Que una película a priori tan interesante como 'Cadillac Records' haya pasado de puntillas, casi desapercibida, por las carteleras sólo es comprensible una vez se ha visto. Porque, como digo, en un principio, uno piensa que tiene elementos más que suficientes para atraer y entusiasmar al público. Un reparto con caras conocidas, una buena historia y una cuidada ambientación (se ve en el trailer) no han servido para enganchar a nadie. El motivo, en mi opinión, es que da por hecho que todos conocemos lo que se narra aquí, y que, por tanto, podían ahorrar detalles y centrarse en las canciones, que los musicales (aunque ésta no entra en el género) están de moda. Error.
'Cadillac Records' se centra en el mítico sello "Chess Records", una discográfica que revolucionó la música, ni más ni menos. La película nos traslada a Chicago a lo largo de tres décadas, de los años 40 a los 60, presentándonos cómo surge el sello y cómo acaba, a través de los diferentes personajes más característicos de su historia, especialmente dos: el creador, Leonard Chess, y el músico Muddy Waters, con el que Chess consiguió su primer éxito. También hay hueco para otras grandes figuras de la música de ese tiempo, como Little Waters, Etta James y Chuck Berry.
Si los nombres que he citado te suenan a chino (lo cual entra dentro de lo normal, lo raro es que no sepas quiénes son David Bisbal o Britney Spears), o apenas conoces de ellos más que los nombres o un par de canciones, me imagino que puedes tener dos actitudes con respecto a esta película: o "no me interesa en absoluto" o "me interesa porque cuenta algo que no sé". A los primeros les diré que pueden pasar perfectamente de este título, porque no es nada especial, y a los segundos que se animen, que sabrán un poco más, pero que no esperen una buena película.
La realizadora Darnell Martin, curtida en televisión, donde ha trabajado para series como 'Urgencias', 'Anatomía de Grey' o 'Ley & Orden', tiene a su disposición un material de gran potencial, pero no consigue sacarle provecho, no logra exprimirlo para que la narración resulte tan interesante como debería. No parece difícil (he dicho parece, ¿eh?), contar la clásica historia de unas personas que superaron su problemática situación, todas las dificultades que fueron surgiendo en sus vidas (incluso algo tan complicado pero tan corriente como las barreras psicológicas que las propias personas nos construimos y que nos impiden avanzar), y triunfaron haciendo lo que más amaban: la música. Añadir mucho melodrama, muy buenas canciones, las inevitables redenciones... y agitar. ¿De verdad era tan complicado?
No escasean los ejemplos de buenos dramas que giran en torno a figuras legendarias de la música, con los que podríamos comparar la eficacia y el impacto de esta flojita 'Cadilllac Records'; pero ya sabéis lo que dicen de las comparaciones. Desde luego, en este caso, estoy seguro que Martin no querrá ver su película enfrentada a títulos como 'Amadeus' o 'Bird'. Normal. Lo que ya no lo es tanto es que tampoco aguante la comparación con otras obras menores. 'Ray' por ejemplo, una película sencilla pero muy efectiva que gana muchos puntos gracias a la soberbia interpretación de Jamie Foxx.
En este tipo de películas, las interpretaciones son fundamentales. Y es uno de los puntos donde falla 'Cadilllac Records', aunque no tanto como la incapacidad de Martin para que su relato tenga solidez y resulte emocionante. Pero es cierto, al menos bajo mi punto de vista, que la labor de Adrien Brody, que no sale precisamente poco, deja mucho que desear, quedándose en muchas escenas con esa expresión suya que ya empieza a resultarnos (desgraciadamente) familiar y que podría resumirse con la frase "estoy aquí, pero no". Todos los demás, por el contrario, están bastante bien, destacando especialmente Jeffrey Wright (cuya forma de hablar me recordaba constantemente al Ennis del Mar de Heath Ledger en 'Brokeback Mountain') y Mos Def, un tipo que no deja de sorprenderme, y es que a pesar de su aún corta trayectoria, su trabajo me han parecido de lo más destacable de las películas en que lo he visto (concretamente, pienso en '16 calles' y 'Rebobine, por favor').
Def encarna a Chuck Berry, que no tiene la presencia que sería deseable, y Wright a Muddy Waters, el otro protagonista central de la trama, junto a Brody (que es Leonard Chess). También hay que destacar la presencia, secundaria, de Beyoncé Knowles como Etta James, cuya aparición aporta algo de interés a una película cuyo ritmo (nunca mejor dicho) va decayendo considerablemente conforme pasan los minutos; Beyoncé es guapa y tiene una voz extraordinaria, eso está claro, pero está muy lejos aún de ser una buena actriz, y cuando se junta con Brody la química es nula. Otros como Cedric The Entertainer (en el papel de Willie Dixon), la atractiva Emmanuel Chriqui (hace de esposa de Chess), Columbus Short (encarna a Little Walter) o Heamonn Walker (un impresionante Howlin´ Wolf), cumplen con mucha mayor con sus respectivos personajes, aunque algunos tienen muy poca participación en la trama.
En resumen, una película entretenida y con cierto valor, puesto que nos presenta una historia basada en hechos reales sobre una serie de personajes que influyeron en la música. En este sentido, es muy probable que 'Cadilllac Records' sea un título más indicado para los melómanos, que para un público más general. La cuidada ambientación, las interpretaciones de Wright, Def y Walker, y por supuesto una banda sonora fantástica, lo mejor de todo, son los puntos fuertes de una película que debería aportar mucho más, pero que carece de la fuera y el dramatismo que necesitaba la historia. Una pequeña decepción.