Me alegra mucho que el cine español cada vez se esté interesando más por el cine de género, pero no por ello voy a dedicarme a valorar positivamente algunos largometrajes cuya existencia casi sería mejor olvidar. También soy consciente de que varias de esas propuestas, tanto buenas como malas, acaban pasando bastante desapercibidas durante su paso por las salas de nuestro país debido al problema estructural del cine español en lo referente al marketing que sólo desaparece cuando Mediaset o Atresmedia ejercen labores de producción.
En el caso de 'Asesinos Inocentes' es RTVE la que colabora en la película que llega hoy a los cines, algo que nunca se ha traducido en una campaña promocional lo suficientemente fuerte como para dar más posibilidades de éxito a cualquiera de sus películas. En este caso no me voy a quejar demasiado por ello, ya que la ópera prima de Gonzalo Bendala es tan mediocre y olvidable que hasta existe el peligro de que con el tiempo se te olvide lo floja que es y quieras darle una segunda oportunidad.
'Asesinos Inocentes', un corto alargado
Hay muchas cosas que pueden salir mal y hacer que una película no merezca la pena, pero pocas más frustrantes hay que el que simplemente no haya nada en ella que te haga tener esperanzas en que la cosa puede ir a mejor y encima ver cómo su mediocridad cada vez va haciéndose aún más evidente hasta que llega un punto en el que lo único que deseas es que se acabe de una vez para hacer cualquier otra cosa. Ese es el gran mal de 'Asesinos Inocentes' y hace que todo a nivel individual pierda importancia.
Como ya he comentado, 'Asesinos Inocentes' es la ópera prima de Gonzalo Bendala tras una experimentada carrera en el mundo del cortometraje y para la ocasión ha contado con un guión que él mismo ha escrito junto a J. M. Asensio, quien hasta ahora también tenía solamente experiencia en el cine en formato breve. Esto es algo que se nota mucho, ya que el origen de sus males está en el hecho de contarnos una historia que en todo momento da la sensación de ser un cortometraje alargado, recurriendo a varias decisiones de lo más cuestionable para poder alargar su metraje hasta una duración propia de un largo.
Aquellos que no hayáis oído hablar de la película hasta ahora desconoceréis que su premisa gira alrededor de un joven estudiante que está en apuros económicos y necesita aprobar la última asignatura de la carrera de psicología para empezar a salir adelante. El problema es que el profesor le ha puesto un 4 y sólo está dispuesto a aprobarlo si le hace el favor de acabar con su vida. La verdad es que sobre el papel resulta llamativo, pero ya os comentado en otras ocasiones que idear un buen punto de partida no tiene tampoco mucho mérito. Lo que sí lo tiene es saber desarrollarlo y ahí la mayoría, incluidos Bendala y Asensio, fracasan.
La primera prueba de ello es que el profesor interpretado por Miguel Ángel Solá -esperaba mucho más de él, ya que hasta cae en ocasiones en una molesta sobreactuación- quiere morir pero luego parece que está dispuesto a hacer lo que sea para impedirlo. Esto provoca que el metraje se alargue, dando pie a la reaparición de ciertas tramas secundarias que no aportan nada de relieve a la trama central más allá de exponer aún más el limitado talento interpretativo de Maxi Iglesias, aunque justo es señalar que sus compañeros en el crimen resulta incluso más irritantes que él.
Suspense de garrafón
La única tabla de salvación teniendo en cuenta que el talento de Solá, Vicente Romero y Aura Garrido apenas se intuye en un par de ocasiones era que el suspense alrededor de lo que va a suceder y la atmósfera creada a través de la puesta en escena fuera lo suficientemente seductora como para perdonar los fallos comentados con anterioridad. Por desgracia, no es el caso, ya que el propio guión construye situaciones demasiado inverosímiles y encima lo hace echando mano de unos diálogos poco naturales que no ayudan en nada a la película, sucediendo lo mismo con su lamentable giro final.
Visualmente sí hay que concederle que de forma aislada puede resultar hasta algo atractivo, pero el bagaje general acaba siendo gris y repetitivo, contagiándose así de los males del guión. Ahí también ayuda que Bendala no se arriesgue demasiado en lo referente al trabajo de puesta en escena, lo cual resulta más llamativo ante la falta de interés del resto de elementos. Es que ya ni tan siquiera logra unos mínimos como cine de entretenimiento, o al menos no en mi caso, ya muy familiarizado con suspenses de este tipo.
Apenas ha comenzado y ya tengo claro que 'Asesinos Inocentes' va a ser una de las peores películas de este verano, una completa pérdida de tiempo en la que lo único que sobresale fugazmente de la mediocridad -y creo que he sido demasiado amable eligiendo la palabra para calificarla- es el talento de algunos de los integrantes de su reparto. Eso sí, son simples espejismos que nunca nos llevan a nada y que me hacen pediros por favor que si vais al cine este fin de semana a ver alguno de los estrenos de este próximo viernes, optéis antes por la muy entretenida cinta de la que os hablé ayer.
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