El estreno de ‘Brave (Indomable)‘ (Mark Andrews y Brenda Chapman, 2012) me hace pensar en que cuando se estrenó ‘Toy Story‘ (John Lasseter, 1995) comenzó una de las relaciones más longevas que recuerdo entre éxito económico y calidad artística para una compañía que durante varios años había estado dando cuantiosas pérdidas. El mito de que Pixar era infalible no paró de crecer hasta que surgieron las primeras dudas con el lanzamiento de ‘Cars‘ (John Lasseter, 2006), un éxito comercial innegable, pero que dejó a muchos con cierta sensación de desencanto pese a estar lejos de ser una mala película.
Sin embargo, sus siguientes cintas disiparon esas dudas con creces hasta llegar al punto de que en el horizonte de la compañía sólo aparecían secuelas: ‘Toy Story 3‘ (Lee Unkrich, 2010) vino a demostrar que se pueden hacer muy buenas terceras entregas, pero la discreta ‘Cars 2‘ (John Lasseter y Brad Lewis, 2011), película únicamente realizada para aprovechar lo popular que era el merchandising de la primera parte (y no es que la precuela de ‘Monstruos, S.A.‘ (Monsters Inc, Pete Docter, Lee Unkrich, David Silverman, 2001) pinte mucho mejor), volvió a sembrar la duda que tenía que despejar (o terminar de confirmar) ‘Brave (Indomable)‘, única aventura original que Pixar va a ofrecernos desde 2009 hasta 2015, y en la que además se apuesta por una protagonista femenina por primera vez.
La película más Disney de Pixar
La idea de trazar una clara línea divisoria entre las cintas animadas Disney y las de Pixar es un tanto ambiciosa, ya que ambas comparten multitud de temas y soluciones argumentales, pero es cierto que hasta ahora era muy sencillo distinguir una película Pixar no ya sólo de las de Disney, sino de las propuestas de cualquier otro estudio de animación. La gran excepción fue ‘Cars’, y no por el debate sobre si es una buena película o no, sino porque era totalmente deudora de títulos como ‘Doc Hollywood‘ (Michael Caton-Jones, 1991), donde se fomentaba los beneficios de la vida rural americana en contraposición al estrés urbano.
Sin embargo, y por injusto que sea, el primer gran punto de encuentro con Disney es la utilización de una princesa como eje del relato, pero no para centrarnos en sus debilidades y la necesidad de un príncipe salvador con el que acabe casándose y comiendo perdices (¿no deberían estar extinguidas si fuese cierta la coletilla de marras?). Disney ya intentó hace poco estirar un poco los límites de esta propuesta en la simpática ‘Enredados’ (Tangled, Nathan Greno y Bryon Howard, 2010), donde se combinaban fallos y aciertos tanto de Disney como de Pixar y Dreamworks, compañía algo denostada, pero de la que ha salido el mejor clásico Disney (no oficial, obviamente) de los últimos 20 años, la estupenda ‘Cómo entrenar a tu dragón‘ (How to train your dragon, Chris Sanders, Dean DeBlois).
Por su parte, la nueva propuesta de Pixar sí que se atreve a desmontar ciertos tópicos (los príncipes no podrían ser más inútiles y la princesa protagonista reniega de la posición sumisa destinada para ella), pero no es más que una evolución natural de un punto concreto, ya que en el resto cae en los mismos temas, casi idéntica evolución e incluso una moraleja mimética que ya habíamos visto miles de veces en varias producciones Disney. De hecho, hay un clásico Disney relativamente reciente con el que guarda tantísimos puntos en común que sólo el imperativo de no desvelar más de la cuenta me impide trazar más paralelismos con dicha cinta. Eso sí, una vez hayáis visto ‘Brave (Indomable)’ sabréis enseguida a qué titulo me refiero.
Aciertos y fallos de ‘Brave (Indomable)’
Ese giro sirve para fortalecer la auténtica base fundacional de la película: La necesidad de reconciliación entre madre e hija, una atada a las tradiciones (el Disney de antaño) y otra queriendo vivir la vida y disfrutar de todo tipo de aventuras (Pixar). ‘Brave (Indomable)’ explora de forma un tanto irregular este hecho, ya que logra crear dos personajes interesantes tanto a nivel individual como por el contraste entre ellos, pero se pierde en tópicos, rupturas de las propias reglas que nos había marcado y soluciones argumentales un poco pobres a la hora de hacer evolucionar su relación, muy bien explicada inicialmente eso sí, hasta el inevitable desenlace que todos esperábamos. Se produce así un contraste algo insatisfactorio entre su fresco y vital arranque con un desenlace manido y que casi transmite la sensación de ser autoimpuesto.
Seguro que en eso que comento pesa mucho el despido de Brenda Chapman a mitad de rodaje por diferencias creativas con el estudio. Es un poco aventurado decirlo, pero estoy convencido de que su visión de todo lo que sucede con posterioridad al gran giro argumental hubiese sido muy diferente. Y es que ‘Brave (Indomable)’ quiere ser al mismo tiempo un cuento de hadas convencional y un intento de subvertirlo, provocando eso demasiados altibajos en lo que transmite al espectador, ya que el componente bipolar de la película se convierte en su mayor limitación, algo a lo que también ayudará que tantas personas trabajasen en su guión.
Sí que es cierto que ‘Brave (Indomable)’ mantiene el impecable acabado visual al que nos tiene acostumbrados Pixar, un gran trabajo vocal de sus dobladores (aunque he de reconocer cierta debilidad personal por el acento escocés) y que la banda sonora de Patrick Doyle funciona tan estupendamente que uno no echara para nada de menos a Michael Giacchino. Las canciones de Russian Red ya son otro cantar, ya que su uso para crear momentos musicales no podría sobrar más, ya que rompen la evolución narrativa y únicamente sirven para recalcar aspectos de Mérida ya conocidos. Personalmente, me parece otro punto en el que Pixar abraza a Disney para intentar llegar a un punto intermedio, pero lo hace de una forma poco inspirada y a través de canciones que uno ya ha olvidado nada más dejan de sonar. Este punto es algo que los grandes clásicos Disney se trabajaba con mucho más mimo.
En definitiva, ‘Brave (Indomable)’ es la película más Disney de Pixar, ya que sí es cierto que cuenta con el exquisito acabado visual de la compañía, pero en el fondo no es más que una prolongación de algo que ya nos había propuesto otro clásico Disney. Mismos temas, misma evolución y similares conclusiones, lo único que todo ello desarrollado con mayor acierto para convertir a ‘Brave (Indomable)’ en una buena película, pero nada más, lo cual siempre será una decepción bastante grande viniendo de quien nos viene. Sin embargo, sería muy injusto destrozarla por no ser una joya Pixar (del mismo modo que también lo sería ensalzarla sólo por ser de Pixar como estoy convencido que hará más de uno), sino un clásico Disney de nivel medio (o medio-bajo quizá sea más apropiado). Algo es algo.
Otra crítica en Blogdecine: ‘Brave (Indomable)’, donde reinan las princesas
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