'Batman', nació el hombre murciélago

Es curioso cómo una película puede envejecer muchísimo de repente. Desde que salió a la luz en 2005 la magnífica 'Batman Begins', reinvención del conocido superhéroe por Christopher Nolan, es casi imposible ver 'Batman', aquella película de 1989 de Tim Burton, sin tener una cierta actitud retrospectiva. Las comparaciones son inevitables, claro. Tanto en la música, la dirección, los actores y el guión. ¿Fue mejor la primera película? ¿Era realmente necesario que Nolan empezase desde cero con el mítico personaje de DC Comics? Casi por unanimidad, se entiende que el director británico ha hecho un gran favor al hombre murciélago al darle otros matices, comenzando desde el principio y por consiguiente ignorando lo que hizo Burton, y se encargó de hundir Joel Schumacher. Cuatro entregas que de repente, hay que dejar a un lado para apreciar las virtudes de las dos nuevas, especialmente 'El Caballero Oscuro', que está logrando un éxito casi sin precedentes.

Y lo cierto es que 'Batman' es una película que se ha olvidado quizás demasiado pronto. Tanto para los seguidores de los cómics como para los incondicionales de Tim Burton (que los hay, y muchos). Mucha gente enterró a Batman al contemplar horrorizados la porquería hortera que resultó ser 'Batman & Robin'. Lo dieron por perdido. Y es por eso que 'Batman' ha dejado, por lo general, un sentimiento de indiferencia entre los espectadores que en su momento la vieron con mucha mayor predisposición.

Michael Keaton interpreta a Bruce Wayne, un magnate que vive en la soledad de su mansión, a las afueras de la tétrica ciudad de Gotham, y asistido permanentemente por el leal Alfred (Michael Gough), el mayordomo de la familia. Obsesionado por el asesinato de sus padres, cuando él era un crío, decide poner al servicio de la ciudadanía su poderío físico y su tecnología para combatir a los mafiosos y emerger como figura pública. En esto, que el alcalde confía en el fiscal Harvey Dent (Billy Dee Williams) para que los malhechores dejen de campar libremente por Gotham. El gángster Grissom (Jack Palance), asustado, ordena a su mano derecha, Jack Napier (Jack Nicholson) para que sabotee una planta química de su propiedad, por la que pueden implicarle. En realidad, quiere traicionar a Napier, ya que sabe que sale a escondidas con su novia Alicia, y da un soplo a la policía para que acuda a la fábrica. Por otro lado, las cada vez más frecuentes apariciones de Batman, provoca el interés del periodista Alexander Knox (Robert Wuhl) y la fotógrafa Vicky Vale (Kim Basinger), ésta última de un modo muy especial... Napier, que termina acorralado en la planta química, cae a un pozo de ácido y así se constituye el villano principal: el Joker.

Al por entonces joven Tim Burton le cayó la breva con esta película de éxito mundial, e hizo lo que le dio la gana con Batman, cosa que se nota enseguida. En la línea del tono sombrío y bizarro del que hizo gala en 'Bitelchús', el director ofrece un blockbuster oscuro, muy bien dirigido y con unas interpretaciones muy correctas. Gracias a la fotografía de Roger Pratt, impacta muchísimo visualmente (incluso hoy en día), y hace de Gotham una ciudad de aspecto gótico que ni el mismo Nolan ha conseguido, a mi parecer, igualar.

Mucho se habla de la legendaria interpretación del tristemente fallecido Heath Ledger como el Joker en 'El Caballero Oscuro', pero lo cierto es que esto no desmerece la entregadísima actuación de Jack Nicholson, a todas luces memorable, que da rienda suelta a su habitual histrionismo de una forma más acertada que nunca. Michael Keaton, a mi juicio uno de los actores de su generación peor tratados por la industria, aquí está más recatado y no exhibe todo su potencial. Kim Basinger, mientras tanto, hace su mejor interpretación ex-aequo con 'L. A. Confidential', pero tampoco es decir demasiado.

Lo que sin duda impide (entre otros defectos) que 'Batman' sea una obra maestra, es la torpe presentación del héroe (que hace el personaje del Joker esté muchísimo más logrado y mejor desarrollado) y el exceso de diálogos que merman el ritmo y hace que se eche de menos más acción. Seguramente el ajustado presupuesto explique que las escenas más trepidantes se cuenten con los dedos de una mano, y que los efectos especiales sean más bien risibles. Suerte que estaba por ahí Danny Elfman para crear unas melodías imponentes, un tema central inolvidable y en conjunto una banda sonora que destaca especialmente, ayudado también por las pegadizas canciones de Prince. No obstante, la película se hace muy entretenida. Sabe ser terrorífica cuando tiene que serlo (la secuencia de la presentadora de televisión o la del joven Napier matando a sus padres, por ejemplo), y el final no supone un bajón al resto de la historia.

'Batman' es una película que debería tratarse con más benevolencia. Es cierto que sus fallos son muy obvios, y que no alcanza el nivel de elegancia y calidad que ha impuesto posteriormente Christopher Nolan, pero es un título muy bien dirigido por Tim Burton, con algunos momentos excelentes y un Jack Nicholson soberbio, y que ha envejecido demasiado rápido. Además, hay que subrayar que se rescató para el cine a un personaje que estaba demacrado por la cutrez, y la barriga de Adam West, en una serie y un film de los sesenta que es mejor olvidar.

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