de acción y humor, como lo es la mayoría de los productos con superhéroes, sino también porque estaban pensando en el limitado presupuesto. Es más barato y sencillo filmar situaciones íntimas o domésticas que una persecución o una pelea.
Otro aspecto muy positivo de ‘Chronicle’ es el trabajo interpretativo. Todos los actores están convincentes, no son papeles complicados y se resuelven con impecable eficacia. Imagino que sobre todo se destacará a Dane DeHaan (con cierto parecido a Leonardo DiCaprio) porque da vida al siempre interesante chico problemático, pero a mí el que me pareció más acertado fue Alex Russell, que tiene un papel menos jugoso en el que era fácil perderse y quedar eclipsado. Asimismo cabe destacar los minutos en los que aparece en escena el siempre estupendo Michael Kelly, encarnando al padre borracho y violento de Andrew. El director confiesa que él y Landis tienen ideas para una secuela, pero que de momento no se lo plantea y quiere buscar nuevos retos (ha negado que vaya a ocuparse de la nueva entrega de ‘Los 4 fantásticos’, por mucho que insistan algunos medios españoles). Quién sabe, igual con esta fábula de la adolescencia y la responsabilidad estamos asistiendo al nacimiento de una nueva saga de superhéroes. Si resulta tan entretenida y espectacular como ésta, por mí que vayan preparando ‘Chronicle 2’.