Y llegó la sorpresa. Después del fracaso de ‘Flash’, el estreno de uno de los personajes más ignorados de DC Comics era esperado con una mezcla entre incredulidad, indiferencia y relativo rechazo tras la llegada de James Gunn y Peter Safran como nuevos señores de todos los medios del DC Extended Universe que viene. No podíamos estar más equivocados. ‘Blue Beetle’ no solo es la mejor película de la compañía desde ‘El Escuadrón suicida’, sino que es el mejor estreno de superhéroes del año.
Viéndola es más fácil explicarse el cambio en el plan original de lanzarla en HBO Max, pero sea por Discovery asumiendo el control de Warner y la atención centrada nuevamente en los estrenos en cines que por la calidad del producto, sería una pena haberla visto relegada a streaming. El murmullo positivo se confirmó con una potente respuesta en Rotten Tomatoes que ha puesto al gran debut de acción en vivo de Jaime Reyes como candidata a arrebatar el número uno a ‘Barbie’ por primera vez en semanas, pese a que sus números estuvieran condenados de antemano.
‘Blue Beetle’ es el "capítulo cero" de una nueva era para las películas de DC bajo un arco llamado ‘Dioses y monstruos’ que comenzará en 2025 con la nueva versión de Superman dirigida por el propio Gunn, quien ha confirmado que este es el primer personaje de DCU en ese nuevo universo. Un héroe que ha evolucionado bastante a lo largo de las décadas, desde Dan Garret, quien obtuvo superpoderes de una vitamina especial y luego un "escarabajo sagrado", seguido por Ted Kord, y el actual encarnado por Jaime Reyes, quien regresa a su ciudad natal de Palmera City después de graduarse de la universidad.
Sin embargo, su casa no está exactamente como la dejó. Mientras se adentra en la vida adulta, se encuentra con una extraña reliquia antigua de origen alienígena, el escarabajo, que elige a Jaime para que sea su anfitrión simbiótico, cubriéndolo con una armadura de alta tecnología capaz de poderes increíbles (e impredecibles), como crear armas. Es decir, una especie de mezcla entre ‘Venom’ y ‘Linterna verde’ que tiene un traspaso generacional parecido y temática insectoide común como ‘Ant-man’, aunque el diseño parezca la versión teñida de la armadura del Spider-Man de ‘Endgame’.
Echemos abajo la estación del tren
No es la versión más original de un superhéroe, pero eso no es lo importante aquí. El carisma del actor Xolo Maridueña ofrece el descaro juvenil que no atesoran las aventuras púberes del hombre araña de Tom Holland, y resulta un acierto de casting que confirma al latino como un nuevo Ralph Maccio tras su justificado éxito en ‘Cobra Kai’. Es un guapo adolescente suficientemente atolondrado como para caer bien y con la audacia propia de su edad como para no resultar un pánfilo y generar una tensión sexual chispeante y genuina con la actriz Bruna Marquezine.
En la parte de los villanos, tampoco nada nuevo, una malvada corporación empeñada en adquirir el Escarabajo para que sirva como un arma militar podría ser perfectamente la trama de una secuela de ‘Iron Man’ (incluso el villano con armadura tiene un látigo similar al de Ivan Vanko en la segunda parte) pero en este caso tenemos a una recuperada Susan Sarandon disfrutando de cada segundo de su oportunidad de representar a una empresaria pérfida propia de una película de animación de Disney. Y no olvidar a Harvey Guillén, eterno Guillermo de 'Lo que hacemos en las sombras'.
Pero en realidad no son esos elementos lo que hacen de ‘Blue Beetle’ algo especial. El director Ángel Manuel Soto consigue hacer brillar a la familia latina cinematográfica sin resultar una caricatura y logra que la lente del género de los superhéroes aumente el efecto de un costumbrismo cercano en el que los parientes de Jaime son grandes protagonistas de la historia y vehículos para sacar el carácter de la cultura mexicana en cada ocasión. No solo hay pequeñas referencias que vienen muy al caso, como la comida, las telenovelas o incluso el chapulín colorado (¿qué es el escarabajo azul sino una actualización del mismo?), sino la forma de afrontar las dificultades.
