Un espectáculo a priori abocado al desastre que acaba siendo de lo más entretenido que veremos este 2024
Las películas de Jason Statham han adquirido prácticamente el estatus de subgénero dentro del cine de acción. Muchas de ellas son tan intercambiables entre sí que llega un punto en el que uno no está seguro de cuál de ellas está hablando o si de que se parece tanto a otra que en realidad esa en concreto no la ha visto aún.
Yo soy el primero que suele ver prácticamente todos los vehículos para el lucimiento del actor inglés, pero a la hora de la verdad solamente hay un puñado de títulos que realmente merece la pena rescatar. Tenía esperanzas en que 'Beekeeper: El protector' fuese una de ellas -aunque no ayuda demasiado que el título español coincida con el de otra cinta protagonizada por él en 2013 a las órdenes de Gary Fleder- y así ha sido, ya que me atrevería a decir que es una de las mejores películas de acción con Jason Statham.
Mucho más que otra de Jason Statham
Una de las particularidades de 'Beekeeper: El protector' es la presencia detrás de las cámaras de David Ayer, un director muy competente en sus inicios pero que últimamente no estaba terminando de dar en la diana -'Cuenta pendiente', su anterior largometraje, es buen ejemplo-. Aquí no voy a decir que haga algo realmente memorable, pero sí acompaña con un notable trabajo de dirección, especialmente en las escenas de acción, para que en ningún caso podamos decir que estamos despacharla como otra más de Statham.
Sí es verdad que hay alguna decisión muy discutible, como ese momento en la que no podría dar más el cante que usaron un muñeco para la escena de peligro, pero prima más el dar con la contundencia necesaria para que esas secuencias tengan el impacto necesario. Y además es algo que se va elevando de forma progresiva e incluso planteando diferentes retos a los que el protagonista ha de hacer frente antes de llegar hasta su objetivo final. No niego que podrían haber dado más de sí, en especial la asesina que forma parte de la antigua asociación con la que colaboraba el protagonista, pero en lo referente a la odisea del protagonista cumplen su cometido con creces.
A eso hay que sumarle un ingrediente fundamental para entender hasta qué punto cada espectador puede o no disfrutar con la película. Me refiero a lo absurda y desvergonzada que puede llegar a ser, algo que ya está presente en su punto partida -aquí en lugar de vengar la muerte de un perro, toca hacerlo por una pobre mujer que acaba suicidándose tras ser víctima de una compañía fraudulenta especializa en el phishing-, pero nunca se deja de lado
Por un lado, el guion de Kurt Wimmer es muy atrevido y no tiene problemas incluso en utilizar soluciones argumentales que también emparentan al personaje de Statham con el inolvidable Jack Bauer de '24', pero a la hora de la verdad está en todo momento en esa línea que separa el exceso del ridículo. De forma muy consciente, eso sí, tal y como dejan claro algunas líneas de diálogo.
De hecho, no me sorprendería cualquier tipo de reacción ante lo que propone 'Beekeeper: El Protector', pues la propia película tan pronto parece abrazar lo absurdo de lo que expone como opta por un enfoque algo más serio. Es un cóctel a priori abocado al desastre que Ayer logra sacar adelante principalmente gracias a lo que aporta su reparto.
Obviamente, Statham es aquí un hombre letal e implacable con una misión que va a cumplir a cualquier precio. Tan contundente como convincente, uno ya sabe a lo que se enfrenta cuando está él al frente del reparto de una producción de estas características, pero aquí es todo lo que le rodea lo que ayuda a que nunca se descontrole nada en ninguna dirección. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en el dúo formado por Jeremy Irons y Josh Hutcherson, con el primero tirando más hacia lo sobrio, mientras que el segundo roza lo desatado en su condición de millonario malcriado. Y ojo, ambos suman.
Eso sí, 'Beekeeper: El Protector' no se conforma con ser otra más de su protagonista, por lo que introduce una mitología que hasta cierto punto recuerda a lo que hizo la primera entrega de la saga 'John Wick'. Es muy evidente que el plan es intentar construir una franquicia a partir de todo ello, pues hasta el propio Statham comentó varias semanas antes de su estreno que está deseando hacer una secuela.
Otro punto que la conecta con la famosa franquicia de Keanu Reeves es la participación de Jeremy Marinas, coordinador de las peleas de 'John Wick 4' que desempeña ese mismo papel aquí. Ahí sí tengo que decir que las comparaciones son algo odiosas, pues la ambición de 'Beekeeper: El Protector' es más limitada, pero ojo, que con eso le da para tener escenas de acción tan brutales como competentes. Y de paso se empiezan a sentar las bases para que el Mr. Clay de Statham también sea un mito del cine de acción, pero claro, hace falta más que una película para que eso realmente funcione.
Al final lo que nos queda es una película muy recomendable para los fans de Jason Statham y que además ofrece algo más que eso para poder conectar también con los amantes del cine de acción que no tengan especial simpatía hacia el actor británico. Es cierto que cuando nos prometió que se trataba de una película genial, estaba exagerando, pero también que se sitúa entre lo más destacado de su filmografía como héroe de acción.
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