'The Taking of', 'The Exorcism of', 'The Possession of'... Todo cinéfilo con especial interés por el terror podrá reconocer instantáneamente estas tres fórmulas con las que se inician buena parte —tal vez demasiados— de los títulos de filmes recientes del subgénero de posesiones. Cintas, por norma general y salvo gratas sorpresas, que constituyen productos de segunda categoría edificados con desganas sobre unos cimientos armados a base de clichés.
'The Possession of Hannah Grace', astutamente renombrada como 'Cadáver' para su estreno dentro de nuestras fronteras, arranca con una secuencia introductoria que, como no podría ser de otro modo, hace plena justicia a su título original. Sus ingredientes no son otros que una muchacha atada a una cama, un grupo de sacerdotes en plena faena, contorsiones, blasfemias y un considerable número de golpes de efecto vistos una y mil veces que invitan a pensar lo peor.
Pero, inesperadamente, del mismo modo modo que sucede con la reinvención de su título, que huye de las siempre nocivas ideas preconcebidas, el realizador holandés Diederik Van Rooijen se las ha apañado con su salto al panorama estadounidense para dar una vuelta de tuerca a las bases de largos congéneres, a 'Cadáver'; ofreciendo un producto que pese a su modestia y limitaciones, sabrá cómo hacer las delicias de todos los amantes del terror que busquen un relato tan libre de ataduras como de prejuicios.
Terror tan humilde como hábil
Resulta complicado no observar 'Cadáver' sepultada bajo la sombra de la fantástica 'La autopsia de Jane Doe'; cinta ampliamente superior con la que comparte código genético. No obstante, una vez se entra en materia y se descubren las virtudes particulares de la obra de Van Rooijen, como su —hasta cierto punto— original aproximación al cine de exorcismos, su notable ambientación, lo ideal de enmarcar el relato en una morgue y la solvencia a la hora de aprovechar el escenario, la cosa cambia.
Dejando las comparaciones a un lado, y teniendo en todo momento presente la idea de que nos encontramos ante un producto "menor" —y muy consciente de ello—, es de rigor ensalzar una lista de aciertos que, sin destacar, logran elevar el filme al evaluarse en conjunto. Estas pasan por un uso muy hábil de los personajes secundarios, unas pequeñas dosis de humor muy bien medidas y una puesta en escena ágil y sencilla que logran que nos olvidemos de que, en efecto, en 'Cadáver' no sobran los tópicos.
Pero donde muchos otros largometrajes emparentados con este optan por ese "terror" manido, escudado en jumpscares, subidas de volumen y demás recursos de saldo, 'Cadáver' centra la inmensa mayoría de sus esfuerzos en construir una atmósfera a la altura que la permite prescindir de todo esto; pudiendo mantener un suspense prácticamente constante y brindando unas cotas de entretenimiento que, para ser honesto, no esperaba en absoluto.
Haciendo honor a la verdad, cabe recalcar que 'Cadáver' sufre de una narrativa algo caótica en algunos pasajes y de una aproximación al conflicto interno de la protagonista algo vacua e introducida con calzador. Pero en cómputo global, y desde los ojos de un aficionado al género cansado de ver en pantalla la misma plantilla repetida una y mil veces, esta agradable sorpresa se alza como un juguete tan simple como divertido, ideal para pasar un buen mal rato. Ni más, ni menos.
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