Por fin, en la octava jornada del Festival de Cannes llegó Quentin Tarantino con la película más esperada de esta 72ª edición, 'Érase una vez en Hollywood' ('Once Upon a Time in Hollywood'), la vuelta del cineasta a la Croisette una década después de competir por la Palma de Oro con 'Malditos bastardos' ('Inglourious Basterds').
Desde la perspectiva de acreditado como prensa (de color azul, es decir, segunda categoría tras los rosas), la gran expectación en torno al noveno film de Tarantino se ha notado al hacer la habitual cola para entrar en la sala: los que iban entrando lo celebraban como si hubieran ganado la lotería, y tras dos horas esperando, he sido uno de los últimos en poder acceder al Teatro Claude Debussy (con capacidad para 1.048 personas). ¡Y ya con la película empezada! Sí, otra contradicción más de este certamen que no deja de sorprendernos.
Quizá había demasiadas expectativas. Lo he comentado alguna vez; pienso que los que cubrimos un festival no vemos las películas en las mejores circunstancias, tras varios días de acumular visionados, dormir poco, alimentarse regular y escribir opiniones. Opinamos tras una rápida reflexión poco después de abandonar la butaca. Factores externos a la obra juegan un papel importante a la hora de valorarla, así que vaya por delante que me encantaría poder escribir este texto tras un segundo visionado. Pero aquí va mi primera impresión...
'Érase una vez en Hollywood': lo peor de Tarantino hasta la fecha
Lamentablemente, creo que es lo más torpe que ha rodado Tarantino hasta el momento. Si hay algo que uno puede esperar de un film de Tarantino es que tenga un guion repleto de diálogos ingeniosos y conversaciones absorbentes, que en manos de los actores adecuados (y este director suele tener unos repartos inmejorables) llegan a crear momentos mágicos donde todo lo que rodea a los personajes no importa, solo la anécdota o la idea que han decidido compartir con el público.
No en vano, Tarantino ha ganado dos Óscar, ambos por su trabajo como escritor; el primero lo compartió con Roger Avary por el libreto de 'Pulp Fiction' (Palma de Oro en Cannes, por cierto), y el segundo lo ganó ya en solitario por escribir 'Django desencadenado'. También optó a la estatuilla por el guion de 'Malditos bastardos', que hasta hoy me parecía la película más irregular del realizador. Quizá lo sigue siendo pero al menos tiene a Hans Landa y tramos absolutamente brillantes; 'Érase una vez en Hollywood' no llega nunca a ese nivel.
Posiblemente tiene el guion más flojo y convencional de Tarantino, y esto por supuesto quiere decir que sigue estando por encima de la media pero decepciona viniendo de él. Lo mismo cabe decir de la puesta en escena y el ritmo; uno espera más del cineasta de 'Kill Bill'. Solo en el último tramo de la película, cuando por fin tiene lugar la historia de los asesinos del clan Manson (con giro inesperado) uno siente que está viendo al auténtico Tarantino.
Una vez más, el director se rodea de un elenco de ensueño, encabezado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie y Al Pacino, entre muchos otros. La mayoría apenas tienen cameos o papeles de escaso lucimiento, y solo la pareja formada por DiCaprio y Pitt tiene la oportunidad de destacar. Ambos dejan interpretaciones muy divertidas si bien creo que el primero estaba más afortunado en 'Django' y el segundo en 'Malditos bastardos'. Lo de Robbie se queda en poco más que lucir figura y sonrisa.
'Érase una vez en Hollywood' es una comedia cargada de nostalgia y amor por el cine donde el autor se detiene demasiado en detalles, esforzándose por transportar al espectador a ese año 1969 que recuerda con tanto cariño. Es como un padre o un abuelo que se anda tanto por las ramas contando sus batallitas que acabas perdiendo el hilo. Tarda más de dos horas. Y puede que merezca la pena, pero este director es capaz de mucho más. Se sabe que ha estado trabajando en el montaje hasta el último momento, y de hecho se plantea modificar el metraje, quizá ahí esté una de las claves.
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