‘Supersalidos’. ¡Todos con McLovin!

‘Supersalidos’. ¡Todos con McLovin!
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Por mucho que no sea del gusto de determinado tipo de crítica y que no trate temas elevados, cuando una película consigue lo que se propone, en mi opinión ya tiene un enorme mérito. Y más aún si lo que se propone es hacer reír, pues una de las cosas más difíciles de lograr que hay y, paradójicamente, más infravaloradas, es hacer comedia.

Es el caso de ‘Supersalidos’ (‘Superbad’), de Greg Mottola, que se estrena el viernes, 19. El film protagonizado por Michael Cera, Jonah Hill y Christopher Mintz-Plasse (en la foto) se ha convertido en el gran éxito de taquilla de EE. UU. por un motivo claro y obvio: funciona. Hace reír.

Ya dije que ver un tráiler de una comedia podría estropear la diversión. Lo mismo ocurre cuando se despiertan expectativas demasiado elevadas y a lo mejor el que os diga que es divertidísima sólo provoca que os llevéis una decepción. No sólo eso, además, el sentido del humor es algo aún más subjetivo que el gusto estético, así que es muy posible que me contestéis: “pues a mí no me ha hecho gracia”. Lo comprenderé. Pero la realidad es que para una inmensa mayoría las carcajadas no se separan ni unos minutos unas de otras y se sostienen durante todo el metraje. Si viendo el tráiler se destripan demasiadas cosas lo mismo ocurriría si yo os las contase, así que no detallaré ningún chiste de la película.

Por supuesto, los personajes, son adolescentes hormonados y el tema que se trata es el más antiguo de la historia de la humanidad: los protagonistas se mueven por la básica, pero comprensible motivación de echar un polvo. No hay vueltas de tuerca, no hay sorpresas de guión, no hay reflexiones filosóficas, cierto. Pero hay mucho humor y humor del bueno. Y, de vez en cuando y sobre todo para un público de la misma edad que los protagonistas, con eso es suficiente. Especialmente porque es tan difícil encontrar comedias que hagan reír de principio a fin y que no se desinflen hacia el tercer acto, que las pocas que hay aún se ganan más elogios.

Pasadas las excusas, llega el momento de las comparaciones. ‘Supersalidos’ se ha equiparado en numerosas ocasiones con ‘American Pie’, pero más por el fenómeno de masas que ambas han supuesto que por los parecidos entre los dos film. Dejando a un lado el tema central, o sea, la motivación de los protagonistas, elemento en el que sí coinciden; se trata productos muy diferentes. Mientras aquella se detenía con mayor profundidad en situaciones más variadas, ésta, más sencilla en cuanto a trama, la aventaja con creces en lo que se refiere a su comicidad y a su ritmo.

Antes de ‘American Pie’ ya había películas que reivindicaban la figura del empollón pringado: ‘Porky’s’, ‘La revancha de los novatos’… Siguiendo la estela de todas aquellas producciones ochenteras, ‘Supersalidos’ va un paso más allá enarbolando con más orgullo aún los valores friquis.

El caca-culo-pedo-pis de ‘Algo pasa con Mary’, también aparece por aquí. Sin embargo, veo un valor de Apatow y su universo que no tienen los Farrelly: la autenticidad. Mientras los hermanos se las dan de guays y se hacen los friquis porque está de moda, el realismo que ya comenté que tenía la serie dramática ‘Instituto McInley’ (‘Freaks and Geeks’) se repite en ‘Supersalidos’, pero esta vez en clave de humor. Sé que se trata de un matiz difícil de definir en palabras y que también es cuestión de gustos. E incluso sé que con esta comparación llevo todas las de perder, ya que casi todos vosotros preferiréis a los Farrelly. A pesar de ello, reivindico a estos nuevos creadores de comedia como friquis reales que no se avergüenzan de serlo o que han perdido la vergüenza sobre cualquier cosa.

Y por su autenticidad, otra película con la que se podría comparar es 'Napoleon Dynamite', pero advirtiendo que la de Jared Hess es mucho menos divertida.

'Superbad' nos cuenta en paralelo lo que le ocurre a Christopher Mintz-Plasse y las peripecias de los protagonistas, pues los tres amigos se separan involuntariamente después de intentar robar alcohol de una tienda. Su objetivo es llevar bebidas de alta graduación a una fiesta, ya que piensan que de ese modo, las chicas que los han invitado a acompañarlas, Martha MacIsaac y Emma Stone, tendrán un favor que devolverles.

Se ha dicho que las aventuras de Cera y Hill son superiores y que el film se detiene mientras aparece Fogell, pero yo me quedo con este último. Lo mejor del film es el personaje de este gafotas, que se inventa el nombre de McLovin y que eclipsa a sus compañeros de reparto. Tan buenas son las conversaciones que versan acerca del carnet falso, que en la actualidad se encuentran en el imdb entre las mejores citas. Quienes lo acompañan en la subtrama son dos policías, Bill Hader y Seth Rogen (‘Lío embarazoso’), que sorprenden por mostrar un comportamiento un tanto torrentil, completamente diferente al que estamos acostumbrados a presenciar en films estadounidenses. Aviva, en la foto superior, también se dejará engañar por su carnet falso.

El éxito para Christopher Mintz-Plasse no se ha hecho esperar y ya ha firmado para aparecer en ‘Little Big Men’. No es de extrañar, pues sólo con verle la cara, ya se despiertan las risas. Siguiendo con la comparación con ‘Freaks and Geeks’, se podría decir que es el equivalente del personaje de Martin Starr, actor que aquí tiene un papelito. Michael Cera (‘Arrested Development’, ‘Juno’) sería John Francis Daley, protagonista de la serie y alter-ego de Paul Feig, es decir, el autor en cuyos libros autobiográficos podemos apreciar que, como os decía, todo es auténtico. Jonah Hill, a quien se pudo ver en la mucho más que aceptable ‘Admitidos’ (‘Accepted’) y que en la vida real tiene 23 años, equivaldría al personaje de Seth Rogen en la serie, no en balde, en la película lleva su nombre.

El productor es Judd Apatow que, como director, es bastante más flojo, pero que ya os dije que tenía el mérito de aglutinar a una serie de personajes que merecían atención. El guión es del también actor Seth Rogen y de Evan Goldberg.

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