La próxima semana se estrena entre nosotros el remake de 'Carretera al Infierno', film de culto de los años 80, y creí oportuno revisar esta estupenda película que me inquietó lo suyo hace dos décadas. Una película que muchos tendréis en buena estima y supongo que como yo opinaréis que un remake era totalmente innecesario, como la mayoría de los remakes de grandes películas. Además hacernos olvidar a Rutger Hauer en este film me parece una tarea muy, pero que muy difícil por no decir imposible.
'Carretera la Infierno', 'The Hitcher' en el original, tiene un argumento sencillísimo: una noche lluviosa un joven que lleva toda la noche conduciendo recoge a un autoestopista un tanto misterioso, que enseguida amenazará con matar a nuestro protagonista, quien en un descuido de su inesperado psicópata logrará echarlo del coche. Pronto se establecerá un juego del gato y el ratón entre el autoestopista y el muchacho, quien también se convierte en el objetivo de la policía, que le culpa de todos los asesinatos que va cometiendo el autoestopista.
La película se centra prácticamente todo el tiempo en el enfrentamiento entre los dos personajes centrales, ganando enteros cuando John Ryder (nombre del personaje "malo") aparece en pantalla, momentos esos en los que el film adquiere una dimensión fantasmagórica, ya que son muchas veces las que se insinúa muy sutilmente que tal vez dicho personaje no sea humano. Sus apariciones en los momentos más fastidiosamente oportunos para el protagonista, su resistencia a morir, y el hecho de parecer saber más cosas que el resto, le infieren un carácter casi sobrenatural que le queda de miedo (nunca mejor dicho) al personaje. Personaje interpretado por un inmenso Rutger Hauer, que se convierte en lo mejor de la película, aunque por momentos parece una extensión de su rol en 'Blade Runner'. La interpretación de Hauer es tan certera y convincente que traspasa la pantalla, logrando que nos acordemos de él cuando vemos a alguien hacer autostop. Pocas veces se consigue ese efecto.
Robert Harmon también logra crear una atmósfera muy adecuada, y su puesta en escena es realmente brillante, logrando conjuntar con éxito la apariencia del psicópata con su entorno para el que parece haber nacido. La dosificación de acción es la justa, y aunque el film tiene cierta estética visual y argumental típicamente ochentera, ha resistido bastante bien el paso del tiempo. Es curioso que Harmon nunca fuese capaz de lograr ni la mitad de lo que logró con este film, siendo todo lo que realizó posteriormente verdaderamente penoso. Incluso intentó volver a la fórmula de esta película hace poco con un film titulado 'Sin Aliento', en el original 'Highwaymen', pero creedme que es mejor que nos olvidemos de él.
Harmon siempre será recordado por esta película y no por ninguna otra. Tal vez tenga algo que ver que aquí colabora el antaño interesantísimo Eric Red, con un guión realmente sencillo y corto, pero increíblemente efectivo, a pesar de las típicas cosas que se suceden en una persecución de coches. Pero todo lo demás está perfectamente expuesto y narrado. Una pena que Red se perdiera en sabe Dios qué, por cierto, os recomiendo una de sus películas como director, 'Cohen & Tate'.
Tal vez los peros de esta película haya que ponérselos en alguna de sus interpretaciones, como por ejemplo la de Jennifer Jason Leigh, que aquí estaba empezando, y demostrando lo limitadita que es, aunque todo lo que le termina ocurriendo a su personaje es verdaderamente valiente en una película de estas características, y totalmente inesperado. C. Thomas Howell siempre fue considerado por encima de la media de los jóvenes actores de aquellos años; sin embargo en el film parece que por momentos no sabe actuar, y en otros está algo más convincente, sobre todo en la parte final en la que su personaje ha evolucionado. Al lado de su oponente se empequeñece un poco, aunque está muy bien tratada su relación, sugiriendo una atracción sexual por parte del psicópata atrevida para la época, y lograda.
Un film estupendo y lleno de fuerza, que evidentemente referencia a la maja pelíucla de la gran Ida Lupino, 'El Autoestopista', de la que toma prácticamente todo lo importante, aunque tiene la suficiente inteligencia como apartarse de aquélla en intenciones que adolecía de cierta escasez de medios. En 'Carretera al Infierno' todo está aprovechado al máximo, y desde luego siempre permanecerá en nuestra memoria gracias a ese inquietantemente perverso Rutger Hauer. El dvd ya descatalogado (a saber por qué) viene con un segundo disco de extras realmente interesante.