El próximo viernes llega a nuestras pantallas la nueva película del británico Joe Wright, 'Anna Karenina', una nueva versión del clásico de León Tolstói que se ha hecho de rogar a la hora de estrenarse en nuestro país. Se trata de la sexta adaptación cinematográfica de las desventuras de Anna Karenina, un personaje jugoso que en esta ocasión recae en la reina —y actriz fetiche del director— de las películas de época: Keira Knightley.
Si hace unos días mi compañero Alberto Abuín analizaba la versión de Clarence Brown (id, 1935) protagonizada por Greta Garbo, hoy (y para estrenarme en esto de las críticas) me toca hablar de la versión de Wright, que haga lo que haga, siempre está en el punto de mira. He de confensar que, aunque no me apasionó su versión de 'Orgullo y prejuicio'—'Pride and prejudice'(id, 2005)—, me declaro fan de la a veces intimista y a veces drama bélico 'Expiación'—'Atonement' (id, 2007)— y por ello, sentía cierta curiosidad por esta nueva adaptación de uno de los grandes clásicos de la literatura universal.
La premisa original de 'Anna Karenina' ya es bastante potente en sí misma: una historia de amores imposibles y pasiones descontroladas, de infidelidades y deshonor y en definitiva, un retrato claro y conciso de la alta sociedad rusa de finales del siglo XIX. Para alejarse de copias y no convertirse en 'una versión más del clásico de Tolstói', Joe Wright decide situar gran parte de la trama —y he aquí el problema— en el escenario de un teatro. A primera vista esta decisión parece de lo más acertada y es que no me corto al decir que los primeros 30 minutos de la película son sublimes: decorados que caen, extras que se preparan para salir a escena, actores protagonistas que recorren el backstage para aparecer por el lateral del escenario, vestuario y maquillaje estrambótico...Un juego al que el espectador entra sin problemas y que casa que ni pintado con el tono casi caricaturesco que el director da a casi todos los personajes. Pero como ya hemos dicho, que Joe Wright pierda este estilo de narración teatral, pomposo y estrambótico situado en un teatro, hace que el sentido de originalidad se desvanezca por completo y que en más de una ocasión la historia llegue a parecernos rídicula, exagerada y poco creíble.
Mantener el tono dramático de un dramón de tal calibre —y permitidme la redundancia— como el que escribió Tolstói es bastante complicado si conviertes tu puesta en escena en un gran teatro y después pierdes el escenario pero sigues manteniendo la suntuosidad y pomposidad teatral en todos los aspectos estéticos y narrativos. Esto es lo que le pasa a Wright pasados 30 minutos y cuando la narración empieza a complicarse: no saber mantener el juego del escenario que a mí parecer es su gran baza.
A partir de aquí, todo va de normal a peor. Tras media hora de metraje, la película se convierte en una adaptación más de la novela rusa —de lo que estoy segura Joe Wright quería evitar a toda costa— a lo que hay que añadir que sus dos actores protagonistas Keira Knightley y Aaron Johnson tienen una de las peores químicas cinematográfica que he visto en pantalla en los últimos años. Aunque a mí parecer le falta algo de sabiduría, la Knightley consigue meterse en la piel de Anna Karenina, algo que no consigue hacer el rubiales de Aaron Johnson al no saber captar al seductor y encantador conde Vronsky, lo que provoca que nos dé un poco de risa que la Knightley deje a su marido —un soberbio Jude Law en uno de sus mejores papeles— por él.
Pero no hay que dar todo por perdido en cuanto al reparto se refiere, ya que además de Jude Law y un excéntrico Matthew McFayden hay que destacar la pareja de jóvenes que interpretan a Levin y Kitty, el verdadera historia de amor dentro de este drama llamado Anna Karenina. Se trata de Domhnall Gleeson —hijo de Brendan Gleeson— y Alicia Vikander —este mes también en 'Un asunto real'—, que ofrecen sin pudor el reflejo tierno y bueno del amor, la otra cara de la moneda.
En definitiva, la 'Anna Karenina' de Joe Wright no deja de ser una versión más de la novela de Tolstói. Otra película que podría haber ido más allá y no se atrevió.
