El cineasta Mike Cahill consiguió llamar la atención de cierto sector del público con 'Otra Tierra', una curiosa película de ciencia-ficción en la que utilizaba ese género para ofrecer un drama de corte filosófico sobre dos personajes conectados por una tragedia. Años después intentó seguir por esa vía con 'Orígenes', pero desde 2014 su trabajo se había centrado en la pequeña pantalla con proyectos de corte más alimenticio donde no tenía la oportunidad de meter mano al guion.
Esa sequía llega a su fin con 'Bliss', una película original de Amazon que, al igual que 'Matrix', juega con la idea de las realidades simuladas, pero respetando la forma de abordar las historias de Cahill desde una perspectiva mucho más intimista. Aquí no importa tanto desarrollar un suculento punto de partida como ver el efecto que ese hecho tiene en sus protagonistas. Por desgracia, es una propuesta que acumula ideas sin saber muy bien qué hacer con ellas.
De más a mucho menos
El gran eje de 'Bliss' son sus dos protagonistas. Por un lado tenemos a Owen Wilson como un oficinista cuya vida está en una espiral descendente que parece tocas fondo cuando es despedido, dándose la particularidad de que eso no es lo más grave que sucede en dicha escena. Por su parte, Salma Hayek da vida a una misteriosa vagabunda cuya camino se cruza en el del protagonista, tardando bien poco en descubrir que no ha sido para nada una casualidad.
Llama la atención el hecho de haber elegido a Wilson y Hayek para unos papeles alejados de lo habitual en ellos y es cierto que no siempre consigue ofrecer lo que Cahill requiere de ellos, pero en líneas generales cumplen con solvencia. Y es que el problema no está en sus protagonistas, sino que surge del guion de Cahill y se acaba trasladando a su trabajo de puesta en escena, muy desganada en los escasos momentos de acción esparcidos a lo largo del metraje de 'Bliss'.
Aquí parece que una de las cosas que más le interesan es la tensión que surge en el personaje principal sobre si lo que creía su vida es una realidad simulada, con lo que ello supone sobre el hecho de tener una hija, y cómo reacciona a los diferentes descubrimientos que va haciendo a lo largo del camino. Y digo parece porque es algo que va dejándose de lado hasta el punto de que su lado más humano, eso que tanto interesaba a Cahill en sus anteriores trabajos, acaba reducido a una perezosa acumulación de ideas que va perdiendo paulatinamente el interés del espectador.
Batiburrillo sin rumbo
Esa deriva conceptual hiere de muerte a 'Bliss', provocando que el viaje emocional de su protagonista acabe dándonos igual. Hasta el primer encuentro de Wilson con Hayek no puedo decir que fuera memorable, pero sí que Cahill mantenía nuestra curiosidad y confianza. Una vez pierde lo primero al plantear ese contraste entre realidades de forma tan pobre -hacen falta más que diálogos grandilocuentes y apariciones de personalidades del mundo de la ciencia-, desaparece lo segundo y lo que queda es un relato a medio cocer en el que tampoco haber una certeza clara de lo que busca.
Es cierto que 'Matrix' viene rápidamente a la cabeza, pero Cahill propone cosas muy diferentes a lo que hicieron las Wachowski allí para ir más en la línea de sus anteriores trabajos, sobre todo de 'Otra Tierra', donde ya se jugaba con la idea de dos realidades diferentes al mismo tiempo. Sin embargo, allí apostaba por el lado más humano con un enfoque más filosófico. Eso provocaba ciertas tensiones pero en líneas generales acaba resultando satisfactorio por lo inusual que resultaba. Aquí todo desemboca más en un batiburrillo que nos va alejando cada vez del drama que vive el personaje interpretado por Wilson.
No sé si es que Cahill ha perdido la pasión o si ha tenido que hacer tantos retoques para poder sacarla adelante que la película ha acabado careciendo de una identidad propia, porque lo que aquí nos ofrece es una regresión en su cine. De forma aislada mantiene su capacidad para fascinar desde la sencillez, pero no acierta nunca a desarrollarlo bien y todo acaba apelotonándose. Es una lástima, pues ya digo que 'Bliss' no arranca mal, coqueteando con 'Matrix' para proponer algo de acuerdo a su estilo, pero a partir de ahí no deja de ir a peor.
En resumidas cuentas
'Bliss' es una decepción, un paso atrás para Cahill respecto a sus anteriores largometrajes. Justo es decir que tampoco me encuentro entre los mayores amantes de de 'Otra Tierra' y 'Orígenes', pero ambas eran películas con una idea clara que llevaba hasta el final sin miedo cuando aquí tenemos un relato atropellado que va complicándolo todo más sin ninguna necesidad real.
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