Quizás nos vamos a cansar de decir, en estas semanas, lo refrescante que es 'Andor' como serie de Star Wars. Y es que nos puede convencer más o menos su historia (yo reconozco que tengo mis más y mis menos con sus tres primeros episodios), pero hay unas ganas de no encajar en la fórmula que se agradece bastante. Y este nuevo episodio es una buena muestra de ello.
Por cierto, a partir de aquí spoilers de 'Aldhani', el episodio 4 de 'Andor'.
Tras los acontecimientos del episodio anterior, Cassian (Diego Luna) y Luthen (Stellan Skarsgård) ponen rumbo a Aldhani, donde hay un grupo de rebeldes con la misión para la que el misterioso hombre ha contactado al ladrón: asaltar una guarnición imperial y sustraer algo de ahí. Una incorporación que no hará ni pizca de gracia al grupo local aldhaniense, que considera que es un riesgo añadido a la misión.
Hola, senadora
Quizás lo más interesante de este segundo acto de la serie sea que el guion de Dan Gilroy empieza a decirnos de qué va en realidad esta ficción de Star Wars. Con la excusa de explorar el origen del protagonista, nos adentramos en los tejemanejes políticos de Coruscant. Y ahí tenemos una figura clave: Mon Mothma (Genevieve O'Reilly), a la que conocemos a través de la cara "pública" de Luthen como galerista para coleccionistas.
Si bien en pantalla a la senadora la hemos visto relativamente poco ('El retorno del Jedi' y, por supuesto, 'Rogue One'), en el universo expandido sí que ha sido bastante explorada como la líder de la rebelión que es. Y aquí tenemos la oportunidad de conocer su historia y cómo vive rodeada de enemigos incluso, aparentemente, en su propia casa.
No es lo único que me ha resultado interesante. Mientras vamos conociendo cómo las cosas se van poniendo difíciles en el plano político, nos metemos en los pasillos del Buró de Seguridad Imperial para conocer a Dedra Meero (Denise Gough), oficial imperial que decide investigar más lo que ocurrió en Ferrix solo para encontrarse con advertencias.
Mientras, vemos cómo tras el fiasco del episodio anterior el Imperio decide tomar control de la zona y releva de su puesto a Syril (Kyle Soller). Es algo curioso cómo la serie hace cierto paralelismo entre este y Dedra como dos oficiales entusiastas, zelotes incluso, en su deber y cómo ambos encuentran trabas y desdenes a su oficio. Mientras uno se encuentra con la inacción, la otra con un cruce de intereses.
Si bien el cuarto episodio concluye justo antes de que "Clem" (Andor) y la banda realice el anticipado asalto, el devenir de este me es bastante indiferente. Aquí reconozco que el guion de los Gilroy tiene que trabajar bastante para evitar que al espectador le interese más el aspecto de thriller de espionaje y política con hombrecillos vestidos de gris que el destino de nuestro héroe. Esa es la serie que quiero ver.
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