'La sirenita' es el título que más suele mencionarse a la hora de hablar de una especie de resurrección del cine animado de Disney tras una etapa en la que el público parecía haber perdido el interés en sus películas. Cuesta ponerle pegas a esa afirmación en lo puramente cómico, pero lo cierto es que la cinta que ayudó a salvar al estudio del cierre llegó tres años antes. Se titulaba 'Basil, el ratón superdetective' y este 2 de julio se celebra el 35 aniversario de su lanzamiento en los cines de Estados Unidos -en España no la veríamos hasta el 5 de diciembre-
'Basil, el ratón superdetective' fue un proyecto que se puso en marcha sin hacer demasiado ruido como respuesta al hecho de que algunos animadores del estudio no estaban muy contentos con el enfoque estaba cogiendo 'Tarón y el caldero mágico'. Para ello se tomó como base una serie de novelas escrita por Eve Titus entre 1971 y 1982, aunque los responsables de la adaptación no tuvieron dudas a la hora de hacer todos los cambios que creyeron oportunos en un título en el que ni la propia Disney parecía confiar demasiado.
Con todo en contra
Buena prueba de ello, es que su presupuesto se redujo de forma considerable a mitad de producción, optando además por adelantarse su estreno en más de un año. Daba la sensación de que Michael Eisner, nombrado nuevo CEO del estudio en 1984, quería quitarse la película de encima lo antes posible. De hecho, Eisner no estaba muy convencido sobre el rumbo de la película y la motivación de Jeffrey Katzenberg, presidente de la sección cinematográfica del estudio por aquel entonces, para seguir adelante con ella dejaba claro que él tampoco confiaba en 'Basil, el ratón superdetective':
Tenemos 175 personas trabajando y les estamos pagando todos los días por venir a trabajar. Vamos a pagarles tanto si hacen la película como si no, así que supongo que tenemos que hacerla.
Todo eso llevó a que hubiese que aligerar la película en la medida de lo posible, eliminándose escenas más por razones presupuestarias -inicialmente iba a costar 24 millones de dólares, cifra finalmente reducida hasta los 14- que artísticas, pero la falta de fe dentro de Disney hacia ella iría aún a más en 1985.
En 1985 sucedieron dos cosas perjudiciales para 'Basil, el ratón superdetective'. La primera fue el fracaso en taquilla de 'El secreto de la pirámide', una película llamada a crear una franquicia alrededor de un joven Sherlock Holmes. Eisner vio eso como una prueba de desinterés hacia la película, ordenando un cambio en su título original, pasando de 'Basil of Baker Street' a 'The Great Mouse Detective', y sopesando la idea de cambiar a los actores de doblaje para reducir el componente británico al mínimo. El cartel promocional de más arriba delata este hecho al ver a Basil con un look muy diferente al que definiría al personaje.
La decisión no sentó bien en el estudio, llegando a circular dentro del estudio un texto satírico que lo comparaba con la idea de convertir 'Blancanieves y los siete enanitos' con 'Siete hombres pequeños ayudan a una mujer' o 'Bambi' por 'El pequeño ciervo que creció' por lo genérico que resultaba. Eso hizo que el estudio rebajase su apoyo publicitario a la película llegado el momento de estrenarla.
Sin embargo, mucho más duro fue el golpe recibido por el gran fracaso en taquilla que tuvo 'Tarón y el caldero mágico' cuando se estrenó el 24 de julio de 1985. Había costado 44 millones de dólares y apenas recaudó 21 en la taquilla de Estados Unidos. Empezaron a circular los rumores sobre un posible abandono por parte de Disney de los estrenos animados en cine.
Por un lado, los relanzamientos de títulos clásicos venían funcionando bastante bien al estudio, pero es que además, el equipo de 'Basil, el ratón superdective' fue traslado del estudio de Burbank a un almacén en una localización poco agradable. Burny Mattinson, uno de los cuatro directores que tuvo la película, recordó años después lo siguiente:
Nuestra gente se dio cuenta de que había algo en juego con esta película y respondieron a ello.
