‘El corazón púrpura’ (‘The Purple Heart’, Lewis Milestone, 1944) es una de las películas menos conocidas de su director. El ganador de dos merecidos Oscars por ‘Hermanos de armas’ (‘Two Arabian Knights’, 1927) y ‘Sin novedad en el frente’ (‘All Quiet on the Western Front’, 1930) —sin duda, el film bélico más influyente de toda la historia— realizó a mediados de la década de los cuarenta, con los Estados Unidos ya metidos en la 2ª Guerra Mundial, una serie de películas con claros fines propagandísticos.
Algunas de esas películas —abriendo el abanico con títulos dirigidos por otros directores— lograron sobrepasar la barrera de la propaganda, del panfleto si así se quiere decir, y se han convertido en cimas de un género que muy pronto volverá a estar de moda gracias a apellidos tan “ilustres” como Nolan, Gibson o Zemeckis. ‘El corazón púrpura’ no alcanza la excelencia de otros trabajos de Milestone, por ejemplo, ‘Al filo de la oscuridad’ (‘Edge of Darkness’, 1943), pero se trata de un film estimable con no pocos aciertos.
La historia y la Historia
El film está basado en un hecho real, acaecido en abril de 1942, cuando tras el ataque de los Estados Unidos al imperio nipón como respuesta a Pearl Harbour, los ocupantes de un bombardero americano fueron capturados y sometidos a un juicio que fue toda una farsa. Convenientemente dramatizados, los hechos sólo tendrán dos escenarios posibles: la sala de juicios y la celda en la que están recluidos los acusados. En cierto momento varios flashbacks que muestran la vida íntima de los personajes, mostrados de forma onírica, supondrán el único respiro de libertad.
El título de la película hace referencia a la condecoración militar que se concede a cualquiera que haya resultado herido, o fallecido, en servicio. La medalla, con el perfil del considerado Padre de la Patria, George Washington, es mostrada únicamente en los títulos de crédito iniciales, en clara referencia al destino de los ocho personajes centrales. Claro que el film es tendencioso, puesto que en lo que significa una clara derrota se muestra una victoria de tipo moral.
Ese es el tratamiento del juicio a los acusados. Practicar la mal llamada justicia a un reducido grupo de hombres con intención de asestar un golpe al ánimo y moral de una nación que tres años más tarde daría el carpetazo final, a modo de bomba atómica, a la segunda gran contienda. Antes de dictar una sentencia ya tomada de antemano, los presos —interpretados, entre otros, por los habituales Dana Andrews, Richard Conte y Farley Granger— son sometidos a todo tipo de torturas, tanto psicológicas como físicas.
Impecable trabajo de Milestone
En dicho proceso, la puesta en escena por parte de Milestone es del todo ejemplar. Atención a los travellings laterales, sobre todo el que sigue al prisionero chino que ha matado a su padre en la sala de juicios —el instante más sorprendente del film—, o el montaje que enfrenta a estadounidenses y japoneses, dejando, cómo no, a los primeros como paladines de la verdad y la justicia, sobre todo al cumplir su función de mártires. El final, tan impecable como discutible en su mensaje, es antológico. Un travelling hacia atrás que sigue a los ocho soldados que caminan con la cabeza bien levantada hacia su cruel destino.
En 'El corazón púrpura' suena en determinado instante, probablemente el mejor del film, el famoso poema de** Oliver Wendell Holmes**, 'The Boys'. Con el mismo se alude a la época a la que todos queremos volver, como diría Sam Peckinpah, la niñez. El instante es tan sobrecogedor, que Milestone lo corta en el momento justo con la "intromisión" del oficial japonés que actúa de fiscal, para recuperarlo tras su paseo delante de los presos. Una escena enormemente arriesgada con la que el director no cae en el ridículo gracias a la interrupción, que es en realidad un intermedio al poema de Holmes.
La banda sonora del gran Alfred Newman sólo se escucha en dos ocasiones, el mencionado final y en los créditos iniciales. Un gran acierto al narrar una historia de tal talante sin el típico apoyo musical. Con ello se consigue no subrayar innecesariamente la situación que el film narra, acrecentando drama y tensión.
El cuarteto de films de “propaganda” que Milestone realizó se completa con ‘La estrella del norte’ (‘The North Star’, 1944) y ‘Un paseo bajo el sol’ (‘A Walk in the Sun’, 1945), también protagonizadas por Dana Andrews.
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