Una de las principales críticas que está recibiendo Disney+ es la escasez de novedades. Es cierto que tiene títulos muy potentes en su catálogo, pero el ritmo de títulos que van añadiéndose se queda a años luz del de otras plataformas de streaming, por lo que seguro que no soy el único que presta especial atención a cualquier nuevo desembarco como el que ha realizado ‘Animazén’ este viernes 22 de mayo.
Vendido como un homenaje a los artistas visuales y sonoros que han dado forma al legado de los Clásicos Disney, ‘Animazén’ no ofrece material nuevo, ya que sus diez episodios de entre cinco y siete minutos de duración toman escenas de multitud de películas de la compañía para ofrecer una experiencia sensorial. Desconectando esos momentos de la narrativa a la que pertenecen, se crean pequeñas piezas relajantes, cada una de ellas con un nexo común.
Un tributo limitado
No puedo culpar a aquellos que vean en ‘Animazén’ una especie de refrito que más que como tributo funciona como mezcolanza más o menos conseguida de muchas joyas animadas de Disney. Si lo que buscas es algo sustancioso, será mejor que sigas buscando en otra parte, ya que lo que encontrarás aquí funciona mejor como un ejercicio de montaje llamado a recordarnos la grandeza de los pequeños detalles de estas películas.
De entrada, lo primero que llama la atención es que se ha prescindido de los sonidos y diálogos de las películas para buscar que esos montajes intenten reproducir los sonidos de la naturaleza, desde aquellos más relajantes que te ayudan a sumergirte en la belleza de lo que tienes antes tus ojos como otros en los que simplemente prima cierta intención de imprimir una capa de realismo.
Por ello, lo primero que consigue ‘Animazén’ sí es que recordarnos el trabajo de esos artistas anónimos para la mayoría del gran público, aunque lo haga sin llegar a decirnos quién estaba detrás de esto o aquello. Ahí se habría agradecido ni que fuera la posibilidad de conseguir la información pinchando sobre la imagen para darnos más detalles al respecto.
Para desconectar del mundanal ruido
Todas las piezas corren a cargo del poco conocido David Bess, buscándose además incitar al espectador a la meditación. Ahí sí creo que ‘Animazén’ no está a la altura de lo que promete, porque donde sí pueden brillar estos diez episodios es más como una pausa del mundanal ruido de nuestra rutina diaria. Unas pequeñas píldoras de tranquilidad con fuerza visual que en sí mismas no aportan lo suficiente como para llevar a cualquier tipo de reflexión, pero sí que invitan a parar un momento.
A su manera, lo que realmente puede aportarte ‘Animazén’ más allá de su primer visionado es ser ese tipo de comodín que te pones de fondo mientras estás realmente haciendo otra cosa. Hay quien ve series, películas o documentales mientras plancha o hace otras tareas del hogar, pero estos montajes sí que tienen la capacidad de añadir cierta armonía sin la necesidad de prestarles plena atención.
Puede ser un sonido o una imagen lo que te llame la atención o simplemente cómo se pasa de una película a otra. Como tal, ‘Animazén’ tiene sentido y una posibilidad de sobrevivir para el público más allá de la curiosidad de servir como homenaje a sus artistas. Si con eso os vale, bien merece echarle un vistazo.
Puedes ver 'Animazén' en Disney+
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