'Better Man' es una de las películas más incomprendidas de los últimos tiempos, un biopic muy mono que no depende de tu fanatismo por Robbie Williams

Que levante la mano el que no recuerde el videoclip de 'Rock DJ' con fascinación (y un poquito de trauma)

Lo de la globalización cultural es un hecho increíble e innegable. Basta que en Estados Unidos una opinión sobre la cultura pop se haga general para que varias personas en Europa decidan repetirla y hacerla suya. Después de décadas tragándonos sin rechistar biopics sobre personas que no conocíamos de nada (e incluso sobre productos como los Cheetos Picantes, que aún no habían llegado a España), ahora hay quien levanta la voz preguntando por qué era necesario un biopic sobre Robbie Williams, un músico al que nadie conoce. Allí, claro.

Ya sabéis, el músico desconocido que batió el Récord Guinness de mayor número de entradas vendidas en un solo día (1,6 millones), que está considerado el mejor artista británico de los 90, que ha vendido más de 75 millones de discos y que fue miembro fundador de Take That, una de las boy bands más famosas de la historia de la música pop europea. No soy especialmente seguidor de Williams, pero merece un biopic tanto como las decenas que nos meten por la garganta cada año. No les sigamos el juego a los americanos desde Europa. No tenemos nada que ganar.

I hate every ape I see, from Chimpan-A to Chimpan-Z

Lo más probable antes de ver la película es que te preguntes lo mismo que todos: ¿Por qué Robbie Williams en 'Better Man' está representado por un mono? Vamos a quitárnoslo de encima: por ningún motivo en especial (al menos dentro de guion, claro que tiene explicación del propio cantante). El biopic habría sido exactamente igual si se interpretase a sí mismo o si utilizase a un actor para hacer de él, porque en todo momento evita, por suerte, los chistes y los dislates que todos creemos inevitables al ver el tráiler: no hay una imagen suya comiendo un plátano o sintiéndose discriminado por ser un mono en un mundo de humanos, por ejemplo. Sin embargo, esta decisión, que parece baladí, realmente es un triple acierto: llama la atención del espectador de manera inequívoca, logra que podamos identificar a su personaje inmediatamente y, además, hace que entendamos sin necesidad de mayores explicaciones que, pese a lo mundano de su vida, late algo especial y único en su interior.

La pregunta del millón debería ser otra: ¿Hay algo más en 'Better Man' aparte del gimmick del mono? Por suerte, es así: se trata de una película repleta de aciertos con un ritmo endiablado y cuyo protagonista, lejos de mostrarse edulcorado, se revela ante nosotros como un auténtico imbécil, un personaje despreciable al que la fama cambia y cuyo motor de éxito no es el amor, sino el ego y la envidia. Sorprende, de hecho, que el propio Williams aceptara verse reflejado así, como un adicto a las drogas sin escrúpulos capaz de destruirse a sí mismo y a todos los que le rodean por un piquito más de reconocimiento, con problemas mentales, autodestrucción y, cómo no, toneladas de talento bruto por retocar.

Pretendiendo muy vívidamente separarse de los biopics que estamos acostumbrados a ver, 'Better Man' decide -muy sabiamente- romper con gran parte de los lugares comunes. Confiando en la inteligencia del espectador, la película ignora el sistema wikipédico que impera hoy en día y prácticamente entremezcla las diferentes eras del artista sin necesidad de letreros adicionales o explicaciones innecesarias: llegados a un punto, la vida del cantante es tal desbarajuste, tal desastre absoluto, que la narrativa decide zambullirse (literalmente) en él. No hay canciones, mujeres ni fama que superen a la infinita tristeza de ser Robbie Williams. En el fondo, ese niño que nunca querían escoger en el patio. Ese fraude consciente. Esa figura que necesita el aplauso para vivir, aunque la propia vida le esté matando.

Robbie se engorila

En esta narrativa acelerada está uno de los mayores aciertos de la cinta, que no deja respiro al espectador, pero también uno de sus mayores pecados: al pasar por encima de la vida del cantante de manera continua, no hay manera de que los personajes secundarios tengan peso. Algunos entran y salen de manera abrupta de su vida, y los reencuentros carecen de la fuerza emocional suficiente como para causar algo más que simple apatía, un ingrediente más de este maremágnum constante de sentimientos y desazón. Faltan tridimensionalidad, capas, amor por aquellos que rodean a Williams y que, ni tan siquiera en el caso de sus compañeros de Take That, pasan del esbozo.

Es, quizá, el mayor error de una película que toma riesgos conscientes, que no te pide -por suerte- que seas fan previo y que está dispuesta a contarte algo más que la vida de su protagonista. La de 'Better Man' es una historia ya contada antes, sí, pero no por ello vive carente de interés. Es un retrato de la cara B de la fama, la decadencia del glamour, la obsesión por la egolatría, el río de desinterés constante que lleva una vida monótona donde ni siquiera alcanzar tus objetivos te lleva a algo más que la más absoluta de las mezquindades. Williams se ve como alguien mezquino, mentiroso, adicto a sí mismo, incapaz de amar a nadie. Ni siquiera a su propia imagen.

Esto lleva a un final precipitado y falto de interés, casi como manera torpe de borrar sus dos horas anteriores y señalar que ahora Williams sí que está en su mejor momento, desintoxicado y con mucho que contar. Si toda la película sabe evitar con maestría el autobombo, justo en sus últimos minutos cae en la propaganda menos interesante, más típica y, por qué no decirlo, vergonzosa. No logra empañar, eso sí, el recuerdo de una cinta que al final del año no encabezará ninguna lista, pero que en ningún momento resulta indigna. Al contrario: ya le gustaría a la mayoría de biopics musicales tener tanta verdad y lucir así de bien.

Obviamente, si aborreces canciones como 'Rock DJ' o 'Let me entertain you', para ti va a ser una pesadilla, porque todo el metraje está perlado de varios de los temas más conocidos de ese "artista desconocido" (para los americanos, claro) que es capaz de lograr innovar en la narrativa de un género anquilosado como este a fuerza de verdad, extrañeza y monería. No, no pasará a la historia. Ni falta que le hace.

En Espinof | Es uno de los mejores biopics musicales de los últimos años y acaba de estrenarse en streaming. Música sanadora y demonios persistentes alrededor de una figura de culto

En Espinof | Las 41 mejores bandas sonoras del cine de la década

.

Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com

VER 10 Comentarios

Portada de Espinof