Hubo un tiempo en el que las películas de Renny Harlin eran estrenadas, e incluso esperadas. Films como ‘La jungla 2. Alerta roja’ (‘Die Hard 2’, 1990) o ‘Máximo riesgo’ (‘Cliffhanger’, 1993) están en el corazoncito de muchos amantes del cine de acción, al menos la primera que a día de hoy sigue siendo el mejor trabajo de Harlin. Fue casarse con Geena Davis —la protagonista de la última obra maestra de Ridley Scott— y empezar ambos a coleccionar fracasos tanto taquilleros como críticos.
Así ‘Deep Blue Sea’ (íd., 1999), film que hoy casi es de culto, permanece como la última muestra de lo que Harlin podía hacer bien. Ahora, salvando su tratamiento sobre Hércules —del que es mejor olvidarse—, sus films no encuentran estreno masivo. La filmografía de Harlin en general indica que no nos perdemos gran cosa. ‘Atrapa a un ladrón’ (‘Jue di tao wang’/'Skiptrace', 2015) nos llegó hace poco al mercado del DVD y Blu-ray, al igual que hace un año la interesante ‘El paso del diablo’ (‘The Daytlov Pass Incident’, 2015) y que casi nadie vio.
‘Atrapa a un ladrón’ —no sé a quién se la ha ocurrido el título español, que evoca un film de Hitchcock con el que no tiene nada que ver— reúne a Renny Harlin con el popular Jackie Chan, que aquí efectúa también labores de producción. Ambos ya habían intentado colaborar juntos al inicio del milenio en un film de acción. Existe una curiosa anécdota al respecto de dicho rodaje. La mañana del 11 de septiembre del 2001 tenían previsto filmar una secuencia en lo más alto del World Trade Center, pero decidieron dejarlo para el día siguiente… El film fue cancelado.
Nostalgia, otra vez
Quince años después director y actor se reúnen en un producto que parece sumarse a la moda de la nostalgia, que pronto será envasada en frasquitos para venderse en cualquier farmacia. Policía chino persigue a un delincuente, más pillo que otra cosa, que ha robado una importante cantidad de dinero a la gente menos indicada. Los ecos de ‘Límite: 48 horas’ (’48 hours’, Walter Hill, 1982) y ‘Huida a medianoche’ (‘Midnight Run’, Martin Brest, 1988) se oyen continuamente durante todo el visionado.
Jackie Chan y Johnny Knoxville son la pareja más que improbable de la función. El primero parece el mejor actor de la historia al lado del segundo, cuya tendencia —un eufemismo, of course— al histrionismo hace que soportarlo durante casi dos horas sea un ejercicio de tortura psicológica. En cualquier caso aquí estamos en un producto de lo más irrelevante, convencional, hecho para pasar el rato, pero que ni eso consigue. Demasiados lugares comunes, mucha coreografía en las luchas, pero cero diversión y entretenimiento. Ya no digamos emoción.
Harlin no se preocupa ni de intentar ofrecer una mirada moderna sobre las buddy movies, (sub) género al que se adscribe ‘Atrapa a un ladrón’. Ni siquiera aporta algo a los numerosos thrillers orientales, que casi parecen un género en sí mismos. Llena de secuencias más que vistas, no goza siquiera de un humor, ya no inteligente, sino gracioso —momento Adele—. Con todo el film ha sido el éxito taquillero más grande del actor en su país de origen, mientras que aquí no la conoce casi nadie. La ironía de la fama.
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