'Brüno', sólo para fans de 'Borat'

¿Existe alguien que todavía no sepa si es fan o no de Sacha Baron Cohen? Cuando llegó ‘Borat’, las opiniones se dividieron de manera muy radical y sería absurdo recomendar a quienes se pusieron en la vertiente del odio que le den otra oportunidad al humorista con ‘Brüno’, que llegará el 10 de julio a nuestras pantallas de la mano de Dan Mazer. Aunque el registro varíe, se van a encontrar sensaciones muy parecidas con este nuevo film donde el cómico británico rescata a otro de sus personajes habituales en su programa de sketches.

Brüno es un presentador de un programa de moda en Austria que es despedido tras estropear una emisión con su torpeza. En lugar de rendirse, decide emigrar a Los Angeles, donde cree que conseguirá la fama inmediatamente. Pero la tierra prometida se lo pondrá más difícil de lo que esperaba.

Te guste o no lo que hace, lo que no se puede negar es que Sacha Baron Cohen es un actor increíble. Se mete de tal manera en sus personajes y los interpreta con tanta fidelidad que es imposible no sentir que la persona que estás viendo es exactamente así. Al cabo de un rato de ver ‘Brüno’, no puedes imaginarte que esté interpretando y que en realidad sea de otra manera.


Sin embargo, lo que son en sí las escenas a mí personalmente me convencen mucho menos. Me parece que la mayoría de las veces se alargan mucho más de lo que realmente dan de sí y que no son tan graciosas como convendría. El inicio de la película es lo más flojo en este sentido. A partir de la mitad va cobrando interés, cuando Brüno decide meterse en grupos religiosos que “curan” a los homosexuales y se adentra en los terrenos más hetero que encuentra. Las reacciones de estas personas, que no se esperan encontrarse con semejante individuo, son divertidas.

Para encontrarle la gracia o incluso la curiosidad a estos momentos, hay que entender perfectamente que se trata de un documental, es decir, que el actor se ha ido enfrentando con personas reales y que las réplicas de éstas son genuinas. No son actores y los diálogos no están escritos previamente en un guión. Lo que más nos puede impedir que sintamos esta autenticidad es el doblaje. La voz de él no está demasiado bien, pero el problema mayor no es ese, sino el que los demás personajes, al estar doblados, parezcan eso: personajes, en lugar de gente real.

La fecha del estreno de la película no está mal pensada, ya que han aprovechado las fiestas del orgullo gay para que Baron Cohen viniese a España a promocionarla. Sin embargo, también han tenido mala suerte en este respecto, pues se han visto obligados a eliminar la graciosa secuencia con La Toya Jackson, en la que constantemente se hablaba de Michael: Brüno recibía a la hermana del cantante con el único propósito de conseguir el teléfono de la estrella para convocarlo a una entrevista que le proporcionase enorme fama. No sé si sería de mal gusto –quiero decir de peor gusto que el resto de la película— mantener la escena, pero lo que es seguro es que sonaría extraña.

El personaje de Brüno es un tipo superficial y casi rayano en la subnormalidad, pero que tiene un gran corazón y que, después de todos sus despropósitos, acaba despertándonos algo de ternura. Gracias a eso, el final de la película casi podría valer para terminar una comedia romántica. A pesar de que todo sean momentos sacados de entrevistas reales, la película va teniendo una progresión argumental similar a las de las películas de ficción y acaba con un clímax de gran intensidad.

Al igual que con ‘Borat’, la intención de Baron Cohen con esta película es demostrar lo cazurras que son algunas personas y, efectivamente, eso se consigue. Por encima del escándalo fácil y de las escenas innecesariamente grotescas, queda ese valor.

Más información en Blogdecine sobre ‘Brüno’.

Mi puntuación:

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