'Beasts of No Nation', crudeza irregular

Una de las ausencias más comentadas de las nominaciones al Oscar fue la de ‘Beasts of No Nation’ en general e Idris Elba en particular. De hecho, tengo mis sospechas sobre que la triunfal noche de Elba en los últimos premios entregados por el SAG tuvo algo de compensación por lo sucedido con los galardones de la Academia de Hollywood.

Sin embargo, lo que ahora realmente nos interesa es ‘Beasts of No Nation’, primera cinta distribuida en exclusiva mundial por Netflix –de la lamentable 'The Ridiculous 6', su segundo largometraje, ya os hablamos en su momento-. En ella sobresalen la poderosa actuación de Elba y el buen hacer tras las cámaras de Cary Fukunaga, pero también está limitada por un guion con ciertas flaquezas.

Los horrores de la guerra… otra vez

El séptimo arte ha abordado ya en infinidad de ocasiones los horrores de la guerra, por lo que es necesario ofrecer algo especial para poder dejar realmente poso en los espectadores. El hecho de apostar por la pérdida de la inocencia por parte de un chaval es una apuesta interesante en esa dirección, pero llega un punto en el que su recorrido no da más de sí y se vuelve un tanto redundante.

Eso es precisamente lo que sucede en el caso de ‘Beasts of No Nation’, ya que el libreto firmado por el propio Fukunaga a partir de la novela homónima de Uzodinma Iweala empieza sentando unas bases sólidas –aunque nada novedosas- para luego abordar con calma la transformación interior de su protagonista, la cual culmina de forma notable con la que posiblemente sea la mejor y más contundente escena de toda la función.

El problema es que la cosa queda un poco en punto muerto a partir de ahí, pues es cierto que se lleva aún más allá su trágica situación, pero ahí la aportación –y también otros detalles- ayuda a ofrecernos un dibujo mejor del personaje de Elba en lugar de desarrollar más y mejor el del debutante Abraham Attah, quien cumple con buena nota como Agu, aunque se ve algo perjudicado por algunas reflexiones en off que quitan fuerza a su interpretación.

Por lo demás, la propia película cae en el mismo problema una vez pasada su primera hora de metraje, ya que da la sensación de estar alargando la situación sin ofrecer el contexto adecuado para entenderlo. Ahí hubiera venido bien concretar más los motivos de la contienda y las motivaciones de los implicados, pero ‘Beasts of No Nation’ nunca muestra un especial interés en ello.

La aportación de Fukunaga y Elba en 'Beasts of No Nation’

Dicho así, podría parecer que llegó un punto en el que simplemente desconecté de los horrores que se mostraban en pantalla, pero lo cierto es que el talento para la puesta en escena de Fukunaga logró evitarlo, tanto por lo vibrante que consigue que sean ciertas escenas como por su esfuerzo continuado por evitar que sea un drama bélico más, ya que en todo momento se percibe el mimo realizado para convertirla en una obra especial.

Esos esfuerzos de Fukunaga logra que las lagunas de la mayoría de los personajes –hay demasiados que son poco más que relleno necesario- pasen más desapercibidas, y como director de fotografía dota a la película de una extraña belleza visual con algunos matices líricos que ayuda a que incluso los momentos de transición –y hay unos cuantos, que una reducción de metraje le habría venido muy bien- no lleguen a hacerse aburridos.

Lo que no consigue Fukunaga es hacer milagros, por lo que podría ser una crítica demoledora sólo lo acaba siendo a medias, tanto por ese bajón de interés durante su segunda hora como porque realmente no aporta nada que no hayamos visto en otras ocasiones. Sí hay varias escenas que impresionan a la vista, pero tanto el conjunto no llega realmente a trascender y emocionar ni a mi cabeza y tampoco a mi corazón.

Eso sí, sería un grave error no hablar un poco más de la vigorosa presencia de Idris Elba, quien es capaz de coquetear de forma constante con lo excesivo sin dejarse llevar nunca por la sobreactuación. Además, sabe ir alternando entre ser temible, casi seductor y una retorcida figura a caballo entre lo paternal y lo autoritario sin perder nunca el equilibrio necesario para seguir siendo creíble.

Lo único que afecta un poco a su actuación es eso que decía atrás sobre la falta de un contexto para dar más profundidad a sus acciones, pero pese a ello creo que no hubiera desentonado lo más mínimo en la categoría de mejor secundario. El problema es que no sé a quién quitaría del quinteto formado por Christian Bale, Tom Hardy, Mark Ruffalo, Mark Rylance y Sylvester Stallone para meterle a él…

En definitiva, ‘Beasts of No Nation’ se queda más cerca de ser una oportunidad perdida que cualquier otra cosa, y lo es principalmente por un guion sólido durante su primera hora, pero que acaba volviéndose redundante –tanto en la propia película como respecto a otras similares- y se queda un poco a medias. Con todo, es interesante, cuenta con una gran actuación por parte de Idris Elba y Fukunaga vuelve a demostrar que es un director a seguir de cerca.

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