Mucho se ha especulado sobre lo que nos ofrecería Vince Gilligan en este regreso a 'Breaking Bad' en forma de película. Sabíamos que estaba protagonizado por Aaron Paul en su papel de Jesse Pinkman pero el resto de detalles se nos ha mantenido ocultos hasta que Netflix ha estrenado las dos horas que dura 'El Camino'.
Como era de esperar, 'El Camino. Una película de Breaking Bad' comienza justo donde acaba la serie: Jesse escapa del cuartel nazi en un coche modelo Camino (de ahí el título de la película) para refugiarse en casa de Skinny Pete (Charles Baker). Una vez recuperado comenzará su plan para huir pasa siempre de Alburquerque, lo que implica dinero y medios que no tiene a su alcance... en un principio.
No voy a entrar en detalles de cómo lo consigue, más que nada porque hace apenas unas horas del estreno de la cinta, pero durante las dos horas de película nos encontramos con la narración, en forma de flashback, de su cautiverio por parte de la banda del tío Jack, su trato con el personaje de Jesse Plemons, y las consecuencias de ello.
Es curioso cómo se nota, sobre todo en las apariciones de Jesse Plemons (en su papel de Todd Alquist) pero también en Aaron Paul, que han pasado nada menos que seis años desde la última vez que les vimos. Al ser, literalmente, el día después, se les nota el infalible paso del tiempo a pesar de los intentos de caracterización por disimularlo.
Buscando la libertad
Anécdotas aparte, está claro que el propósito es contar la historia jamás contada de Pinkman y su ansia por quedar libre para siempre tanto literal como figuradamente. Es, además, abordar ese gran cabo suelto de una serie que prácticamente ató casi todo lo que se tenía que atar a lo largo de sus poco más de sesenta episodios. Y en este sentido funciona.
Lo que sorprende de 'El Camino: una película de Breaking Bad' es su falta de ambición en general. Hay una historia que contar y se cuenta. Y punto. Pero es decepciona ligeramente en el cómo contarlo tanto a nivel argumental como a nivel técnico.
La dirección de la película es bastante más convencional en sus planos (y me atrevería a decir que en cuestiones fotográficas) que la serie. De hecho, excepto en alguna secuencia puntual, se echa de menos esa planificación de escena marca de la obra original.
Lo que sí que respeta el espíritu de 'Breaking Bad' es ese anhelo de contar las cosas tranquilamente, ofreciendo de paso un viaje al interior de nuestro protagonista. Hay momentos de tensión y momentos de ver el paisaje. Ese ritmo (y su ligero toque western) es lo que nos absorbe a la hora de ver la película.
Una película para completistas
'El Camino' no está, desde luego, pensada para las nuevas audiencias ya que depende demasiado de que el público haya visto previamente 'Breaking Bad'. Esto juega bastante en contra de una cinta que queda bastante lejos de la maestría que podríamos esperar.
Si bien como epílogo de la serie funciona, si la valorásemos como película independiente no lo hace tanto. Se queda, por tanto, en una obra para completistas, sin apenas valor para el que no sea fan de 'Breaking Bad'.
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