Netflix ya había dejado claro desde un primer momento que iba a dar un trato privilegiado a la trilogía de 'La calle del terror' desde el momento en que adquirió sus derechos. Y es que hacerse con tres películas conectadas entre sí para estrenarlas de forma consecutiva era un movimiento que podía salir muy bien o muy mal.
Nunca sabremos hasta qué punto ha sido una cosa u otra, pero 'La calle del terror - Parte 1: 1994' lleva apareciendo en el Top 10 de lo más visto de la plataforma desde su estreno y este viernes 9 de julio será el momento de poder ver 'La calle del terror - Parte 2: 1978', una notable secuela que toma como referente el slasher de finales de los 70 y principios de los 80.
Un gran y disfrutable flashback
Si en la primera entrega era imposible no acordarse de 'Scream', la franquicia que viene irremediablemente a la cabeza viendo la segunda parte es 'Viernes 13', llegando al punto de que el asesino acaba con un look similar al de Jason Voorhees en alguna de sus primeras apariciones en las secuelas de la cinta dirigida por Sean S. Cunningham en 1980.
Sin embargo, hay algo que distingue a 'La calle del terror - Parte 2: 1978' de otros slashers en la línea de 'Viernes 13' como 'La quema' o 'Campamento sangriento': La necesidad de conectar su historia con un universo mayor, sirviendo al mismo tiempo como expansión de lo visto en 'La calle del terror - Parte 1: 1994' y avanzadilla del cierre de la trilogía con 'La calle del terror - Parte 3: 1666'.
Este punto podría haber jugado en su contra, ya que al final acabamos asistiendo a un enorme flashback para así conseguir la información necesaria para terminar de encajar las piezas sobre cómo hacer frente a esa temible fuerza sobrenatural que está detrás de todo. Si nos ceñimos exclusivamente a "avanzar" la historia, el impacto de 'La calle del terror - Parte 2: 1978' es más reducido, pero eso no quita para que esa un etapa intermedia de lo más disfrutable.
Una de las cosas más llamativas de la película es que es cierto que varios de los lugares comunes de este tipo de propuestas están ahí, pero el guion de Zak Olkewicz se preocupa de dar más entidad de la habitual a los protagonistas -a menudo simples adolescentes llamados a morir de forma horrible sin que apenas sepamos nada de ellos-, en especial a las dos hermanas interpretadas por Emily Rudd, vista en 'Dinastía', y Sadie Sink, muy popular por dar vida a Max en 'Stranger Things'. Hay buena química entre ambas actrices, pero el auténtico alma de la película es Sink.
Muchas virtudes y alguna pequeña pega
Por ahí la película consigue una dimensión dramática bastante más lograda de lo habitual en estas producciones. Sospecho que habrá algunos espectadores que se desesperen porque la masacre tarde un poco en llegar, pero el festín violento acaba llegando, dejando al espectador varios asesinatos para el recuerdo.
Además, el haber dado algo más de mimo a los personajes ayuda a que la tensión sea más eficaz en esa escalada de crímenes que tarde o temprano acabará llegando hasta ellas. matizando de paso parte el hecho de que en realidad ya sepamos lo que va a suceder.
Lo que sí me gustaría destacar es que 'La calle del terror - Parte 2: 1978' nunca llegue a conseguir transmitir del todo ese ambiente de los años 80 propio de los slashers que toma como referencia. A la hora de abordar la historia sí se agradece que no haya ninguna excusa moderna, sino una determinación clara sobre el camino a seguir, pero en lo puramente visual eché en falta una apuesta más decidida en términos de fotografía para que realmente sintiera como si estuviese viendo un slasher de los años 80. Y es una pena, porque se nota más trabajada que su predecesora en este punto, pero la primera entrega sí que me transmitía mejor ese espíritu de heredera de 'Scream' en este apartado concreto.
Por lo demás, se nota que la directora Leigh Janiak respeta las señas de identidad de este tipo de obras, pero también da la sensación de sentirse más cómoda con la violencia, donde hay asesinatos para todos los gustos, bien introducidos y ejecutados, que con el sexo. Es verdad que existe la inevitable escena de una pareja acostándose para luego ser ajusticiada, pero hay un intento de dotar de cierta elegancia a ese momento en lugar de usar los desnudos como reclamo.
En resumidas cuentas
Tenía mis miedos sobre que 'La calle del terror - Parte 2: 1978' pudiera ser una simple etapa intermedia dentro de la trilogía, pero a la hora de la verdad sabe homenajear con acierto y sin ninguna coartada innecesaria al slasher de la edad dorada del género. Contundente, entretenida y con una Sadie Sink que debería convertirse en una estrella más allá de 'Stranger Things.
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