'Bestias del sur salvaje' ('Beasts of the Southern Wild', Benh Zeitlin, 2012) es la película indie sorpresa de la temporada. Todos los años tenemos una producción que a pesar de su bajo presupuesto y limitaciones, logra despuntar en cualquier de los muchos festivales que hay alrededor del mundo —ya sea Sundance o un festival de cine de autor en cualquier pueblo perdido de Cáceres— y ganarse el corazoncito de media crítica y una buena parte del público, para que, cuando pasen unos meses, ni Dios se acuerde de dichas cintas.
El trabajo de Zeitlin, su ópera prima, ha dado el campanazo en cuatro de las más importantes categorías en las nominaciones a los Oscar, y en las que sus máximas posibilidades parecen encontrarse en el guión adaptado, obra del director y Lucy Aibar, aunque creo que sus cuatro competidoras la superan con creces.
El trabajo de Zeitlin me ha parecido una especia de mezcla entre Terrence Mnalick y Hayao Miyazaki, salvando las distancias evidentemente. Del primero parece tomar esa trascendencia épica y supervitaminada que hay en los trabajos de Malick —por lo menos el Malick que tras la maravillosa 'La delgada línea roja' ('The Thin Red Line', 1998) se fumó algo que lo llevó a algún lugar del que ya no regresó, mientras sus acólitos defienden su cine con uñas, dientes y poco más—, y del segundo esa mezcla de realidad y fantasía, en este caso a través de los ojos de una niña interpretada por Quvenzhané Wallis, quien se está llevando todos los elogios por su trabajo, recompensado con la nominación a la actriz más joven de la historia de los Oscars. Y todo por posar.
(From here to the end, Spoilers) Mi compañero Juanlu habla en su texto de la presunta hermosura o belleza de 'Bestias del sur salvaje', trasunto de relato semi fantástico con el que se pretende reflejar una realidad. Penurias y desgracias personales para la pobre chavala, de nombre Hushpuppy —qué nombre más idóneo para una fábula social de tal calibre, qué acertado, qué maravillosa alegoría sin parangón—, cuya visión de la vida es muy distinta a la de los demás. No me extraña, viviendo en una pantanosa zona del Mississippi, con todo en su contra, la naturaleza, la vida misma y cómo no, la dificultad de entenderse con su padre enfermo, quien sucumbe ante el alcohol y lo fácil para combatir su enfermedad, aquella que pronto dejará a la pobre niña sola y desamparada. ¿A quién no le cae ya una lagrimilla por la mejilla? ¿¿A quién??
A mí, claro. Porque a pesar de entrever el fondo de tanto envoltorio, no conecto en un sólo instante con las desventuras de la pobre chavala —la actriz fue elegida entre más de 4.000 aspirantes—, y mucho menos con esa visión del mundo que tiene. Sí, las desgracias personales superadas a través de la fantasía, o del necesario uso de ella para sobrevivir en un mundo que de fantástico no tiene nada. Pero para mí eso queda bien en un cuento de hadas, no en una película que mezcla con descaro y desvergüenza el horror, un horror real, con la fábula. Ni Miyazaki se atrevería a tal osadía, aunque el cine de animación tiene sus ventajas en dicho aspecto. Zeitlin cubre una historia demasiado tópica, y harto previsible —el destino del padre subrayado una y otra vez desde el inicio—, con un envoltorio bonito, que en realidad hace que yo al menos me aleje de la historia y no me importe lo más mínimo la suerte de sus personajes, ya sean borrachos acabados, niñas con un futuro imposible o bestias de enorme tamaño.
La celebración de la vida como forma de existencia, sin preocuparse de las desgracias que ocurren a tu alrededor es un buen mensaje, algo peligroso diría yo, y sobre todo es un mensaje que encanta a los vagos sociales de todo el planeta. Mientras tanto, el director, natural de New York —concretamente de Queens, lo que explica alguna cosa— se lo pasa pipa utilizando la cámara como le viene en gana, no al servicio de una historia, no, COMO LE VIENE EN GANA. Y ahí de nuevo el espíritu de Malick hace acto de presencia para atormentarme. Un planito de un árbol, otro detrás de la chavala taquicárdico o nervioso —depende de si es Michael Bay o Lars Von Trier, se hace uso de un término o de otro—, y una música, de aires cajun claros, lo baña todo cual sinfonía sobre la vida y la alegría de estar vivo. El guión no importa, y narrarlo en imágenes tampoco. La mezcla y la pretenciosidad serán suficientes. Todo el mundo a sus pies.
