Se aproxima la clausura de la 65ª edición del festival de Cannes y sigo sin encontrar esa película que me deje extasiado. He visto un puñado de obras magníficas pero ninguna me parece a la altura de ‘El árbol de la vida’, ‘The Artist’ o ‘Drive’, en competición el año pasado. Quizá sea la crisis. Es para preocuparse si resulta que títulos como ‘Lawless’, ‘On the Road’ o ‘The Paperboy’ (que hemos visto esta mañana), todas en la sección oficial, se encuentran entre las mejores películas de 2012. No creo. Espero que no. Pero ya sabéis, se pasean estrellas por la Croisette. La novena jornada ha estado marcada por la visita de Macy Gray, Nicole Kidman, Matthew McConaughey, John Cusack y Zac Efron, protagonistas del nuevo trabajo de Lee Daniels. También se ha presentado otro título de competición, ‘Post Tenebras Lux’, lo último del mexicano Carlos Reygadas, que despertó los abucheos más ruidosos que he oído hasta el momento aquí en Cannes.
'El chico del periódico (The Paperboy)'
Daniels regresa a Cannes cuatro años después de presentar la ultradramática ‘Precious’ (en la sección “Un certain regard”) con una adaptación de la novela de Pete Dexter (coautor del guion junto al director) que antes pasó por las manos de Pedro Almodóvar. El cineasta norteamericano, que en varias entrevistas ha querido dejar claro que en su película no queda rastro del trabajo del español, nos traslada esta vez a finales de los años 60, a una localidad del sur de Florida, para narrar una historia del paso a la madurez marcada por la violencia, el deseo y el racismo. 'El chico del periódico (The Paperboy)' gira en torno a la investigación de un crimen. El reportero Ward Jansen (McConaughey) vuelve a su ciudad natal para escribir un artículo sobre un asesinato, por el que un hombre, Hillary (Cusack), ha sido condenado a muerte sin pruebas concluyentes. Le ayudan con el caso su colega Yardley (David Oyelowo), su hermano pequeño Jack (Efron) y una mujer, Charlotte (Kidman), que intercambia cartas de amor con el supuesto asesino. Jack se enamora perdidamente de Charlotte, cuyo único interés es que Hillary salga de la cárcel y puedan así vivir un idílico futuro. Nada ocurrirá como esperaban.
'El chico del periódico' me ha recordado a ‘On the Road’, en el sentido de que otra vez tenemos un relato meritorio en el apartado visual, con una excelente fotografía (de Roberto Schaefer) que resalta la carne sudada y ansiosa, y un estupendo trabajo del reparto (en especial, Kidman y Cusack), pero falta imaginación, coraje y brío en la puesta en escena. Daniels se declara públicamente un buen director de actores, y supongo que lo es, pero parece no darse cuenta de que las interpretaciones también dependen de sus aciertos y tropiezos como narrador, de su manera de contar una historia y transmitir sensaciones. Por ejemplo, Zac Efron encaja en el papel de Jack y se le ve muy implicado, pero el director se muestra tan obsesionado con el físico del actor, lo explota tanto, que la actuación queda en un segundo plano, sepultadas por imágenes del chico en calzoncillos, posando y marcando músculo. Parece que McConaughey no le estimula tanto, o quizá el actor, más experimentado y consciente de su carrera, no se ha prestado a convertirse (de nuevo) en objeto erótico; su personaje parece más relevante de lo que es finalmente, y es una lástima porque se le ve motivado y con ganas de reventar su célebre imagen.
