Gracias por invitarme a explotar vuestros edificios. (Jaume Collet-Serra, a un periodista rumano)
Esto se acaba. La 61ª edición de la Berlinale se prepara ya para dar a conocer el palmarés, que se dará a conocer esta tarde y que salvo gran sorpresa parece claro que reconocerá a la iraní ‘Nader and Simin, a Separation’ como la mejor película del certamen. Se lo merece. Solo dos películas se presentaron a la prensa en la novena y última jornada, una de competición, la que quedaba, y un thriller con Liam Neeson y Diane Kruger, cuyo única excusa para haber sido proyectada en el festival es que la acción transcurre en Berlín, pues es un film totalmente olvidable.
‘The Forgiveness of Blood’, aberrante justicia
‘The Forgiveness of Blood’ (EE.UU., Albania, Dinamarca, Italia; 2010) es el segundo largometraje del estadounidense Joshua Marston, que ha regresado a la Berlinale seis años después de la presentación de su elogiada ópera prima, ‘María llena eres de gracia’ (ganadora del Oso de Plata a la mejor actriz y el galardón Alfred Bauer para Marston). Coescrita por el realizador junto a Andamion Murataj, ‘The Forgiveness of Blood’ nos traslada a la Albania rural para narrarnos el asfixiante drama de una familia. A raíz de una disputa sobre el derecho a cruzar una finca para recortar camino, provocada por viejos y amargos rencores, el padre y el tío del joven Nik (Tristan Halilaj) cometen un asesinato. El segundo es arrestado, pero el primero logra escapar. A partir de ahí asistimos al despliegue del tradicional sistema con el que los albaneses vienen resolviendo esta clase de crímenes.
Una de estas peculiares costumbres es que ningún hijo del asesino puede abandonar su hogar, pues se acepta que sería justo que la familia del asesinado se cobrase su vida como compensación. Las mujeres sí pueden salir, son respetadas (según se mire). Así que para su desgracia, la hija mayor (Sindi Lacej) debe dejar la escuela y hacerse cargo del trabajo de su padre, para poder llevar algo de dinero. Mientras tanto, Nik se desespera encerrado. Está enamorado de una compañera de clase, quiere divertirse en la moto que ha arreglado con su mejor amigo, y no entiende la postura de los adultos (cuyos errores están pagando los hijos). Su padre tiene la culpa y ha huido. Sus familiares más veteranos deberían llegar a un acuerdo, pero la otra parte no está dispuesta a negociar a menos que el asesino esté en prisión. Es un relato pleno de autenticidad y energía, crudo y honesto, cuyo mayor defecto es que da demasiadas vueltas sobre una misma situación, lo que se hace pesado, todo se resume en el agotamiento y la incomprensión del muchacho protagonista. Fue muy aplaudida y quizá se lleve algún premio esta tarde.
'Sin identidad' ('Unknown'), otro caso Bourne
Costeada con dinero alemán, británico y francés, 'Sin identidad' ('Unknown', 2011) cuenta con un equipo internacional de profesionales pero tiene un claro sabor a producto comercial estadounidense. Se trata del nuevo trabajo del español Jaume Collet-Serra (‘La casa de cera’, ‘La huérfana’), una adaptación de la novela ‘Out of my Head’ de Didier Van Cauwelaert. La historia gira en torno al Dr. Martin Harris (Liam Neeson), un científico norteamericano que viaja a Berlín junto a su mujer (January Jones) para una asistir a una conferencia sobre biotecnología (¿no suena ya a falso?). Martin pierde una maleta en el aeropuerto y cuando va a buscarla, sufre un accidente que le deja en coma durante cuatro días. Al despertar se siente confundido y no entiende cómo su mujer no está allí con él. Cuando va al hotel, descubre que ella no le reconoce, y que hay otro hombre ocupando su identidad (Aidan Quinn). Martin no lleva pasaporte ni ningún documento que le identifique, pero el otro sí, así que la policía lo devuelve al hospital, pensando que sufre alucinaciones.