Si viviéramos en un mundo perfecto —sí, un guiño que no he podido evitar— 'Bestias del sur salvaje' no se llevará ni un sólo Oscar, aunque en el fondo me importaría bien poco, no serviría más que para seguir amontanando mierda sobre la ceremonia más estúpida del cine —aunque nos reúna todos los años frente al televisor para practicar el insomnio e incluso hagamos nuestras quinielas—. Y para los que alaban el trabajo de Wallis, creo que Dwight Henry —actor al que veremos en la nueva película de Steve McQueen— está mucho mejo reflejando la pena de un padre que sabe pronto tendrá que dejar sola a su hija debido al intercambiable destino que sufriremos todos. Incluso su evolución está mejor mostrada que la de la niña, quien se limita a poner tres caras en toda la película —seria, enfadada y muy enfadada— delatando que un actor infantil, salvo excepciones, interpreta por intuición. El resto, paja, mucha paja.
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filmman
Sí que ha quedado mal parada la película. No se salva ni aquello que siempre he salvado de ella, los pelos de la niña y los toretes, y lo peor ya no es solamente que la foto marea :) Seguramente Wallis, a parte de posar y poner tres caras, interpreta un poco; por mí parte simpre le he conocido un mérito, no por una gran dificultad en el papel y sí porque lleva toda la película. --- Ahora no sabemos cuantos de los casi 6.000 votantes a Mejor Película la nominaron, muchos de los cuales repitieron la operación en Mejor Director unicamente por fastidiar, y así Kathryn Bigelow o Ben Affleck se quedaron sin opción; es su gran fiesta del cine :(
eluyeni
Yo últimamente, las pajas en casa, así que se agradece la advertencia, porque me lo temía enormemente. Gracias.
Salu2 ;)
adrigl
Yo también estoy de acuerdo en que la película no se merece los elogios que está cosechando. Es más, me parece incluso ofensiva en partes: esa romantización de la vida en la ciénaga, esa poetificación de la ignorancia escita por un niño bien de Nueva York, que ha ido a buenísimas Universidades... me repele. Sin embargo, Wallis me parece con mucho lo mejor de la película. Aunque puede que no "actúe", cuando está en pantalla no puedes apartar la mirada de ella.
djalma
Básicamente estoy de acuerdo. No es para nada una película destacable más allá de la música y la fotografía, pero creo te ensañas en ciertos aspectos que no lo merecen, el director usa armas que ya se emplearon antes.
Tragedia y fantasía - La tumba de las luciérnagas.
Padre que va a morir, hijo/a que debe crecer - La vida es bella.
PD: Y no te metas con Malick, que es de los pocos directores interesantes y originales que nos quedan. ;-)
Fuel
Así me gusta, dándolo todo en las críticas! Este es el Blog de Cine que me gusta jajaja
Coincido en prácticamente todo, aunque soy más permisivo.
ssitte
Pensaba que era el único que le pareció un coñazo la película.
Y lo de la actuación de la niña... para mi que ella es así de machote, no es que esté actuando, solo la dejaron hacer.
isadorariver
POR FIN alguien que piensa como yo!!!!! Ya habia perdido las esperanzas. Esta pelicula me parecio tan manipulada para llamar la atencion y obtener la lagrima facil que no soportaba las buenas criticas. SI hablamos de actuacion de niños basta recordar la del niño de EL Arbol de la Vida. Eso es actuacion. En cuanto al guion (elemento primordial para mi) es saturador dado lo monotono. Ciertamente es mejor el silencio en vez de la repetitividad. EN fin, una pelicula que me cansó y me enfureció debido al trabajo de manipulacion con tal de obtener premios. Mala pelicula.
V4RVENDETTA
Grasso error, la pelicula que se colo en los Oscar fue 'Silver Linings Playbook' -supongo que a base del lobby de los Weinstein- que es una buena pelicula para pasar el rato, pero no es una pelicula para premios.
En el caso particular, me parece un trabajo de mucho merito. La niña disfruta en su inocencia de ese inframundo porque posiblemente no conoce otro, y porque para un niño cualquier cosa es paradisiaca dentro de esa mente infantil y ajena a todos los problemas de los adultos, por algo siempre recordamos (o casi siempre) con nostalgia y alegria nuestra infancia, por mal que vivieramos, generalmente creemos que fue nuestra mejor etapa porque no comprendemos la problematica del mundo. Mientras que las personas se regodean en su desgracia posiblemente por algo inherente de su propia condicion social, aqui puede haber una mezcla de elementos literarios, te lo digo porque por ejemplo, en mi pais ve a muchas personas pobres que inocentemente, celebran su desgracia, su miseria, gente que a veces sacan de los margenes de la rivera de un rio contaminado, algun gobierno le hace una urnanizacion, pero estos las venden y vuelven a su habitat. El autor creo que quiso dar a entender algo asi, como esta gente a pesar de ser sacados
travis_b
Películas como El árbol de la vida se defienden por sí solas