Hay varias formas de encontrar un hueco en las majors de Hollywood una vez has llamado su atención de una forma u otra. Lo más común es que contraten para rodar alguna secuela (caso de Brad Bird y una de las mejores películas del año pasado), pero la cosa cambia si lo has conseguido con un título no hablado en inglés. Ése fue el caso de Erik Skjoldbjaerg con ‘Insomnia‘ (1997), un thriller noruego con psicópata que pronto llamó la atención en Estados Unidos, siendo lo habitual en estos casos intentar que el mismo director ruede el remake (me acuerdo ahora del caso de Ole Bornedal y la apreciable ‘El Vigilante Nocturno’), pero la cuestión es que éste acabó siendo el campo de pruebas para evaluar la habilidad de Christopher Nolan para rodar una producción de encargo.
Son muchos los que desprecian ese concepto que menciono en el párrafo anterior, pero lo cierto es que, por encima de la calidad de ‘Insomnio’ (Insomnia, 2002), la posteridad demostró que Nolan acertó y Skjoldbjaerg metió la pata, al menos en términos de asentarse en Hollywood. Y es que el noruego optó por ponerse al frente de una producción independiente titulada ‘Nación Prozac‘ (‘Prozac Nation, 2001) para intentar encontrar su hueco en USA, pero lo hizo en colaboración con los hermanos Weinstein. ¿Cuál fue el problema de ello? Pues que nunca llegó a estrenarse en salas comerciales en ese país y Skjoldbjaerg tuvo que regresar a su país ante la falta de ofertas en Hollywod, mientras que no creo que sea necesario comentar qué fue después de la carrera de Nolan.
El trabajo de Nolan en ‘Insomnio’
Me he cansado de oír que ‘Insomnio’ es la peor película que ha hecho Christopher Nolan hasta la fecha, siendo el calificativo de aburrida el más utilizado para descalificarla. Lo cierto es que a mí solamente me gustaba más que ‘Following‘, pero siempre creí que se era algo injusto con esta cinta. Es cierto que Christopher Nolan tiene que plegarse a la producción noruega, siendo ésta su única película en la que ni él no participa en el guión, al menos no de forma oficial, ya que sí que escribió el borrador final. Eso sí, la historia de ‘Insomnio’ conecta perfectamente con el universo obsesivo de su realizador.
Lo primero que salta a la vista es que estamos ante una película convencional en la que Christopher Nolan no puede usar ninguno de sus trucos en la estructura narrativa, ni tampoco hacer gran cosa a la hora de jugar con la información que tiene el espectador sobre lo que está sucediendo. La acción avanza de forma lineal y sólo algún pequeño flashback lo altera levemente. Nolan sí que sabe ir dosificando la aparición del personaje de Robin Williams, pero tampoco es algo particularmente excepcional.
Eso sí, Nolan tiene la oportunidad para ofrecer un retrato diferente sobre la obsesión, ya que, por lo general, es algo que utiliza como motivador de las acciones de sus protagonistas, pero aquí funciona a modo de sentimiento de culpa sobre algo que ha hecho. Por ello, reincide en lo ya visto en ‘Memento’ de sentir cierta predilección por los planos más cerrados, y cuando éstos se abren funcionan como una forma de resaltar la soledad emocional por la que está pasando Al Pacino. Por lo demás, el director de ‘El Caballero Oscuro’ se pliega a las exigencias de la historia y se limita a resolver con pericia lo que vemos en pantalla. Hasta casi consigue que su final, la alteración más clara con respecto al original noruego, funcione como catarsis del protagonista, pero el guión de Hillary Seitz, a mitad de camino entre el procedimental más tópico y una curiosa exploración del policia-criminal como iguales, fracasa de forma notoria en su tercer acto.
El estupendo reparto de ‘Insomnio’
Sin embargo, por mucho que Nolan resuelva con solvencia (pero con escasa presencia de su habitual personalidad) la papeleta, lo que realmente eleva a ‘Insomnio’ por encima de cualquier thriller al uso es su dúo protagonista: Un estupendo Al Pacino, en lo que es uno de sus últimos grandes trabajos en la gran pantalla, ofrece un matiz diferente al rol de policía que ya había explorado con anterioridad en varias ocasiones (‘Sérpico’, ‘Heat’, ‘A la Caza’), pero que aquí ha de sobrellevar un insomnio agotador que va mermando sus facultades, tanto mentales como físicas, al mismo tiempo que ha de luchar contra su conciencia. Pacino está más reposado de lo habitual en él y domina perfectamente el progresivo deterioro de Will Dormer.
También es especialmente contenido el trabajo de Robin Williams en lo que fue uno de sus tres trabajos consecutivos de personaje perturbado, ofreciendo un acercamiento bien diferenciado en cada uno de los casos (los otros dos fueron los de ‘Retratos de una obsesión’ y ‘Smoochy’). Aquí tarda mucho en aparecer en pantalla (prácticamente una hora), siendo entonces cuando ‘Insomnio’ mejora de forma exponencial, ya que Pacino estaba algo sólo a la hora de evitar que la película descarrilara. Williams consigue crear a un monstruo cuya inteligencia (sus wild cards) y saber estar se transmite perfectamente a un espectador que lamenta que no hubiese aparecido antes en escena.
Eso sí, el espejismo que fue ‘Memento’ a la hora de crear un personaje femenino fuerte no se repite en este caso. Por un lado, tenemos a una Hilary Swank que ofrece su mejor trabajo entre los dos Oscar que logró (tampoco es decir mucho, que a esta mujer se le apareció la virgen con esos dos papeles), pero es un personaje un tanto desdibujado y sus motivaciones, aunque claras (admiración hacia el protagonista), nunca llegan a transmitir sensación de seguridad. Es como si quisiera hacer una cosa, pero sin decidirse a ello. Por otro lado, Maura Tierney sólo es útil para que Pacino consiga exteriorizar su sufrimiento, siendo esto algo cansino, ya que teníamos bien claro por lo que estaba pasando sin la necesidad de que nos lo diga directamente, y eso afecta sobremanera a una Tierney que cumple con corrección.
En definitiva, ‘Insomnio’ es la película menos característica de las rodadas hasta la fecha de Christopher Nolan. A nivel formal resulta demasiado tradicional y sólo se atisban pequeños rasgos habituales de su cine pese a ser una propuesta temática perfecta para él. Al final acaban siendo las notables actuaciones de Al Pacino y Robin Williams las que consiguen que se alce por encima de lo que podría haber sido un thriller cumplidor pero bastante rutinario. Sin embargo, fue un relativo éxito comercial y sirvió de lanzadera a Nolan para ser el elegido para relanzar la carrera cinematográfica de un afamado superhéroe que estaba herida de muerte.
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