La primera temporada de 'Los Bridgerton' fue un éxito impresionante. Muy pronto se convirtió en la serie más vista de Netflix durante sus primeros 28 días disponible en la plataforma -récord que sería destrozado posteriormente por 'El juego del calamar'-.
Rápidamente renovada por una segunda temporada -no mucho después se garantizó su continuidad hasta, como mínimo, la cuarta-, la nueva entrega de 'Los Bridgerton' llegará a la plataforma este viernes 25 de marzo. Sin embargo, hoy mismo se ha levantado el embargo y yo por ahora he disfrutado con ella aún más que con la primera, a la que me atrevería a decir que supera en prácticamente todo.
Con las ideas muy claras
Por lo pronto, 'Los Bridgerton' conserva todas las virtudes que demostró en la primera temporada, desde su ritmo ágil hasta su tono ligero para que sea muy fácil entrar en esos juegos románticos propios de la alta sociedad. Es verdad que hemos perdido a Regé-Jean Page -Phoebe Dynevor sí que sigue a bordo, y con una presencia mayor a la que tenía en el libro que adapta esta segunda entrega-, pero lo que obtenemos a cambio lo compensa con creces.
Por lo pronto, Jonathan Bailey crece muchísimo como Anthony respecto a la primera temporada, tanto en protagonista como en lo que demuestra. A priori tenía mis dudas sobre que eso fuera posible, pero he acabado encantado con su aportación, sobre todo cuando comparte escena con la Kate Sharma de Simone Ashley ('Sex Education'). Ambos están muy inspirados y divertidos, tanto cuando se juega con la idea del enfrentamiento entre ambos como cuando es evidente la existencia de una atracción mutua.
Además, el gran obstáculo que les aleja en lo emocional es mucho más estimulante que todo lo referido a Daphne y Simon, donde la serie acababa pasándose un poco de la raya en lo dramático -y no era la única vez que lo hacía-. Aquí ese componente está mejor medido, incluso cuando explora un evento clave del pasado de Anthony que marcó para siempre la persona que iba a ser.
Lo que sí sigue siendo cierto es que en 'Los Bridgerton' hay demasiado personajes para prestar la atención debida a todos ellos, pero en la segunda temporada noto una franca mejoría. En parte probablemente sea porque, en mayor o menor medida, ya conozco a todas las piezas importantes del tablero con el juegan sus responsables, pero sí noto un puntito más de variedad sin que ello suponga en ningún momento sacrificar el objetivo claro de la temporada. Un buen ejemplo de ello es la divertidísima partida de cricket del tercer episodio.
Todo en su sitio salvo por un detalle
La serie tampoco descuida ciertos cambios que introdujo respecto a las novelas originales, como el hecho de que ya conozcamos la identidad de Lady Whistledown, y juega con ellos en paralelo, desarrollando así a los personajes secundarios y allanando el camino de cara a un futuro más o menos cercano.
La única consecuencia negativa de ello es que los episodios de 'Los Bridgerton' siguen siendo demasiado largos. Personalmente preferiría temporadas más largas -nada de malo habría en 10 episodios en lugar de 8- y así aligerar un poco de contenido cada uno de ellos. Y es que la serie se sigue viendo con facilidad y disfrutando mucho siempre que no tengas alergia hacia este tipo de relatos, pero más de una vez me ha pasado por la cabeza la idea de que lo sería aún más simplemente con ese cambio.
Más allá de eso, el trabajo del reparto sigue siendo impecable, los guiones manejan muy bien ese toque de culebrón propia de este universo pero sin llevarlos a extremos innecesarios -aquí se prioriza más lo juguetón en lugar de los giros enrevesados o las sorpresas más o menos gratuitas-, el trabajo de ambientación es irreprochable, como también la banda sonora de Kris Bowers, y en general queda la sensación de que han perfeccionado todo lo que ya funcionaba en la serie y pulido algunos errores.
En resumidas cuentas
'Los Bridgerton' ha regresado con energías renovadas en su temporada 2. Todo lo que me gustaba de la serie sigue ahí, como mínimo al mismo nivel, pero es que además lo que no me convencía tanto también ha mejorado. Pero al final lo más destacable es que es más entretenida y divertida que su predecesora, por lo que si ya disfrutaste entonces, no veo motivo para que no vuelvas a hacerlo.
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