'Che. El argentino', el individuo desde la distancia

'Che. El argentino' se impuso como la película más taquillera en el momento de su estreno en nuestras salas, muy por encima de películas mejores como 'El tren de las 3:10' (hala, queridos distribuidores españoles, ahí tenéis el premio a vuestra inteligencia). Lo que un director tan interesante como Steven Soderbergh podía decir sobre una de las figuras más importantes del siglo XX era de interés nacional. No obstante, y según el director de 'Traffic' (aún hoy su mejor película), su intención era la de mostrar al Che alejado de toda glorificación o estigmatización.

Como todos sabéis, 'Che. El argentino' se completará cuando se estrene 'Che. Guerrilla', el film que cerrará su personal visión sobre la famosa figura revolucionaria. Benicio del Toro ha declarado que aunque son el mismo proyecto, ambas partes se diferencian bastante, sobre todo en la forma. De todos modos, habrá que echarle un vistazo a esa "continuación" para saber hasta qué grado complementa lo visto, ya que el visionado de 'Che. El argentino' produce cierta frialdad, cierto desinterés. Y eso que hablamos de una buena película.

La película alterna tres hechos con un brioso montaje, muy típico de Soderbergh, el primer encuentro entre Fidel Castro y Ernesto Guevara, la marcha por Cuba para derrotar a Fulgencio Batista y las declaraciones del Che en la ONU en 1964. Soderbegh narra con gran dinamismo estos tres acontecimientos, no mojándose demasiado, ideológicamente hablando, aunque en ocasiones su fino sentido del humor le delate: atención a cómo introduce elementos humorísticos entre las tropas del Che, bromas amables bien recibidas por cualquiera, y lo que hace con los hombres de Batista, bromas que llegan a la ridiculización casi insultante, lo cual hace inclinar la balanza.

'Che. El argentino' es impecable, técnicamente hablando. Su brillante montaje está diferenciado por el uso de la fotografía, retratando lo narrado en la ONU en un granulado blanco y negro, en el que curiosamente vemos a un Soderbergh un poco más entregado, más arriesgado. El resto adolece de un distanciamiento que no le sienta nada bien a lo expuesto. Es como si Soderbergh hubiese querido jugar sobre seguro consciente de que su implicación dividiría a la audiencia, y tal vez temeroso de que le sucediera lo mismo que a la cinta de Richard Fleischer del 69 (y esto es muy aventurero por mi parte) optó por la salida más fácil: rodar un biopic con todos los medios posibles a su disposición, hablado en hispano, aplicando un sentido narrativo ejemplar, pero sin mojarse demasiado. No es criticable para nada su decisión, pero en su no implicación se resiente la película, y vemos a un Soderbergh distante, aunque eficaz. Ernesto Guevara en su manos es un hombre lejano para la mayoría de nosotros, aunque nos muestre su faceta humana, culta y preocupado por los suyos. Pero el Ernesto Guevara admirado por todo el mundo, el guerrillero, de ése poco sabemos, y cuando su marcha hacia La Habana tiene que pararse en momentos sangrientos, Soderbergh lo hace muy por encima. Demasiado blando.

Por supuesto, Soderbergh, además de tener consigo un equipo técnico envidiable, tiene todo un plantel de actores entregados a la causa, y donde brilla con luz propia un Benicio del Toro realmente inspirado que hace al personaje totalmente suyo sin caer en la exageración o el histrionismo. Y se acompaña de gente como Demián Bichir, que borda su Castro, o Catalina Sandino Monero. Hasta nuestro Unax Ugalde sale en la película y no lo hace mal. Actores todos fantásticos que se muestran como si fueran los verdaderos personajes.

'Che. El argentino' tiene ritmo, no aburre, y cinematográficamente es perfecta. Pero le falta pasión, garra. Habrá que comprobar ahora si después de ese distanciamiento Soderbergh pondrá todas las cartas sobre la mesa para adentrarse de lleno en la locura de la revolución. Comentan por ahí que esta entrega es más comercial que la otra, la cual es considerada "cine de autor", una de esas etiquetas absurdas que necesitamos poner para etiquetarlo todo. Se me antoja pues que para opinar sobre esta obra hay que hacerlo en conjunto, con todos los datos, ya que 'Che. El argentino' parece incompleta, algo que 'Che. Guerrilla' supuestamente subsanará. Así pues, lo que tenemos de momento, un pedazo de película bueno, ameno y disfrutable en su justa medida. No es poco.

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