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14 comentarios
Dax
Joe Wright me parece un grandisimo director y de lo mas versatil, "Atonment" y "Hanna" me parecen dos peliculones, salvo la horrenda "The soloist", sus pelis tienen un altisimo nivel.Una nueva adaptacion de un gran clasico en manos de uno de los directores mas interesantes de la actualidad hacen que este estreno sea imperdible.
ivo777
Yo realmente no se que es lo que os cuesta creer...su matrimonio es aburrido y sin pasion y si Jude Law es perfecto interpretando un hombre frio,desganado y poco atractivo(en la pelicula por la caracterizacion) y se supone que es malo en la cama,mientras que Vronsky es todo lo contrario,es apasionado,joven,guapo,sexual y eso es lo que la seduce,su amor por el es sobretodo basado en la pasion y en el sexo y Aaaron Johnson da la talla fisicamente y aunque no es excelente,tampoco es mal actor.
martitorris
Keira Knightley está muy sobrevalorada en el drama de época y lamentablemente es la actriz fetiche de Wright. A mi el juego del escenario me sorprendió los primeros 5 minutos, me entretuvo los siguientes 10 y me pareció una molestia el resto de la película. Durante gran parte del metraje la puesta en escena le roba protagonismo al desarrollo de la historia y despista al espectador. Eso sumado a que de pronto todo vale, vuelvo al teatro, me voy al campo, etc... Confunde todavía más. Un poco larga de más, me dejo un sabor de boca agridulce. Destacar a Vikander, también estupenda en "Un asunto real".
alvarodraper
La pelicula que más me gusta de Wright es "Orgullo y prejuicio". En las demás pelis siempre intenta apabullar en la puesta en escena y técnicamente, se preocupa tanto de la forma que se olvida de la narración en ocasiones y provoca un ritmo irregular en sus cintas, el mejor ejemplo es Hanna.
Aun así, Joe es uno de los directores más interesantes de la actualidad, y estando Keira no me la perderé. Y claro entre el talento actoral de Jude Law y Aaron Johnson no hay color. Buen estreno con las críticas.
Toto y Alfredo
¡Habemus redactora! A mí el binomio Knightley/Wright siempre me ha gustado siendo el cisma como tu apuntas "expiación". A ésta le tengo ganas desde que se anunció sobretodo por sus sentido escénico. Aún así, tu crítica corrobora lo que miles de voces susurraban. Es decir, que no espere mucho de ella. Por cierto, viendo el traíler parece que sobra en semejante triunvirato de actores, Johnson. Ya veremos.
vasilia
LuciaRos: bien por tu estreno como critica, y concuerdo en que Keira Knightley y Aaron Johnson tienen una de las peores químicas cinematográficas en años. He visto 4 versiones anteriores de Ana Karerina, mi Vronsky favorito es Christopher Reeve (me quedo clarisimo por que Ana arruinaria su vida por un Vronsky como Reeve), pero con Johnson... VAMOS!!! ¿Dejar a Karerin por ese Vronsky? No me lo crei en absoluto.
Que tengas una buena estadia en Blog de cine como critica!!!
marat
No me desagradan las películas de época (mi debilidad es "Sentido y Sensibilidad"),y la verdad es que no me he leido la novela ni he visto ninguna adaptación,y ya va siendo hora.El trailer no lo vi mal.
hectorbarca
Siendo una película de época, de Keira Knighley, de Tolstoi, seguro que la veré. Eso si, sin muchas expectativas tras leer tu crítica.
Me alegro de poder seguirte por aquí tambien ;).
ciudadano_cero
Le daré una oportunidad, pero donde estén Sophie Marceau y Sean Bean...
nemilda
La cinta me gustó...como dices podía haber ido más allá pero es agradable de ver. Es verdad que no hay mucha química entre los protagonista, no entiendo muy bien que motivó a Joe a poner a Vroski de rubio, ya que en la novela es moreno y Johnson es moreno también...
Johnson es un actor muy atractivo (para mi gusto) y podría haber explotado más su lado seductor. Sin duda no es su mejor papel, muy lejos del inmesurable joven Lennon en Nowhereboy.
El film consiguió que sintiera interés en entender mejor la motivación de Ana para suicidarse, y empecé a leerme el libro. Es una novela espectacular así que algo bueno he conseguido del visionado, aunque se supone que debería haberme quedado claro con la película, no?
luciaros
Bueno, yo también me declaro fan de Keira Knightley, pero no es suficiente. En la novela, la química entre Karenina y Vrosnky es esencial para poder entrar e identificarse con los personajes, y en fin, la Knightley y Aaron Johnson no la tienen ni a tiros!
Ya me contaréis!
matmo
Coincido bastante con la opinión de Lucía. La simulación de una gigantesca representación teatral me parece un ingenioso enfoque para revisar por enésima vez una obra que ha sido adaptada tantas veces desde la pulcritud académica, aunque también es un arma de doble filo, porque en esos primeros 30 minutos el espectador está más pendiente de admirar el deslumbrante torrente de energía visual orquestado por el director que de engancharse a una trama a la que le cuesta coger temperatura. Ni siquiera cuando Wright empieza a calmarse (después de la secuencia del baile) logra establecer la conexión anímica adecuada que exige todo melodrama. En otro género podría ser disculpable, pero precisamente en uno tan pasional es imperdonable que las emociones no traspasen la pantalla, y por ahí patina esta "Anna Karenina".