'Cenicienta', sorprendente mejora del original animado

Vivimos unos tiempos en los que el cinismo está adquiriendo una preocupante popularidad a la hora de valorar prácticamente cualquier obra de ficción caracterizada por su inocencia, ya que cierto sector del público quiere algo más. Es evidente que las limitaciones impuestas por el dominio de lo políticamente correcto dificultan la aparición de creaciones más arriesgadas, pero es una pena que haya quien esté perdiendo la capacidad de disfrutar con relatos que simplemente quieren potenciar el lado bueno -e ingenuo- de las cosas.

No voy a negar que soy el primero que tiene muchas dudas cuando surge una película como ‘Cenicienta’ (Cinderella), pero en este caso no es su naturaleza de cuento de hadas, sino por los poco estimulantes precedentes de Disney haciendo versiones en imagen real de algunos de sus clásicos animados más queridos. Además, esta nueva película de Kenneth Branagh me echaba especialmente para atrás, por lo que mi sorpresa fue mayúscula cuando encontré una obra bastante estimable que incluso supera al original animado de 1950.

La inocencia bien entendida de ’Cenicienta’

Uno de mis grandes problemas con los relatos más amables de nuestro tiempo es que tienden a confundir la inocencia con la estupidez, un gravísimo error, ya que lo primero puede ser increíblemente encantador, pero lo segundo haciéndose pasar por lo primero raro es que no acabe siendo molesto o incluso irritante. Ya os adelanto que no es el caso, pues el guión de Chris Weitz acierta con un enfoque respetuoso de la historia y también incidiendo en los motivos que llevan a los personajes a ser como son.

Ojo, con esto no quiero decir que sean grandísimos personajes que nos van a sorprender, ya que otra de las claves del libreto es la notable fidelidad a los eventos narrados en la película animada que Disney creó a partir del cuento de hadas de Charles Perrault y por ahí no vamos a encontrar grandes sorpresas. Si acaso, algunos detalles adicionales para darles un poco más de profundidad, pero siempre manteniendo esa inocencia respetuosa con la inteligencia del espectador.

Otro gran acierto de 'Cenicienta' es haber prescindido de grandes estrellas que canibalicen todo lo demás -aún recuerdo 'Maléfica' (Maleficent) y cómo de mal trataba a todos los demás personajes para que brillase Angelina Jolie-, lo cual permite que todos los personajes de 'Cenicienta' tengan entidad de propio, incluso aquellos que están a un paso de ser un poco pesados en su visión optimista de la vida -pienso básicamente en los padres de la protagonista-.

He de reconocer que lo único que daba por sentado era que Cate Blanchett iba a estar a la altura como la villana madrastra de Cenicienta y no me equivoqué, pero lo cierto es que todo el reparto cumple perfectamente su cometido. Por mi parte, me gustaría destacar especialmente a Lily James y a Richard Madden, a la primera por clavar el tono adecuado para un personaje que perfectamente podría haber sido cargante, algo que no sucede en momento alguno, y al segundo porque aprovecha muy bien el hecho de dar algo más de peso al príncipe en la historia, mejorando notablemente al de la cinta animada de Disney -uno de los aspectos más endebles de la misma- siendo al mismo tiempo respetuoso con el mismo en todo momento.

Reproduciendo la magia

En una película como 'Cenicienta' seguro que todos nosotros dábamos por sentado un diseño de producción muy cuidado con especial atención a los decorados y, sobre todo, el vestuario, y lo cierto es que no decepciona lo más mínimo en este punto. Eso sí, lo realmente importante es que nunca llega a saturar -el momento más proclive a ello se salva echando mano de unos acertados detalles cómicos- y se ajustan como un guante a las intenciones de la película.

Y es que la principal pega que se le puede poner a 'Cenicienta' es que se supedita por completo al clásico animado y no propone realmente nada original -los cambios son para expandir y no para alterar-. Estoy convencido de que muchos se quejarán de que no intenta desmontar la historia de una forma u otra -ya sea algo tipo 'Encantada: La historia de Giselle' o al estilo de 'Frozen: El reino del hielo'-, ya que estamos ante una obra que llega en una época en la que esa inocencia de antaño parece insuficiente atractivo y hay que ofrecer algo más.

Personalmente, no tengo pega alguna a volver a ver un cuento de hadas de corte tradicional siempre y cuando esté realmente bien hecho y aquí tenemos un guión muy acertado que clava el tono que necesita y un reparto la mar de inspirado que se toma en serio sus personajes sin pasarse nunca de rosca. Todo ello aliñado con un esmerado trabajo técnico la convierten en un título muy a tener a cuenta.

Sí que me hubiera gustado ver algo más de arrojo y personalidad en la puesta en escena de Branagh, pues apuesta por una corrección británica que permite que 'Cenicienta' no decaiga y luzcan sus otras virtudes, pero es una pena que solamente me acordase de que él estaba tras las cámaras con algunos planos generales que me traían a la memoria a la excelente 'Mucho ruido y pocas nueces' (Much Ado About Nothing), pero más por una cuestión de decorados que por cualquier otra cosa.

En definitiva, 'Cenicienta' es un notable cuento de hadas que hasta logra superar al mítico clásico de dibujos animados. Una sorpresa mayúscula que sirve para recordarnos que si bien tener muchas expectativas en algo puede acabar dando pie a una gran decepción -aún tengo bastante reciente la última-, cuando sucede todo lo contrario, como en el caso que nos ocupa, nos podemos llevar grandes alegrías. Muy recomendable siempre y cuando entendáis que raya a un gran nivel siendo lo que quiere ser y no lo que quizá os gustaría que fuese.

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