‘Drug War: La guerra de la droga’ (‘Du zhan’, Johnnie To, 2012) es una película que se ha editado en Bluray a principios de mes en nuestro país, en el que sólo paseó por la última edición del Festival de Sitges, en la que compartió cartel con el siguiente trabajo de To, ‘Blind Detective’ (‘Man tam’, 2013), pero que no tuvo estreno comercial como dios manda, y es una pena. Uno de esos films que nos devuelven al To más visceral y auténtico.
El director hongkonés empezó a ser conocido en nuestro país a causa de ‘Election’ (‘Hak se wui’, 2005), film sobre la mafia en el que no hay un solo disparo, y que tuvo el respaldo de crítica y público, provocando una secuela que ya no estaba a la altura del original, que digámoslo ya, está un poco sobrevalorado y en mi opinión no está entre las mejores película de su autor. En los años siguientes, el cine de To era objeto de culto entre nuestros cinéfilos.
Contención y crescendo
En los mejores films de To, sin duda los thrillers —a veces se codea con el drama y la comedia y los resultados no son los mismos—, el argumento siempre gira alrededor del enfrentamiento psicológico de dos antagonistas, de los cuales uno como mínimo está al otro lado de la ley. En ‘Drug War: La guerra de la droga’ tenemos a un traficante pillado por la policía, con la que llega a un trato para impedir la pena de muerte. Como siempre en el cine de To las cosas irán por donde uno menos se lo espera.
A pesar de que To es un director muy dotado para las secuencias de acción —recordemos ese impecable inicio en ‘Breaking News’ (‘Dai si gin’, 2004) por poner un ejemplo— en ‘Drug War’ se reserva durante casi todo el metraje hasta el antológico clímax final que supone una de esas set pieces tan características de su autor, perfectamente coreografiadas, y en las que todo puede pasar. Hasta ese instante, se reserva en los instantes violentos, con un crescendo dramático tan sutil como visceral.
Un traficante que debe cooperar con la policía, y un jefe de policía que deberá hacerse pasar por villano, dos caracteres completamente diferentes, enfrentados y necesitados al mismo tiempo. Ese típico respeto entre enemigos que tanto se ve en los films de To y que en esta ocasión lo lleva hasta las últimas consecuencias. Porque en ‘Drug War: La guerra de la droga’ no hay lugar para las redenciones ni las buenas palabras. Todos los personajes tienen algo de miserable y el honor, por así llamarlo, hace tiempo que se fue.
Violencia contundente
La contundencia de To como cineasta queda clara una vez más, en el que muy probablemente sea uno de sus trabajos mejor cerrados. Uno de sus actores fetiche, Louis Koo, ofrece una muy entregada interpretación de un personaje totalmente amoral y sin ningún sentido de la responsabilidad o compromiso, única y exclusivamente supervivencia, rozando lo patético. Y esta vez, To no siente ningún cariño hacia su personaje, lo muestra como es, sin justificarlo y también sin atacarlo.
El thriller de Jonnie To —cineasta del que muchos directores estadounidenses aprenderían muchas cosas, entre otras, dibujo del perfil de personajes y exposición de la violencia— va incluso más allá en su encadenado de imágenes que avanzan hacia la catarsis pura y dura en una secuencia final de violencia que deja literalmente con la boca abierta en otra demostración del alto nivel que posee el cine oriental para las secuencias de acción.
Una secuencia que justifica por sí sola el visionado de un film que sólo muy pocas veces cae en el exceso —esa performance casi paródica del policía infiltrado haciéndose pasar por otro—, y que es ante sobriedad. El tiroteo, impecablemente filmado, es como una liberación de todos los personajes que caminan hacia un destino imposible de evitar, y con el que To juguetea en su epílogo, la escena más contundente de todo el relato, concisa, directa y con un punto de denuncia. Una imagen impactante y reflexiva, como muchas de las de su autor.
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