Corazón espinado
El tema de la familia que vimos en ‘Encanto’ aparece de nuevo de forma orgánica, como un recurso para enfrentarse a males más grandes, y el poder del apoyo de la comunidad como forma de resistencia al corporativismo, a la xenofobia institucional y la desventaja de los inmigrantes, convirtiéndose en la película más política de DC, con un recado al colonialismo americano impropio de una major, que comulga bien con el que aparecía en ‘El Escuadron Suicida’ de Gunn, además de pequeños detalles muy dirigidos a la comunidad en Norteamérica.
No es casualidad presenciar cómo está presentado el asalto a la casa de la familia en la oscuridad de la noche, como una redada contra "espaldas mojadas" escondidos, y el papel revolucionario de la abuela, que tiene tiene por detrás algo más que el chiste de ver a una señora anciana con un arma. Todas las referencias a la cultura mexicana tienen algún detallito interesante, desde el escarabajo dorado de la película ‘Cronos’ de Guillermo del Toro o al emotivo guiño a ‘Macario’, que conecta la espiritualidad a través de una cinefilia exquisita, alejada del evangelismo catecúmeno.
Pero no son las únicas referencias, Soto aprovecha la oportunidad al máximo para convertir su película en una reivindicación latina que empieza por la música, con ese perfecto momento para introducir ‘Demolición’ de Los Saicos —razón más que suficiente para elevar el título por encima del resto este 2023—, y continúa hasta en la forma de presentar las peleas al estilo de la lucha libre mexicana, porque hasta en los versiones antiguas del traje del superhéroe, ‘Blue Beetle’ no deja de ser una nueva generación de Blue Demon.
La chispa perdida del cine de superhéroes
Las escenas de acción, por otra parte, son mucho más potentes de lo que hacen parecer los tráilers, con una fotografía a cargo nada menos que de Pawel Pogorzelski, el habitual de Ari Aster, al que le acompaña Bobby Krlic, que también viene de poner música a ‘Midsommar’ y ‘Beau Is Afraid’. El equilibrio de peleas, humor y drama es perfecto, consiguiendo que sus personajes importen de verdad y que los momentos más emocionantes lleguen a tocar el corazón, pese a que siempre están compensados por un humor que se permite pequeños descaros y referencias sexuales propias de Gunn —ojo a esa aparición final de las patitas del traje— sin resultar añadidos para parecerse a Marvel como en otras películas de DC.
Todo es orgánico y ligero en una película de superhéroes que no se siente prefabricada y consigue sobreponerse a su falta de originalidad gracias a un guion redondo de Gareth Dunnet-Alcocer, en el que ni sobra ni falta nada. Dos horas que parecen 90 minutos en las que nos enamoramos de una familia que nos recuerda a la nuestra y que reivindica la lucha contra el neoliberalismo salvaje al estilo de las viejas películas de Amblin de los 80, solo que ahora la amenaza no se cierne sobre las casas perfectas de la suburbia blanca, sino sobre barrios gentrificados de ciudades segregadas por origen étnico.
No hay que desdeñar el poder de un producto de gran presupuesto con tanta identidad tras la persecución a los dreamers de la era Trump y, además, si ‘Spider-Man: Cruzando el Multiverso’ tenía una exhibición de técnicas impresionante, pero le sobraban sus buenos 20 minutos, a ‘Guardianes de la Galaxia 3’ podría quitársele a Warlock y alguna que otra lágrima forzada o ‘Flash’ podría tener a un protagonista más gracioso, ‘Blue Beetle’ recupera la frescura perdida en el cine de superhéroes reciente, esas ganas de jugar con su muñeco al salir de los niños que vayan a verla y, lo que es más importante, sin depender de cameos externos, crossovers y personajes más famosos para venir a salvar el entuerto a mitad de la película.
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