Toda película que se base en principios científicos termina padeciendo el mismo destino: una serie de entendidos la va a criticar. ‘Sunshine’ no es una excepción. Que el Sol se va a terminar apagando es un hecho que está mayoritariamente admitido en la comunidad científica, pero no es algo que vaya a suceder dentro de 50 años, sino más bien dentro de unos 5000 millones de años. Sin embargo, el dato más relevante -- que podéis consultar con más detalle en este interesantísimo artículo -- es que el proceso de “apagado” del Sol no será una decadencia progresiva. Ello se debe a que, en el momento en el que se agotase el combustible en el núcleo solar, la fusión de núcleos de hidrógeno que permiten la existencia del Sol se trasladaría a la periferia del Astro Rey. Así, el Sol se convertiría en una esfera gigante roja en constante expansión. Durante este crecimiento, es más que probable que engullese a Mercurio, Venus, y también a la Tierra. Sólo después de esto, con toda la humanidad abrasada, se produciría la situación descrita por la película.
Por ese motivo, ‘Sunshine’ despacha a gran velocidad la hipótesis de partida para poder centrarse en dos aspectos que, a mi entender, la película resuelve de forma excelente. El primer aspecto sería el enfoque técnico-científico de cómo realizar un viaje hacia el Sol, que recuerda al magnífico documental ‘Space Odyssey’, de la BBC. Aquí tenéis el fragmento que analiza el viajar cerca del desmesurado campo de gravitación solar (tema, por cierto, que ‘Sunshine’ aborda a la hora de hablar de lo impredecible que sería el comportamiento de la carga nuclear una vez entrase en dicho campo gravitatorio).
Es cierto que esa misión no es algo muy novedoso: películas como ‘Armageddon’ ya se dedicaban a salvar la Tierra de un destino catastrófico, pero ‘Sunshine’ es hija de nuestro tiempo y se plantea un debate más profundo. En efecto, tenemos tan asumido que la naturaleza tiene una especie de “equilibrio bondadoso” que consideramos que todas nuestras injerencias tienen que ser nocivas. Sin embargo, cuando ese “equilibrio cósmico” nos conduce a la extinción… ¿Debemos aceptar que ese destino sigue siendo “bondadoso”? ¿Aceptarlo como una especie de voluntad divina? ‘Sunshine’ es una película que tiene la valentía de abordar el debate en esos términos:
SPOILER el enajenado personaje de Pinbacker defenderá la “maldad” de una misión que sólo quiere interferir en los designios de la Divinidad, mientras que Danny Boyle apuesta por el ser humano que se rebela, como los héroes clásicos griegos, contra ese destino FIN DEL SPOILER
De esta forma, ‘Sunshine’ se convierte en una película decididamente progresista, frente a productos retrógrados de ciencia-ficción como ‘Event Horizon’, donde el “conocimiento” era mostrado como la frontera que la humanidad jamás debía traspasar si no quería acabar en el infierno.
La atinada dirección de Danny Boyle también subraya estos aspectos: los continuos desenfoques con los que rueda a Pinbacker refuerzan su carácter esencialmente metafórico. No interesa la fisicidad de las peleas contra esa encarnación de un tipo de pensamiento: esto no es ‘Alien’, y Danny Boyle lo sabe. Y, a quien le molesten los congelaos y el extrañamiento visual con el que es rodada la pelea en el interior de la carga nuclear, sólo puedo decirle que es una aproximación visual muy interesante a la distorsión espacio-tiempo que se podría producir una vez te ha absorbido la desmesurada atracción gravitatoria solar. Vamos, que no me imagino a ninguno de los grandes directores de Hollywood clásico intentando entender esa situación.
En suma, una deslumbrante –- broma no intencionada -– película que consigue mantener una tensión creciente durante todo su metraje y, a la vez, plantear debates que la elevan muy por encima de la media. De acuerdo, no es perfecta: ni la premisa de partida es verdadera ni muchos de los personajes pasan del puro estereotipo. De hecho, el lado “humano” de sus relaciones es, de largo, lo peor de ‘Sunshine’. Pero a una película de imágenes e ideas tan poderosas como ésta, se le pueden perdonar muchas cosas…
En Blogdecine: