El director norteamericano Steven Soderbergh lleva años anunciando que se retira de la dirección cinematográfica y desde entonces nos han llegado varios y notables títulos como 'Che' (id, 2008), 'Magic Mike' (id, 2012) o la reciente 'Efectos secundarios' ('Side effects', 2013). En la pasada edición del festival de Cannes, Soderbergh competía en la sección oficial con un nuevo título, 'Behind the Candelabra', una película producida para la cadena de televisión HBO que recibió muy buenas críticas y que estos días se estrena en Canal + España.
Excéntrica, luminosa y con cierto aire nostálgico, 'Behind the Candelabra' nos cuenta la vida del legendario y excéntrico músico norteamericano que triunfó entre los años 50 y 70, Liberace y su joven amante, Scott Thorson, quien años más tarde escribiría la novela en la que se basa la película. La cinta no logró suficiente financiación para llevarse a la gran pantalla, a pesar de su paso por grandes festivales como el de Cannes o Karlovy Vary. Una pena, porque su excentricidad bien vale ser vista en pantalla grande.
La brillante excentricidad de Liberace
'Behind the Candelabra' es un biopic, sí, y como todas las películas basadas en la biografía de alguien famoso y del mundo de la música —o del cine en su defecto— puede llegar a ser cansina y repetitiva y con ello me refiero a que seguro que nos topamos con el punto álgido del artista, sus grandes éxitos, sus escarceos con las drogas, sus escándalos sexuales o peleas con otros artistas... Y sí, aunque 'Behind the Candelabra' pueda parecernos en alguna ocasión que ya la hemos visto, puede que sea uno de los biopics más interesantes que he visto en los últimos años y es que no conocemos la historia a través de los ojos del excéntrico Liberace, sino a través de los ojos de su amante.
Sin duda, es aquí donde reside todo el interés —bueno, una parte, el resto reside en sus dos protagonistas— del último trabajo de Soderbergh. El espectador va conociendo a ese excéntrico personaje que fue el pianista Liberace a la vez que el personaje de Scott Thorson: desde la ingenuidad del adolescente que se queda fascinado por la fama y cortejos de un legendario músico hasta el descubrimiento de su verdadera identidad y preocupación: envejecer y perder el status de gran músico y convertirse en vieja leyenda para finalmente terminar en el olvido.
La horterada setentera
Y es que 'Behind the Candelabra', además de un biopic, es un retrato de una época, la de finales de los años 70 y una forma de vida. Los 70 y los inicios de la obsesión por la juventud, el éxito, la fama y sobre todo, la cirugía estética por una sociedad hollywoodiense con miedo a envejecer y a perder la luz que los hizo brillar años atrás. Los años en los que la homosexualidad de una estrella era un secreto a voces y aún así, se escribían autobiografías relatando épicos romances con mujeres hermosas. La época en la que aparecían las primeras víctimas del sida. Y todo ello, Soderbergh nos los presenta en una puesta en escena tan excéntrica y llena de brillantina y plástico como el de su protagonista y la época dorada de Las Vegas y del Hollywood más hortera.
Para dar vida al legendario Liberace, Steven Soderbergh decidió contar con un Michael Douglas que renace de sus cenizas en uno de sus mejores papeles en los últimos años y tras superar un cáncer de gargante. Divinamente excéntrico, bronceado y casi 'plastificado', Douglas da vida a este personaje que tantas alabanzas le reportó en el Festival de Cannes. Junto a Douglas, un aniñado Matt Damon se deja seducir por los encantos de la sabiduría bronceada de Liberace, dejándose corromper y cambiar a modo y semejanza del excéntrico músico. Un perfecto tándem hortera que cuadra a la perfección para esta —a veces ridícula— historia sobre un legendario pianista estadounidense. Una lástima que no vaya a poder verse en pantalla grande. Soderbergh, ¿para cuándo es la próxima?
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