Si bien nunca llegué a formar parte plena de ese nutrido grupo de detractores que, considerándose auténticos amantes del cine de terror, renegaron desde un primer momento de cómo Neil Jordan había llevado al cine 'Entrevista con el vampiro' ('Interview with the Vampire', 1994), sí que es cierto que mi actual fascinación hacia la propuesta del cineasta irlandés ha sido el resultado de un proceso gradual a través de las dos décadas que han transcurrido desde su estreno, yendo en paulatino aumento conforme a los diversos revisionados que he podido efectuar.
Huelga decir pues que cuando hace dos años se supo que Jordan iba a embarcarse en una nueva producción con los chupasangres como protagonistas, basándose en esta ocasión en la obra teatral 'Una historia de vampiros' de Moira Buffini, las expectativas de poder volver a encontrarnos con el cineasta que firmó la cinta protagonizada por Tom Cruise y Brad Pitt —y cuya trayectoria desde entonces podría considerarse algo errática— hacían de 'Byzantium' (id, 2012) un filme esperadísimo, al menos en lo que al que esto suscribe respecta, claro.
Casi dos años después
Tras el "inexplicable" retraso en el estreno de 'Byzantium' podemos encontrar similares términos a los que ya comenté en su momento para con 'La cabaña en el bosque' ('Cabin in the Woods', Drew Goddard, 2012). Añadiendo aquí el limitado potencial comercial del filme de Jordan a la ecuación, la distribuidora internacional encargada de vender el filme pedía una cantidad indecente de dinero por el mismo y ninguna empresa española quiso arriesgarse a perder la inversión en estos tiempos tan poco proclives para las taquillas.
Transcurrían así pues los meses, llegaba el pase en nuestras tierras en el Festival de Sitges y 'Byzantium' seguía sin encontrar quien quisiera distribuirla por el territorio español hasta que A Contracorriente Films se interesa por la cinta y considera la opción de hacerse con ella, algo que la distribuidora internacional sigue poniéndole complicado por el alto precio que continua pidiendo por ella a pesar del tiempo transcurrido desde su estreno en Reino Unido a principios de 2013.
Así las cosas, y tras unas arduas negociaciones, la afortunada intercesión de Canal +, que al igual que hiciera con la cinta producida por Joss Whedon, emitía en exclusiva el filme anoche, 'Byzantium' llega por fin hoy a las pantallas españolas para desplegar sus muchos encantos. Y es que, con o sin sus retrasos, lo que es incuestionable es que la última propuesta cinematográfica de Jordan se acerca mucho al atractivo que ostentaban 'El fin del romance' ('The End of the Affair', 1999), 'El buen ladrón' ('The Good Thief', 2002) o 'Desayuno en Plutón' ('Brakfast in Pluto', 2005), por citar tres ejemplos relativamente recientes.
'Byzantium', la elegancia
Si hay un apelativo que unifica a las tres cintas arriba citadas, y que recoge a la perfeccíón lo que pudimos ver años atrás tanto en 'Entrevista con el vampiro' como en 'Juego de lágrimas' ('The Crying Game', 1992) ese es elegancia, una cualidad de la que Jordan lleva haciendo gala desde los comienzos de su trayectoria en el mundo del séptimo arte —recordemos, cómo no, 'En compañía de lobos' ('The Company of Wolves', 1984)—, que encontraba quizás su máximo exponente en la adaptación de la novela de Rice y que en 'Byzantium' vuelve a ser valor a destacar.
Un valor que dimana tanto de lo espléndido de la narrativa de Jordan y de su claridad expositiva, como de los ambientes en los que se sitúa la historia y cómo saca partido de ellos: las primeras, que siempre han dotado de fascinante atractivo al cine del irlandés, encuentran aquí sus mejores momentos en todas aquellas secuencias en las que el protagonismo recae sobre la azulada mirada de infinita melancolía que desprenden los ojazos de Saoirse Ronan, una actriz que vuelve a demostrar cuánto puede llegar a dar de sí en manos de un director hábil.
Con la compañía de una sensual y voluptuosa Gemma Arterton, y puestas ambas en manos de Jordan, que sabe cómo sacarles partido desde el contraste con la parte masculina del casting —atención especial merecen tanto Johnny Lee Miller como Caleb Landry Jones—, la historia de 'Byzantium', que sigue a dos vampiresas, sirve al cineasta para volver a innovar, como ya hiciera hace veinte años, sobre el saturado tejido de la mitología de los señores de la noche, despojando aquí a los chupasangres de todo elemento sobrenatural salvo de su necesidad de sangre para sobrevivir y, por supuesto, su inmortalidad.
En ese esfuerzo consciente por fijar su atención en un relato que no sea "uno más de tantos sobre el género", Jordan termina construyendo una cinta que merece la pena visionar y que atesora no pocos instantes de una belleza y una poética incuestionables. Quizás al relato le hubiera faltado algo más de empaque en la definición de ciertos personajes —ese Noel interpretado por Daniel Mays— pero sus muchas valías visuales hacen de él un vehículo de gran atractivo que vuelve a poner de relieve lo mucho que Jordan podría ofrecer al cine si sus intervenciones en este mundillo fueran algo más recurrentes.
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