'Anomalisa', amarga genialidad

'Anomalisa', amarga genialidad

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'Anomalisa', amarga genialidad

Siempre me ha llamado la atención la escasa importancia que parece dar la mayoría del público a la figura del guionista. Es lógico que los actores se lleven la fama, pero también hay muchos directores reconocidos, mientras que es bastante extraño que cualquier autor de libretos llegue a gozar de verdadero reconocimiento. Charlie Kaufman es uno de esos extraños casos, pero su “fama” fue demasiado efímera para el talento que había demostrado.

De hecho, con ‘Anomalisa’ no le quedó otro remedio que recurrir al crowdfunding para conseguir el dinero necesario para que él y Duke Johnson, co-director, pudieran sacarla adelante. Hemos tenido que ser muy pacientes y esperar más de tres años para poder verla, pero el resultado es excepcional -lógica su nominación al Oscar-, y muy raro sería que no acabase formando parte de mi lista de mejores películas estrenadas en 2016 dentro de unos meses.

Apasionante animación para adultos

Anomalisa Michael

Lo primero que hay que tener totalmente claro es que ‘Anomalisa’ es una cinta animada para el público adulto, y no lo es por abusar de los límites actuales del humor -y la violencia- como sucede en el caso de la estupenda ‘Deadpool’, sino por plantear una apasionante reflexión que en parte me recordó a ‘Her’ en general y al personaje de Joaquin Phoenix en particular, y lo hace sin concesiones de ningún tipo pese al constante halo de tristeza que domina la función.

Para ello, Kaufman opta por una estructura mucho más sencilla -y lineal- de lo habitual en él, ya que es plenamente consciente de que cuenta con un contenido lo suficientemente potente como para no tener que alterar nada que no le pida la propia historia. De ahí ese relativo desconcierto inicial con tantos personajes, tanto femeninos como masculinos, con la misma cara y voz, ya que no es más que la manifestación de la crisis interior de su protagonista.

Escena Anomalisa

Este punto ayuda a dotar a ‘Anomalisa’ de un barniz surrealista muy sugerente que en determinados momentos incluso da pie a diálogos o reacciones bastante inusuales. De nuevo, la deshumanización y automatización de las relaciones sociales adquiridas por Michael Stone le llevan a una situación casi insoportable que le condena a ser un alma desgraciada incapaz tanto de conectar con alguien como de encontrar el amor y la felicidad.

Kaufman incide en ello en varios momentos -su reencuentro con la última mujer con la que realmente fue feliz- para mostrarnos la “trágica” rutina de su protagonista, condenado a seguir adelante porque no le queda otra pese a la ausencia total de estímulos. Ahí es cuando surge un oasis emocional en Lisa, a la cual literalmente ubica porque es la única con una voz diferente, cálida, humana.

’Anomalisa’ y la necesidad de conectar

Anomalisa Lisa

Una vez aclaradas las cosas -ojo, que aún habrá varias escenas de corte un tanto surrealista pero necesarias y certeras para lo que se nos quiere contar-, todo gira alrededor de la relación entre Michael y Lisa, desde los miedos iniciales -ella es incapaz de creer que el protagonista no prefiera a su amiga- hasta la progresiva intimidad que va surgiendo entre ellos -magnífico el momento ‘Girls just wanna have fun’-.

Es entonces cuando surge la esperanza en que Michael no está condenado a la insípida rutina y que realmente puede llegar a conectar con alguien y recuperar la pasión por la vida. No entraré en detalles, pero considero que la decisión de Kaufman es la perfecta para la película y que ‘Anomalisa’ nunca se desvía del camino correcto conseguido primero a través del tono y después de los hechos que van sucediéndose.

Michael Lisa Anomalisa

Algo esencial para conseguir todo eso lo encontramos en una animación por stop-motion que de buenas primeras es cierto que llama la atención, pero sus responsables han logrado integrarla con tal naturalidad en ‘Anomalisa’ que uno rápidamente se olvida de ello y hasta cree estar viendo una película con personajes de carne y hueso. Este detalle, donde es clave la aportación de Johnson, es importante para resaltar aún más la descarnada humanidad del relato.

No me olvido tampoco del espléndido trabajo vocal tanto de David Thewlis -brillante mostrando ese hastío vital y luego sus esperanzas en que aún puede ser feliz- y Jennifer Jason Leigh -inmejorable la cálida fragilidad de Lisa-, los dos grandes protagonistas, como de Tom Noonan, quien tenía la difícil tarea de dar la misma voz a infinidad de personajes y sale airoso de un reto en el que lo más complicado era no resultar monótono en el mal sentido.

En definitiva, ‘Anomalisa’ es una magnífica película con la que Charlie Kaufman vuelve por la puerta grande al séptimo arte. Eso sí, del mismo modo que te transmite la necesidad de conectar de las personas, también es necesario hacerlo tanto por su apuesta formal como por su forma de desarrollar la historia. Si es el caso, no me cabe duda de que os sacudirá por dentro y os hará revivir emociones a las que muy pocas cintas logran tener acceso.

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