'La chica de nieve' engancha y entretiene: la serie de Netflix es un contundente thriller basado en la novela de Javier Castillo

Las novelas de éxito llevan muchísimos años siendo una de las principales fuentes de inspiración tanto del cine como de la televisión. A fin de cuentas, los productores prefieren tener cierta seguridad de que la cosa pueda triunfar y poco te lo va a dar más que saber que esa historia ya ha conectado con el público.

Luego habrá veces que la pifien hasta extremos inimaginables -recordemos por ejemplo la lamentable película de 'La Torre Oscura'-, pero es más habitual que suceda lo contrario. Y todo me hace pensar que la adaptación de 'La chica de nieve' en forma de serie por parte de Netflix va a formar parte de los éxitos. Porque quizá no sea memorable, pero sí que engancha y entretiene a lo largo de sus seis episodios.

La historia atrapa, su protagonista no tanto

Con el dúo formado por Jesús Mesas Silva y Javier Andrés Roig, que ya habían colaborado previamente en series tan estimables como 'Vis a Vis' o 'Estoy vivo', 'La chica de nieve' es un thriller en el que lo primero que sorprende es la increíble oportunidad perdida por parte de Netflix. Porque si el punto de partida es que una niña es secuestrada durante la Cabalgata de Reyes, ¿por qué decides retrasar su estreno hasta el 27 de enero?

Son ganas de perder en impacto cuando lo tenían muy fácil por ese lado, pues tengo claro que en caso de haberse respetado la novela de Javier Castillo, estaba claro que 'La muñeca de nieve' se habría estrenado durante la semana de Acción de Gracias en Estados Unidos. Y es que la historia transcurría originalmente allí pero para la ocasión se ha optado por situarla en España.

Ese punto es algo que no se nota demasiado más allá del tema de la Cabalgata de Reyes y el nombre de los personajes, pues uno de los elementos que exprime la serie es que su componente de thriller tiene un claro componente universal. Ahí es posible que hayan surgido algunas fricciones en lo referente al desarrollo de la investigación, pero se nota que aquí no interesa tanto destacar el lugar de los hechos como la forma de ir aclarando el misterio alrededor de la desaparición de Amaya.

Por ello, la fortaleza de 'La chica de nieve' está más en el desarrollo de la historia que en la profundidad que pueda dar a su protagonista. Ahí todos son piezas que los guionistas van manejando como buenamente pueden dentro del tablero e incluso el trauma personal del personaje de una algo apagada Milena Smit se siente más como una forma de crear un misterio secundario que algo para que Miren resulte un personaje fascinante.

Todo esto puede llevar a la errónea conclusión de que 'La chica de nieve' no me ha gustado, pero es que aquí sucede algo curioso, y es que muchos de los personajes satélite sí que resultan más interesantes, como los padres sufridores interpretados por Loreto Mauleón ('Patria') y Raúl Prieto ('Antidisturbios'). Eso sí, la serie engancha más cuando se centra en la cara b de la historia, pues es entonces cuando el factor emocional resulta más satisfactorio por alejarse un poco de lo habitual.

Cumple pero no brilla

Y ahí está una de las claves, ya que hay momentos en los que 'La chica de nieve' se siente un poco rígida en lo narrativo -ahí por ejemplo creo que lo que aporta el personaje de José Coronado nunca termina de funcionar y el de Aixa Villagrán es demasiado convencional-, no sé si por la necesidad de tener que introducir ciertos elementos o porque simplemente podía haberse hecho mejor.

Por suerte, no es algo que se extienda como un cáncer y acabe cargándose todo lo demás, pero sí limita su recorrido. Por decirlo claramente, 'La chica de nieve' siempre resulta lo suficientemente entretenida para que sigas viendo episodios casi sin darte cuenta, sobre todo porque lo que cuenta engancha y varios de los desvíos que surgen están bien planteados y ejecutados para que no sean meros mecanismo narrativos. Ahí por ejemplo sorprende la contundencia de cómo se zanja el segundo episodio.

Esa contundencia también se aplica en capítulos venideros y ayuda a que 'La chica de nieve' no acabe convirtiéndose en otro thriller al uso. Ese es el principal peligro al que se enfrenta en esas situaciones menos inspiradas pero que a la larga funcionan a modo de complemento quizá no imprescindible pero sí efectivo para no quedarte con la idea de que esta historia quizá hubiese funcionado mejor como película.

Por lo demás, el buen nivel que exhiben Tristán Ulloa, Julián Villagrán o, sobre todo, Cecilia Freire en sus personajes ayuda a elevar más el nivel de una serie que cumple su objetivo primordial. Lo que le falta es esa dosis extra de inspiración para ser más que un buen pasatiempo de suspense, pero al menos sí que tiene bastante más entidad que 'El inocente', que vendría un poco a ser el equivalente español de Netflix del año pasado.

En resumidas cuentas

'La chica de nieve' no es una de esas series que se te vaya a quedar grabada a fuego en la cabeza, pero sí hay escenas puntuales que recuerdes más adelante, el misterio que plantea engancha y nunca llegué a aburrirme. Por supuesto que ojalá me hubiese dado más, pero lo que hay es suficiente para recomendarla.

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