Cannes 2013 | 'Only God Forgives' y el exceso de violencia

En 2011, Nicolas Winding Refn entraba en el Olímpo de los dioses del cine internacional tras el estreno de 'Drive' en el Festival de Cine de Cannes, donde recibió el premio a la Mejor Dirección. Su dominio del lenguaje cinematográfico más puro y su elegante estilo a la hora de rodar escenas de acción y violencia, consiguieron que la película tuviera una larga vida en cines de todo el mundo y recibiera el respaldo de público y crítica casi unánimamente –yo me excluyo, la historia de aquel conductor sin nombre no me conmovió en absoluto–. Ahora, vuelve a la Sección Oficial del Festival de Cannes con 'Only God Forgives', un proyecto mucho más ambicioso y en el que repite con Ryan Gosling como protagonista. La película ha sido una de las grandes decepciones del festival y no nos extraña.

Era normal que hubieran muchas expectativas puestas en la nueva cinta de Winding Refn, que no ha dejado de 'abrirnos el apetito' con suculentas imágenes, tráilers y pósters, pero lo cierto es que 'Only God Forgives' no cumple con las expectativas y esta historia de venganza y violencia ambientada en Tailandia vale únicamente la pena por su apabullante propuesta visual.

Mucha violencia y pocas nueces

En 'Only God Forgives' nos trasladamos a Tailandia donde un joven sin escrúpulos viola y asesina a una prostituta de 16 años, pero un policía sin moral se encarga de devolverle la jugada degollándole con su katana. La madre de este joven, una 'capo' del narcotráfico internacional, encomienda a su solitario hijo menor, dueño de un club de boxeo, la venganza de su 'excepcional' hijo mayor. Esta es la premisa de la esperadísima cinta del danés Nicolas Winding Refn. Un título que prometía ofrecer una clase magistral en la que violencia y la lucha por la justicia se entremezclan como un solo ente, termina siendo un escaparate de violencia explícita carente de sentido y que provocó abucheos en la Croisette.

Ya en 'Drive', Winding Refn nos mostraba su interés a la hora de filmar la violencia más cruel, pero ahí conseguía hacerla 'útil' y humana. Y sí, estoy comparando ambas películas porque es imposible no hacerlo. En 'Only God Forgives', el director no consigue que el espectador entre de lleno en esta historia de venganza y lanza muy imperceptiblemente la cuestión de '¿hasta dónde llegarías para hacer justicia?', sin duda un tema interesante en el que la película no llega a profundizar. La falta de empatía con los personajes –a pesar del buen hacer de sus protagonistas–, provoca que el espectador no entre en el juego y se vea más atraído –y repudiado– por la genial puesta en escena y la violencia extrema respectivamente.

Apabullante puesta en escena

Remarcable es, sin duda, su puesta en escena que mezcla lo más kitsch de la cultura tailandesa con juegos de luces de neón y sombras. Una propuesta visual colorista y lúgubre al mismo tiempo que contrasta con la extrema violencia del film. Además, hay que reconocer que el señor Winding Refn tiene clase a la hora de filmar violencia: la secuencia de boxeo entre el personaje de Gosling y Vithaya Pansringarm es épica gracias a sus planos cenitales y que apenas vemos 'la mentira' y resulta estremecedoramente real.

'Only God Forgives' es, sin duda, una película de contrastes y es aquí donde encontramos su segunda buena baza. Y es que, es en estos contrastes donde encontramos un sentido del humor sútil y macabro de lo más interesante que puede hacernos pasar de golpes de katana a un karaoke algo siniestro.

La reina madre y el animal de la guerra

Una lástima que la historia y los personajes de 'Only God Forgives' no estén a la altura de sus actores, quienes gracias a su trabajo consiguen llenar de matices a los casi vacíos caracteres que nos presenta el director danés. Empecemos por Kristin Scott Thomas dando vida a esa malvada reina madre que busca la venganza de la muerte de su hijo favorito. La Thomas es despiadada y con una sola mirada podemos percibir el rechazo, desprecio y –y hasta odio– que siente hacia su hijo menor por no ser capaz de cumplir con su cometido. Este hijo del que está tan decepcionada la madre es, ni más ni menos, que Ryan Gosling. Con no más de 20 frases en todo el guión, Gosling elabora un personaje lleno contrastes en el que su mirada meláncolica choca con el miedo hacia una madre maltratadora psicológicamente, la rabia y la violencia innatas y el amor tóxico hacia una prostituta.

En definitiva, a 'Only God Forgives' le falta profundidad e intensidad en su narración, que hace que su envoltorio y estilo visual se quede en únicamente eso: en una explosión visual y savoir faire cinematográfico casi vacío de buen contenido y lleno de violencia sin sentido.

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