Cuando hace año y poco se estrenó 'Cardo', no nos esperábamos que el retrato de esta joven y su sendero de destrucción fuese a cautivarnos tanto. Cierto es que palabras como "honestidad" y "crudeza" a veces se acuñan en producciones como esta (y en 2022 con 'Autodefensa') de forma que da algo de pereza, pero la realidad es que hay una madurez exquisita que hizo que se colase entre nuestras series favoritas.
Ahora la serie de Atresplayer Premium vuelve desde hoy domingo con una temporada 2, que salta tres años en el tiempo para encontrarnos con la nueva vida de María (Ana Rujas), convertida devota de santa Teresa de Jesús, que se encuentra en un régimen penitenciario que le permite salir del Centro de Inserción Social durante el día.
Ya veíamos en los adelantos de la temporada, quizás con mayor incisión en el primero, cómo en estos nuevos episodios a María le tocará lidiar con la culpa y con la promesa, insistente, de que ha cambiado. De que todo va bien. Pero sale bastante regular. Un querer comenzar de cero que es imposible cuando tienes una marca gigante.
María Horseman
El guion de Claudia Costafreda quiere incidir en esta segunda temporada tanto en la culpa como en, también, la vergüenza. En acontecimiento y en trauma, llámalo estar en la cárcel por matar a alguien, llámalo x que nos cuesta aceptar. O, también, eso que cuesta verbalizar delante de la gente. Que no queremos que se sepa mucho... para no perder amigos, apoyos, posibilidades de futuro.
Con esto en mente y con Santa Teresa en el alma, María intentará no naufragar en su vida fuera navegando entre ese sentimiento de vergüenza, ganas de demostrar que ya no está en su espiral autodestructiva y, por supuesto, alguna que otra mala decisión antes (y después) de que su alarma de regreso al CIS suene.
Decían Rujas y Costafreda, a la sazón cocreadoras de 'Cardo', que la idea con la temporada 2 era avanzar hacia otro lugar emocional. Podríamos decir que lo consiguen porque desde luego la relativa liviandad, con esa mirada hasta cómica de lo autodestructivo, desaparece. Es como cuando 'Bojack Horseman' te daba un tortazo de realidad: la tristeza y cierta desesperación lo va impregnando todo.
Un cambio general de ánimo que acorrala a la bienintencionada protagonista, que se ve chocando continuamente contra esos muros que antes no parecían existir en su vida. Una que ha estado congelada durante tres años, al contrario que las del resto de la gente. De repente hay bebés, sus amigas han avanzado en su carrera. Ella se ve estancada.
Buen regreso
Con un pulso bien preciso, Costafreda y su equipo ejecutan fantásticamente estos episodios, cuyo mayor defecto es que se pasan en un suspiro. Habiendo visto tan solo tres capítulos (de veintipico minutos cada uno), me es difícil entrar en una valoración global sobre todo por la sensación de que, a duras penas, estamos rascando la superficie.
En definitiva, la temporada 2 de 'Cardo' resuelve con bastante acierto un cambio de tono y de ánimo que si bien no es demasiado drástico, es importante. Tras sorprendernos con su primera entrega, en esta segunda vuelven a demostrar una gran madurez y una osadía a la hora de contar la historia de María.
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