HBO no esperaba que 'Big Little Lies' fuera el éxito que fue cuando la estrenó en la primavera de 2017. Tampoco lo hicieron los críticos de Estados Unidos que pudieron ver los primeros episodios por anticipado (tal como deja claro esta crítica del Hollywood Reporter). Su final fue valorado como perfecto por crítica, público y los lectores de la novela de Lyane Moriarty (que consideramos la adaptación muy superior al libro).
Pero los involucrados decidieron que había que aprovechar el tirón y anunciaron que habría segunda temporada unos días después de que se cerrara el plazo de votaciones de las nominaciones a los Globos de Oro. 'Big Little Lies', que ya estaba confirmada como serie, se llevó el galardón a mejor miniserie. ¿Era necesaria una segunda temporada? No, pero cómo rechazar la oportunidad de ver reunido un elenco de actrices tan espectacular, al que se unía la gran Meryl Streep.
Además, esa segunda temporada estaba dirigida por Andrea Arnold. Esto último sabemos que no ha sido tal como nos habían hecho creer y aún estamos esperando que las actrices se pronuncien. Sabemos que esta situación no es ajena a la industria, pero en el contexto de esta serie adquiere unas connotaciones deprimentes. Desconocemos si hay entresijos contractuales que les impiden hacer declaraciones al respecto, pero el silencio sigue retumbando como un grito de indignación.
De estos conflictos detrás de cámaras no solíamos enterarnos hace unas décadas, por lo que podríamos decir que como espectadores y críticos solo debemos valorar lo que se ve en pantalla. Ahora sí nos enteramos y, una vez sabes ciertas cosas, cuesta hacer como que no las has leído... Pero vamos a hacer un esfuerzo. Intentemos comentar la segunda temporada de 'Big Little Lies' dejando a un lado lo ocurrido durante su producción.
[SPOILERS a continuación: si no has visto toda la serie vas a leer información relevante de la historia.]
Meryl Streep justifica la segunda temporada
Ya habíamos comentado nuestra impresión sobre los tres primeros episodios de la temporada y fue positiva. Es un placer ver a todas estas intérpretes en pantalla y el punto de partida de la nueva entrega despertó nuestro interés, con su retrato de las consecuencias emocionales de lo ocurrido al final de la primera. Las Cinco de Monterey tenían ahora un secreto compartido: la mentira que decidieron contarle a la Policía.
Pero esa mentira era pequeña en comparación con las que se seguían contando a ellas mismas y ese ha sido siempre el secreto del encanto de la serie. Madeline (Reese Witherspoon), Renata (Laura Dern), Bonnie (Zoe Kravitz), Celeste (Nicole Kidman) y Jane (Shailene Woodley) tenían asuntos personales muy importantes con los qué lidiar y la presencia de Mary Louise (Streep) llegó para ponerlo todo del revés.
El guion nos presentó al personaje de Streep como la villana de la temporada, una mujer incapaz de aceptar lo que decían sobre su hijo y siempre dispuesta a culpar a las víctimas de violación y maltrato, de haber propiciado lo que les ocurrió o de haberse confundido; ese tipo de persona que en la vida real nos enciende cuando la escuchamos hablar o leemos sus opiniones. Una villana diseñada con espíritu populista.
Como pasa con 'El cuento de la criada', en 'Big Little Lies', los guionistas también continúan aprovechando algunos detalles de la novela, aunque ya la diéramos por acabadas en las adaptaciones de sus primeras temporadas. En este caso, la infidelidad del marido de Renata con la niñera, la experiencia de abuso durante la infancia de Bonnie (en la novela el maltratado era su padre) y la correlación que se establece entre una experiencia en la niñez de Perry con su actitud violenta contra Celeste. Lo de Perry en la novela no tiene qué ver exactamente con su madre y la muerte de su hermano, pero también concluyen que A lleva a B.
Es interesante que la serie haya decidido convertir en villanas a las madres (la de Bonnie y la de Perry), supongo que para evitar que tildáramos las situaciones de cliché y para desarrollar más la idea de un universo predominantemente femenino. Es un punto positivo, porque en una serie en lo único que tenían en común sus protagonistas era ser madres de niños que asistían al mismo colegio, 'Big Little Lies' decide mostrar también a madres que están lejos de ser perfectas.
Si en la primera temporada el gran misterio era descubrir quién y cómo había muerto en la noche de la fiesta, en esta la intriga recaía en descubrir cuál de las cinco, al no poder soportar la presión, confesaría la verdad sobre cómo murió Perry. O si antes lo descubriría Mary Louise. Al final, no ocurrió ninguna de las dos cosas.
Fue un lujo ver a Celeste defendiendo su caso con Mary Louise en el estrado, porque la escena es potente y ambas actrices son un espectáculo. Esa escena puede hacer que el episodio final deje una sensación satisfactoria en muchos espectadores, pero no pasa nada con reconocer que es efectista y que es muy fortuita y apresurada la forma en la que Celeste encuentra el vídeo que grabaron sus hijos.
No podemos negar su impacto a nivel emocional para quienes asistieron al juicio y para nosotros, sobre todo porque sabemos que son imágenes grabadas con la mirada de los niños, pero no puedo evitar pensar que lo podían haber desarrollado mejor.
Después de todo, David E. Kelley ha construido su carrera escribiendo series sobre abogados. Lo más importante en esa escena es que Mary Louise ve con sus propios ojos lo que ha sufrido Celeste, quizá para esto no hacía falta un juicio. En resumen, lo que ocurrió a partir de aquel accidente de coche afectó a Perry (obviamente) pero que eso se traduzca directamente en violencia física y sexual contra las mujeres quizá merecía un poco más de conversación dentro de la serie, porque de repente parecía que estábamos viendo un episodio de 'Mindhunter'.
'Big Little Lies 2' estuvo lejos de ser perfecta, pero deja la puerta abierta para un regreso
No fue una temporada perfecta, pero no podemos negar que hemos disfrutado la serie cada semana, y Renata nos regaló gifs para usar de aquí hasta el fin de nuestros días.
El ultimo episodio intenta darle cierre a todos los personajes, un cierre optimista: Renata manda a la basura, por fin, a Gordon; Madeleine y Ed renuevan sus votos; Jane se siente capaz de darse la oportunidad de vivir; Celeste recibe el reconocimiento de su suegra y obtiene la custodia de sus hijos; y Bonnie se libera de su madre y de la relación en la que estaba por estar.
Pero para liberarse totalmente, aunque eso implique no serlo, Bonnie necesita confesar. Así dejamos a esas cinco amigas unidas por el destino, decidiendo acompañar a Bonnie y entrando juntas a la Comisaría. Lo que será, será. Si deciden volver con una tercera temporada, el cliffhanger está puesto en bandeja.
Otra cosa será que, después de todo lo ocurrido delante y detrás de cámaras, queramos ver cómo lo resuelven. Si os digo la verdad, ahora mismo me interesa más saber lo que tienen que decir las actrices sobre Andrea Arnold, y no sus personajes.
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