Siempre he tenido una gran debilidad por el cine de terror, pero durante los últimos años me he cruzado con tantas pérdidas de tiempo que ha hecho que mi interés hacia dicho género disminuya bastante. Sin embargo, aún aparecen de vez en cuando cintas muy estimulantes como 'Expediente Warren' ('The Conjuring') y eso hace que esté especialmente atento a aquellos títulos que reciben multitud de alabanzas en su paso por diversos festivales de cine.
'Babadook' ('The Babadook') se ha cansado se recibir elogios desde su estreno en Sundance y yo tardé bien poco en llamar vuestra atención sobre su existencia. Desde entonces he esperado pacientemente el momento de poder verla y ha valido la pena, ya que es una excelente película que se habría colado entre mis favoritas de 2014 de haberse estrenado a su debido tiempo y que cualquier amante del cine debería ver para comprobar por sí mismo que el cine de terror aún puede dar mucho de sí en las manos adecuadas.
'Babadook', un cuento para no dormir
En 'Babadook' vemos cómo el monstruo protagonista de un cuento infantil traspasa las fronteras de la ficción para acechar a una mujer y su hijo, el cual está convencido de que dicha criatura existe y ella no tardará en descubrir que tiene razón. Así sobre el papel no es una premisa demasiado novedosa, pero Jennifer Kent, su directora y guionista, no tiene ningún interés en reducir su propuesta a algo tan obvio y manido, por lo que utiliza lo ya narrado en su cortometraje 'Monster' para abordar los miedos infantiles, los traumas adultos y ciertos conflictos sobre la maternidad que el cine rara vez toca.
Especialmente llamativa es la evolución del personaje interpretado por Eddie Davis, ya que pasa de ser objeto de lástima por las peculiaridades de su hijo a provocarnos pavor, tanto por sus acciones como por una actuación que resalta con brillantez su progresivo hundimiento emocional hasta acabar imponiendo respeto y casi miedo con sus reacciones gestuales. Lo mejor de todo es que sucede en paralelo a los cambios de su hijo en la ficción -inmejorable el debutante Noah Wiseman, sobre todo cuando sufre una crisis nerviosa en el coche-, lo cual añade riqueza a su relación y al mismo tiempo relativiza todo lo que el espectador cree conocer.
Kent tiene mucho interés en explorar este último punto, ya que hay varios detalles que avalan la posibilidad de ver que todo lo que sucede está en realidad motivado por ella -¿podría ser que el libro en cuestión lo escribiera en realidad ella?- y que el monstruoso Babadook, cuyo estimulante y acertadísimo diseño está claramente inspirado en el cine mudo en general y el expresionismo alemán en particular, es ( ¿SPOILER?) en realidad una proyección de un trauma nunca superado relacionado con la pérdida de su esposo, lo cual pervierte la figura protectora de la madre para convertirla en una amenaza más peligrosa para su hijo que cualquier personificación posible de la figura del hombre del saco.
Mucho más que una película de terror
La propia directora ha reconocido en varias entrevistas su devoción por el cine de terror y el hecho de que varios títulos posiblemente influyeron de forma inconsciente su trabajo en 'Babadook', pero estamos ante un caso en el que resulta un grave error limitar el interés de la película a su pertenencia a dicho género. Ojo, Kent demuestra un control casi perfecto de la cámara para crear una atmósfera opresiva con ella en lugar de echar mano de trucajes ya muy gastados y su uso de la ambientación sonora potencia de forma brillante la creciente sensación de tensión -especialmente brillantes las inquietantes apariciones de Babadook- y es fiel en todo momento a su estimulante concepción minimalista del terror.
Sin embargo, el auténtico eje dramático de 'Babadook' es el estudio de la relación entre la madre y el hijo -y de los propios personajes- que sufren el acoso del monstruo, y no lo digo sólo por lo enfermizas que llegan a ser algunas de las reacciones de los personajes, pues eso no es más que la consecuencia natural del camino emprendido por Kent. Es lo bien ejecutado que está su lado más realista lo que realmente ayuda a que lo sobrenatural resulte mucho más efectivo y también que su arriesgado desenlace encaje de forma precisa en la perspectiva que plantea Kent sobre los límites de lo que podemos hacer con nuestros grandes miedos.
Además, Kent enriquece el relato mediante el uso constante de metáforas sobre las dificultades para superar un hecho traumático y seguir adelante que prácticamente cualquier espectador debería ser capaz de asimilar, pero su sencillez no es nunca un obstáculo o un elemento que reste entidad a sus intenciones. De hecho, añade consistencia al drama psicológico que plantea y esto redunda en su capacidad para inquietar -o incluso asustar- al espectador, ya que hay ciertos miedos con los que todos podemos identificarnos, incluso cuando son llevados al extremo como sucede aquí.
En definitiva, ' Babadook' es una pequeña gran película de terror que no se conforma con ser solamente eso y que además cuenta con unas extraordinarias actuaciones de su dúo protagonista. Por si fuera poco, es la ópera prima de su directora y guionista, por lo que habrá que estar muy atentos a la carrera de Jennifer Kent. No os la perdáis.
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