Un final "feliz"
El equipo de la película trabajó a fondo para llegar a la fecha de estreno señalada por Disney, pero hay pequeños detalles en los que se nota que no tuvieron el tiempo necesario para pulir todos los detalles. Eso dio igual, 'Basil, el ratón superdetective' llegó finalmente a los cines el 2 de julio, recaudando 3 millones de dólares su primer fin de semana y alcanzando únicamente el noveno puesto entre las más taquilleras.
Sin embargo, su buen aguante le permitió amasar 25 millones de dólares durante su primer lanzamiento en cines -en 1992 volvió a las salas, sumando 13 millones más-, cosechando además buenas críticas. Un éxito modesto, pero suficiente para que en Disney triunfase ya completamente la idea de que seguía mereciendo la pena apostar por el cine animado. Poco después se dio luz verde definitiva a 'La Sirenita', -antes ya se había trabajado algo en ella pero fue dejada momentáneamente de lado-, película escrita y dirigida por Ron Clements y John Musker, cuyo debut como realizadores en el estudio se había producido precisamente con 'Basil, el ratón superdetective'.
Eso sí, ni siquiera entonces gozó de una final completamente feliz, ya que apenas unos meses después se estrenaba 'Fievel y el nuevo mundo', cinta dirigida por Don Bluth, antiguo animador de Disney, que superó con creces en taquilla a 'Basil, el ratón superdetective' al ingresar 47 millones en Estados Unidos, casi el doble que la cinta de Disney durante su primer paso por las salas.
Además, 'Oliver y su pandilla', la siguiente película del estudio, también superó con creces en taquilla a 'Basil, el ratón superdetective', pero fue ella la película que podría haberlo cambiado todo para mal y a la hora de la verdad sirvió para que el estudio viesen que el cine animado todavía podía darles muchas alegrías. Y así fue, pero ahora la película que nos ocupa está injustamente olvidada tanto por el papel que jugó como por lo estupenda que es.
La película en sí misma
'Basil, el ratón superdetective' es, por encima de todo, una aventura que sirve como presentación para este peculiar detective claramente inspirado en el mítico Sherlock Holmes, del cual podría decirse que es vecino. Es también una película con un ritmo muy vivo que en casi todo momento deja de lado el aspecto más sentimental de los clásicos animados de Disney en beneficio de la rivalidad entre Basil y Ratigan.
En su villano tenemos uno de los grandes aciertos de la película, ya que el personaje con la voz del legendario Vincent Price es un hallazgo nunca lo suficientemente valorado. Desde su complejo de querer que le traten como a un ratón cuando no deja de ser una rata hasta su malvado plan para hacerse con el control de Inglaterra, sin olvidarnos de su gran talento para la canción -inolvidables 'El delincuente más cruel' y 'El fin llegó'-, hay algo en Ratigan irrepetible que no encontramos en ningún otro villano de Walt Disney.
Además, la película acierta al dotar de ciertos matices más negativos un protagonista con un puntito ególatra, en parte consecuencia de sus grandes dotes como detective, pero que se ve compensado con el toque más campechano de Dawson. Ese primer encuentro entre ambos sirve como una de las bases para construir un aventura que sabe muy bien cuándo apostar por la ligereza, encontrando ahí un aliado de primera en la estupenda banda sonora de Henry Mancini, y cuándo puede permitirse ser hasta más oscura, jugando muy bien esa baza.
De hecho, el único pero real que puedo ponerle a la película se encuentra en la escena de la taberna, donde más se notan los descuidos consecuencia de reducir tanto el presupuesto como el tiempo que pudieron dedicar a completar la película, siendo además el único momento en el que puede decirse que la trama llegue a atascarse.
Especialmente recordado es el hecho de su uso pionero en el estudio de la animación por ordenador en un par de escenas, a las cuales da un toque de lo más peculiar que sigue funcionando de maravilla vista hoy en día. No obstante, está claro que el punto álgido en términos visuales lo tenemos en el vibrante enfrentamiento final en el interior del Big Ben, el cual derrocha energía y se siente como un auténtico gran colofón para todo lo que hemos visto.
Al final, lo único que deja algo de mal sabor de boca es que nunca llegase a hacerse una nueva entrega cuando 'Los rescatadores', una cinta estimable pero claramente inferior a la que nos ocupa -y también a su notable secuela-, sí la tuvo. Siempre nos quedará volver a ver 'Basil, el ratón superdective', que al menos yo sigo haciéndolo cada pocos años...
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