Javier Fesser arremete en 'Camino' contra una de las instituciones más intocables: el Opus Dei. Para su película, que se estrena este viernes, 17 de octubre, Fesser se inspira en la escalofriante historia de Alexia González-Barros, niña que murió en 1985 por una enfermedad y que está en proceso de beatificación en la actualidad debido a la estoicidad con la que aguantó su agonía, ofreciéndole su sufrimiento a Jesús.
Aunque hablemos de Fesser, 'Camino' no es ninguna broma. Tiene un alivio cómico en forma de la mejor amiga de la protagonista, pero es una de las películas más duras y tristes que he visto. Es un film devastador que consigue serlo gracias a una inmensa calidad: la mejor película española del año y una de las mejores del globo.
Camino (Nerea Camacho) es una niña que sufre dolores y desmayos y a la que los primeros médicos que la visitan no le saben encontrar la verdadera causa de sus males. La operan de una vértebra, después de que se ha quedado paralítica, pero lo que está provocando sus dolencias es un cáncer muy agresivo que sólo se detecta gracias a una llamada que hace el padre de Camino (Mariano Venancio) a una institución médica más fiable que aquella a la que la madre la estaba llevando. A pesar de eso, la madre (Carmen Elías) y su hermana (Lola Casamayor) siguen considerando que el padre no debería tomar decisiones con respecto a la salud de la hija y que son ellas, pertenecientes al Opus, quienes saben lo que es bueno para Camino.
Habría sido fácil mostrar a estas mujeres tan fervientes y devotas como psicópatas inhumanas que sólo albergan maldad, es decir: habría sido fácil caer en el maniqueísmo en una película como 'Camino'. Sin embargo, Fesser consigue mostrarnos diferentes facetas en ellas y ni todas las numerarias son iguales entre sí, ni son únicamente malas. En la madre vemos que sufre y que tiene algún momento de debilidad, es decir: de humanidad. La tía expresa unas palabras muy elocuentes sobre lo que es La Obra tras entregar un dinero: "ya tenéis lo que queríais…". Solo Ana Gracía, la encargada de la casa en la que trabaja la hermana mayor de Camino (Manuela Vellés) es de una rectitud que causa escalofríos. Pero incluso entendemos en ella que la procesión va por dentro.
Está muy claro con ello que Fesser ha tratado de comprender a estas mujeres, no de ridiculizarlas. En un momento como el de una grave enfermedad en la que la muerte es una posibilidad alta, es más que humano sentir la necesidad de aferrarse a algo y de creer que no se acaba todo con el fallecimiento. Especialmente para un niño, creer que hay otra vida tras la que dejamos puede servir de cosuelo. Y parece que el director comprende esta parte, pero llega un momento en el que es imposible seguir empatizando: convertir el dolor en un motivo de envidia, en un privilegio, ofrecer ese sufrimiento… eso ya no se entiende tan fácilmente.
La fantasía de Fesser, rodada con el buen gusto que le suele caracterizar y lograda con unos efectos especiales tan bien hechos como suelen ser los de los films de este cineasta, sirve de alivio a todo el sufrimiento que se presencia en pantalla momento tras momento. También está ahí porque, como dijo el propio director, lo que se le ha inculcado a la niña protagonista le ha afectado tanto como para crearle esas ensoñaciones. De la misma forma, esos juegos de palabras y esos malentendidos – Jesús, la obra, Camino, etc…—que podrían ser material de una telecomedia encajan bien sin romper el difícil tono del film que va pasando de un estilo a otro y, a pesar de eso, no pierde unidad.
Lo más valioso de 'Camino' es que hace una feroz crítica a la institución religiosa, pero al mismo tiempo es una historia humana sobre una niña que se está muriendo y sobre la dificultad que causan las desavenencias entre los dos miembros de un matrimonio para tomar la decisión que es mejor para su hija. En realidad, las discusiones sobre decisiones así de importantes en un matrimonio se pueden producir incluso sin que haya ninguna convicción religiosa de por medio. Y la discrepancia en estos asuntos puede acarrear consecuencias tan graves que a mí lo que más me impactó de la película fue esta rivalidad entre el padre y la madre.