Nicole Kidman es la gran beneficiada de la película, hasta el punto de que no me parece descabellado adelantar que será nominada al Oscar por cuarta vez en su irregular carrera. Tiene un papel a priori sencillo, una hortera Barbie sureña fascinada con un bruto que se dedica a cazar y destripar caimanes (John Cusack), pero el guion la enfrenta a varias escenas crudas e intensas que la australiana resuelve con formidable naturalidad. Sin duda, recordaremos 'El chico del periódico' por una provocadora escena sexual entre Charlotte y Hillary, sentados a varios metros de distancia con otros personajes presentes en la misma sala. Imposible no sentir el aumento de temperatura. En este relato sexual y violento impactan también dos escenas donde el personaje de McConaughey sale mal parado (no cuento más, los que hayan leído el libro sabrán a lo que me refiero). La famosa cantante Macy Gray (que ya trabajó con Daniels en ‘Shadowboxer’) representa con verosimilitud uno de esos convencionales roles de sufrida pero divertida sirvienta del hogar que hace poco vimos en ‘The Help’. Los chispazos salvajes y las talentosas interpretaciones salvan de la quema este flojo trabajo de Daniels que no merece ser incluido en el palmarés.
‘Post Tenebras Lux’
Me halaga que a gran parte de la prensa no le guste. No es mi objetivo gustar al mayor número de gente posible.(Carlos Reygadas en la rueda de prensa de hoy)
Cinco años después de ganar el premio del jurado en Cannes por ‘Luz silenciosa’, Reygadas ha traído al festival su nuevo trabajo, ‘Post Tenebras Lux’ (“Tras las tinieblas, luz”), en la que al parecer ha incluido vivencias personales. El film arranca con una enigmática secuencia con una niña rodeada por animales que llama a su familia mientras el cielo se oscurece y estalla una tormenta. Esto puede presentarse de muchas maneras, y el cineasta mexicano elige la más vaga, dejar que pase el tiempo (muuucho tiempo) mientras enfoca los mismos elementos. Es una pieza que destaca por la belleza de la luz y el paisaje, por la vida que se capta, pero poco a poco va cansando, hasta resultar tediosa. No hay nada que mantenga el interés, no sabemos quién es la pequeña ni qué hace ahí, no hay información, y el anochecer es precioso, pero se aprovecharía mejor dentro de un contexto, de una narración más elaborada. Sin embargo, el realizador parece ser de los que, persiguiendo la controversia barata y la fama de autor insobornable, confunden el talento y la verdad en el cine con una caprichosa y espontánea manera de filmar. Así que en lugar de escribir un guion y planificar una narración, que es algo muy trabajoso, optan por la improvisación y la contemplación. El resultado no es relevante, lo es que se ha hecho y lleva una firma. Le toca al público interpretarla, como quiera. Así todo es más poético, artístico e intelectual. Y además se consiguen premios.
Gran parte de la película sigue el estilo de la apertura, visualmente cautivadora (con ese efecto de la lente que deforma los bordes de la imagen, sugiriendo quizá que estamos asistiendo a sueños y recuerdos) pero carente de interés, confusa, lenta, aburrida, pretenciosa. Los personajes principales son Juan, su esposa Natalia (con la que no conecta sexualmente) y sus dos hijos pequeños; una familia urbana que se traslada a un entorno rural, enfrentándose con una mezcla de sufrimiento y gozo a un nuevo mundo, una nueva realidad con sus propias reglas y sus propios seres. Hay una secuencia deportiva con unos chavales que no hemos visto antes, otra surrealista con una figura demoníaca que se pasea con un maletín (la repite en dos ocasiones, idéntica) o una extraña y siniestra sauna donde se celebran orgías de manera organizada. Asimismo hay una reunión de adictos que también sale de ninguna parte pero que al menos resulta (tristemente) divertida por las realistas y lamentables confesiones de los personajes (“todos me conocen como R2D2”). Me dio la sensación de que Reygadas, con este indescifrable, caótico y rebelde cóctel de situaciones e imágenes, estaba buscando seguir la estela de Apichatpong y llevarse la Palma de Oro de este año. Espero que el jurado no caiga en la trampa de esta tomadura de pelo excelentemente iluminada, que requiere de mucha voluntad y paciencia por parte del espectador.