El primer problema que le veo a la película es que, tal como está contada, la historia no tiene demasiada intriga, es muy previsible. Hemos visto a Martin llegar con su mujer, por lo que es evidente que ésta miente cuando tras el accidente mantiene que no le conoce y que otro hombre es su marido. Por otro lado, la manera en la que se desarrolla el engaño resulta muy poco creíble, y es que además de los cabos sueltos que desbaratarían rápidamente todo el montaje, habría sido más sencillo no iniciarlo siquiera, o hacerlo de una forma más corriente, sin tanta forzada actuación. Por supuesto, los típicos matones anónimos con sus coches negros aparecen en repetidas ocasiones, pero son incapaces de acabar con Martin, solo le hacen correr de un lado a otro y causar daños colaterales. La excusa para iniciar las atropelladas secuencias de acción, realizadas con el habitual montaje frenético que intenta cubrir la falta de imaginación.
Mediocre heredero de personajes de Hitchcock o Polanski, el doctor Martin Harris (Neeson con el piloto automático) recibirá la ayuda de una atractiva y valiente inmigrante ilegal (Diane Kruger) y de un espía jubilado (Bruno Ganz, con diferencia lo mejor de la película), gracias a los cuales llegará a descubrir la verdad. Pese a la rutinaria realización y los tópicos del guion, los berlineses se lo pasaron estupendamente con esta 'Sin identidad', aplaudiendo las apariciones de Ganz y las escenas de acción, en especial una explosión en el lujoso hotel Adlon. Seguro que hace buena taquilla, pero es un trabajo muy corriente que se olvida pronto.
Rueda de prensa de 'Sin identidad'
Aunque faltó Liam Neeson (dijeron que está rodando en Canadá), la sala de prensa estaba a tope, lo que no es muy complicado teniendo en cuenta que hay miles de acreditados y apenas hay sitio para unos cientos; aun así, pocos días la he visto completa, solo cuando se confirma la asistencia de alguna estrella. En esta caso, el centro de las miradas era la alemana Diane Kruger, que vino acompañada por el realizador español, un productor y dos compañeros de reparto, los también alemanes Sebastian Koch (‘La vida de los otros’) y Karl Markovics (‘Los falsificadores’), que interpretan papeles de muy poca presencia en pantalla. Tampoco tuvieron relevancia en la rueda de prensa, apenas respondieron a una pregunta cada uno, si bien Koch dejó una de las mejores frases del día al defender que se rodaran este tipo de productos internacionales en Alemania: “Así los actores alemanes no tenemos que hacer siempre de nazis”.
Jaume Collet-Serra estuvo muy animado y participativo, respondiendo con humor a muchas de las preguntas, como cuando le preguntaron si estaría dispuesto a rodar una secuela en Rumanía, donde tienen estupendos edificios para estallar; el español agradeció el consejo y dijo que lo consideraría. Comentó que en la novela la acción sucede en París, pero pensaron que ya es una ciudad muy vista, y que les entusiasmó la idea de Berlín porque encajaba muy bien con el conflicto del personaje principal. Al parecer, el único problema importante de rodar aquí fue que la ciudad es muy oscura, y tuvieron que centrar las escenas de acción en los lugares más luminosos. Le preguntaron por ‘Memento’, la trilogía Bourne y el cine de Hitchcock; el cineasta comentó que es un gran fan del mítico director de ‘Vértigo’ y que hay similitudes con Bourne, pero que ‘Unknown’ se centra más en los personajes entre otras cosas porque no tenían mucho presupuesto (40 millones de dólares según el productor, lo que no es moco de pavo).
Las intervenciones de Diane Kruger fueron más convencionales. Me llamó la atención que dijera que le había llevado meses preparar el acento serbio de su personaje, algo que veo poco probable siendo esto un thriller puramente comercial. “Liam me ayudó mucho, me enseñó trucos, es como aprender una danza”, respondió cuando le preguntaron por las escenas de acción, que en su opinión son muy poderosas porque se ve siempre a los actores. Sobre el guion, dijo que le gustó que “no hubiera una relación romántica, hay espacio para la honestidad entre los protagonistas, no es solo dos personajes que se dan cuenta de lo buenos que están y se lían”. Por último, comentó que siempre ha deseado ser una actriz internacional y que su próximo trabajo será dar vida a María Antonieta.
Homenaje a Armin Mueller-Stahl
Anoche, antes de la proyección de ‘Music Box’ (Costa-Gavras, 1989) en el Berlinale Palast, el intérprete alemán Armin Mueller-Stahl recibió un Oso de Oro honorífico por su brillante carrera. Un justo reconocimiento para un actorazo todavía en activo a sus ochenta años.
JL Caviaro, 19 de febrero, Berlín.
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