De esta forma, el personaje del padre es lo mejor de 'Camino': un hombre que puede parecer un calzonazos, pero que en realidad está movido por el inmenso amor hacia sus hijas y por una incapacidad que le llega no sólo por la personalidad inflexible de su mujer, sino por todo lo que rodea a la familia: parientes y curas que tomarán decisiones sobre Camino sin que él pueda hacer nada. Esta impotencia del padre, mezclada con el amor hacia sus retoños, es lo que más dolor causa en la película.
En 'Camino' los personajes que más ciegamente se acogen a las enseñanzas de Escrivá de Balaguer son los femeninos. Pero ellas están en La Obra para servir a los hombres casi como esclavas y para tener hijos sin cesar. Esta paradoja no es cosa del guión de Fesser, sino que es algo que se produce en realidad. Precisamente las mujeres, las que peor paradas salen con el trato que la Iglesia les depara, son las más devotas. Este es otro aspecto que viene a denunciar 'Camino' de forma muy acertada.
Todos los intérpretes logran unas actuaciones inmensamente creíbles y que conmueven con una enorme fuerza. Probablemente habría que destacar el trabajo de Nerea Camacho ya que, al ser una niña, nos parece más difícil lo que hace. Mientras comenzamos viéndola como una mimadita, acabamos sintiendo una enorme pena y sus resignación nos enternece tanto que es imposible no sufrir por lo que le ocurre.
Los adultos son igualmente buenos. Destaca Venancio también porque su José es el personaje más interesante de 'Camino'. Las mujeres están igual de bien. Vellés también está perfecta encarnanod al único personaje que podría lanzar un rayito de esperanza. Tanto en ella como en las demás mujeres puedes entrever, sin que te lo digan, lo que pasa por su interior. 'Camino' es una película que tiene un gran trabajo del subtexto y en la que constantemente estamos adivinando los sentimientos de los personajes sin que éstos expresen nada.
SPOILER: Como digo, la hermana de Camino, Nuria, era la oportunidad de Fesser de terminar su terrible historia con un pequeño destello de esperanza. Pero no ocurre así. Si algo se puede criticar a la película, que por todo lo demás me parece buenísima, es que no da tregua, no deja el más mínimo respiro. Probablemente con la intención de causar más mella, cosa que sí, es cierto, hace falta; a quienes no nos tiene que convencer nos machaca FIN DEL SPOILER.
Se ha comentado que esta película era muy necesaria. Me gustaría pensar que eso es verdad. Es decir, me gustaría pensar que puede tener algún efecto. Sin embargo, me temo muy mucho que se trata de una de esas creaciones que predican al converso y que no convencerán a nadie que necesite ser convencido. Quien esté a favor del Opus verá en esta película manipulación y exageración, retrato caricaturizado… todo cosas que no existen, pero las verá porque necesitará encontrar la forma de desmontarla, de desacreditarla, de arremeter contra ella y de no necesitar hacer caso de ella.
No por ello considero que tenga menos valor, pero lo que sí diría es que no puede ser la única. Ha sido la primera película en atreverse a tratar al Opus de una manera muy directa y sin disimulos. Creo que estaría muy bien que se hiciesen otras en las que se viese más la influencia que tienen sus miembros en nuestra economía y en nuestra sociedad, ya que es algo que probablemente no se sepa. 'Camino' te deja con el alma espachurrada, pero lo único que te muestra es cómo algunas personas se destrozan a sí mismas y a su familia y eso puede parecernos que no es nuestro problema. Sin embargo, si se mostrarse el poder del Opus en muchas decisiones que nos atañen a todos, entonces sí se llegaría a satisfacer esa necesidad que se dice que había por hacer crítica hacia esta institución.
'Camino' es un film sumamente inteligente que, sin cargar las tintas y sin hacer nada directo, destroza a una institución limitándose a mostrar lo que hay, a contar la realidad.
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