A estas alturas resulta imposible no conocer la existencia del universo cinemático de DC en imagen real. Ahora mismo tenemos en cartelera a su ‘Escuadrón Suicida’ (‘Suicide Squad’) y están en camino títulos muy esperados como ‘Wonder Woman’, ‘Justice League’, ‘The Flash’ o ‘Aquaman’. Sin embargo, no es el único sobre estos superhéroes que Warner tiene en marcha, pues desde 2007 tiene activo otro centrado en adaptaciones animadas.
Son ya 26 los largometrajes que dan forma a este universo animado que en el que sobresalen títulos como ‘Justice League: The New Frontier’ o ‘Batman: Año uno’ (‘Batman: Year One’). Con ‘Batman: La broma asesina’ (‘Batman: The Killing Joke’), que se lanza en dvd y blu-ray hoy en España, dan un paso adelante optando por un enfoque más adulto, pero el resultado es muy decepcionante, desperdiciando de forma notable la genialidad del material de origen.
Del cómic a la gran pantalla
Han sido varias las ocasiones en las que los cómics de Batman han echado la vista atrás para ofrecernos una visión de los orígenes de Joker, el villano más antológico del mundo del hombre murciélago y también uno de los más celebrados de la historia, pero la realizada por Alan Moore en ‘La broma asesina’ ha sido la más influyente de todas ellas, por lo que la noticia de que iba a hacerse una película basada en ella era poco menos que un hito histórico.
Además, Warner decidió conceder libertad creativa al equipo comandado por Sam Liu, siendo la primera vez que el universo animado de DC puede hacer una película calificada R, poco menos que una obligación si no se quería tener que traicionar el espíritu de la obra original que sitúa a Batman y Joker en una posición de igualdad. Únicamente pequeños detalles provocaron que uno defendiera, aunque a su manera, la justicia y que el otro se diese a la vida criminal.
Sobre el papel, ‘Batman: La broma asesina’ lo tenía todo para ser una de las películas de este verano por mucho que su estreno fuera a realizarse de forma directa en el mercado doméstico -en Estados Unidos sí que tuvieron la posibilidad de verla en cines, aunque solamente durante dos días-. El problema es que, aunque toda la historia del cómic está ahí, se ha optado por un enfoque que no termina de funcionar y que encima se carga el macabro encanto del relato ideado por Moore.
Un arranque apropiado pero poco inspirado
A decir verdad, se entiende que la adaptación llevada a cabo por Brian Azzarello se centre de forma notable en la figura de Barbara Gordon durante su primera media hora, ya que resulta esencial para que su introducción dentro del universo animado encaje y pueda hacerlo evolucionar en lugar de ser una aventura aislada. Además, ayuda a crear una mayor empatía con ella para lo que vendrá a continuación, pero no compensa todo lo que acaba restando.
Toda esa subtrama acaba encaminada más a enrarecer aún más el día para Batman sin llegar a entrar nunca en profundidad en lo propuesto. De hecho, acaba desconectando casi por completo de ello poco después de su conflictivo punto culminante para centrarse en el Joker y su enfrentamiento con el hombre murciélago. Incluso esa empatía buscada con Batgirl acaba quedando bastante marginada, por lo que esa pequeña insatisfacción inicial nunca llega a compensarse.
Lo que nos queda finalmente en esa media hora es un momento puntual bastante potente, que se zanja de forma un tanto insatisfactoria -habrá que ver cómo sigue en las próximas aventuras de este universo-, precedido de varios minutos de relato de superhéroes estándar respaldado por una animación demasiado en la línea de lo expuesto por este universo hasta entonces. Todo esto lo que consigue al final es que una película especial acabe dando la sensación de ser una más, algo que dañará de forma notable a lo que vendrá a continuación.
'Batman: La broma asesina', genialidad desperdiciada
Son necesarios casi 30 minutos de los 73 –tres más si contamos los títulos de crédito finales- que dura ‘Batman: La broma asesina’ para centrarnos en la historia que nos propone un trágico origen para el Joker, mientras que en paralelo nos muestra su sádico empeño por enloquecer a James Gordon, no dudando en recurrir a cualquier método a su alcance para conseguirlo. Esa doble vía para Joker e incidir en el antagonismo con Batman son los grandes ejes.
No se puede negar que Azzarello ha sido bastante fiel en lo puramente argumental, ya que incluso la muy discutible escena musical que, para mi gusto, rompe con el aura turbia y maligna que le precede podría encajar por lo propuesto en las viñetas. La cuestión es que ese discreto acabado técnico que mencionaba antes jamás logra tener la expresividad visual -espléndido el trabajo de Brian Bolland en el cómic original- necesaria para resaltar lo que sucede -aquí todo es bastante plano, sin que ninguna escena tenga ese vigor adicional-, mientras que en lo psicológico no logra ir más allá de lo superficial.
Por mi parte, no tengo demasiados problemas con algunos detalles para potenciar su naturaleza de relato superheroico, pues el hechizo maligno nunca había llegado a consumarse. Y es una pena, porque ‘Batman: La broma asesina’ cuenta con un magnífico reparto vocal, en especial Kevin Conroy como Batman y Mark Hamill como Joker -roles que ya desempeñaron en 'Batman: La máscara del fantasma' ('Batman: Mask of the Phantasm')-. Es realmente eso lo que impide que la película acabe siendo una adaptación completamente olvidable, pero también un nuevo recordatorio de lo que pudo haber sido y no fue.
Al final, ‘Batman: La broma asesina’ no es más que un pálido reflejo del cómic original, y lo es principalmente por tener que amoldarse al universo animado de DC en lugar de darle la libertad total para hacer y deshacer a su antojo. El resultado es que en lo primero acaba encajando bastante bien y dejando abierto el camino a seguir, pero en lo segundo acaba dándonos una visión del mítico origen del Joker que no aprovecha, ni de lejos, todo su terrorífico y dramático potencial.
En definitiva, ‘Batman: La broma asesina’ no da la talla como versión cinematográfica de uno de los cómics más influyentes de toda la historia del hombre murciélago. Es verdad que explora temas más adultos y que, dejando de lado el extenso prólogo, respeta la esencia del original, pero nunca sabe cómo igualar su fuerza por mucho que sus dos grandes protagonistas estén interpretados de forma impecable por Conroy y Hamill. Lástima.
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