Puede que no haya asesino más conocido y que más haya permeado en la cultura general que Jack el Destripador. Un caso que, por su irresolubilidad sigue fascinando más de un siglo después envuelto en un halo de misterio y, según que autor de ficción, mística y fantasía jugando con todo tipo de teorías. La última encarnación nos la traen Eilif Skodvin y Anne Bjørnstad en la temporada 2 de 'Beforeigners (Los visitantes)'.
Cuando en verano de hace dos años se estrenó esta serie, nos encontramos con una muy grata sorpresa. Un buen cóctel entre policíaco y toques fantásticos venido desde Noruega y que prometía confirmar ese gran sabor de boca en estos nuevos episodios, que llegan desde este domingo a HBO Max. Lo consigue.
Esta temporada 2 arranca con Lars (Nicolai Cleve Broch) intentando mantenerse sobrio y regresando a la policía, esta vez como asesor. Así, se reúne con Alfhildr (Krista Kosonen) en un caso de asesinato en el que se sospecha que el asesino podría ser nada menos que Jack el Destripador.
No vamos a adelantar acontecimientos, más allá de esta pequeña premisa pero, como podéis imaginar, hay mucho más de lo que parece. De hecho, si ya de por sí el caso original era complejo, este tiene además más ramificaciones de lo que parece en un principio en lo que seguimos adentrándonos en facciones como los luditas.
Cogiendo fuerza en lo fantástico
Además, sin dejar de lado la trama criminal, lo que coge fuerza en esta temporada 2 es la vertiente más fantástica de la serie. Una vez confirmada que Alfhildr venía originalmente de nuestra era y que es una de las pocas personas que ha cruzado hacia atrás en el tiempo, el guion intenta explorar qué significa eso.
Una de las cosas que más se notan al llegar a la temporada 2 es que la serie es consciente de que ya su mundo está ampliamente establecido y no hay tanta exploración de las diferencias culturo-temporales y la "cronofobia". Sigue habiendo, claro, pero es más ambiental y más temático en cómo se relaciones los personajes.
También se sigue cuidando bastante bien el equilibrio entre los elementos fantásticos (bastante más potenciados en esta segunda tanda) y los puramente policíacos. Si bien sigue siendo un policíaco algo de manual, su escritura es eficiente y es llevado con potencia por el reparto.
Quizás una de las grandes claves de 'Beforeigners' es que es una serie que no se toma demasiado en serio a sí misma. Y se ve en los alivios cómicos (hay un par de momentos estupendos con Alfhildr) y en cómo se aleja de ciertas convenciones del noir nórdico, arrojando una agradecida ligereza.
En definitiva, la temporada 2 de 'Beforeigners' está a la altura de lo esperado. La serie noruega de HBO Max regresa con fuerza con un caso intrigante, potenciando de paso aquellas virtudes que nos encandilaron hace dos años.
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