Hace una semana se ha estrenado entre nosotros 'Amigos con Dinero', la tercera película de Nicole Holofcener. Por el medio esta directora neoyorkina se ha dedicado a dirigir episodios de series de televisión tan famosas como 'Sexo en Nueva York', de la que no he visto ni un solo episodio, 'Las Chicas Gilmore', ídem de lienzo, y 'A Dos Metros Bajo Tierra', de la que he visto únicamente su primera temporada y me parece estupenda. No sé si este film guarda algún parecido con las dos primeras, pero desde luego a la Holofcener le ha salido un producto de corte televisivo, bien podría pasar por el episodio piloto de una serie destinada a hablar de los ricos y los pobres, con ese toque de cine independiente y unas gotitas a lo Woody Allen (director bastante más imitado de lo que muchos piensan). También he leído por ahí que 'Amigos con Dinero' podría emparejarse con la oscarizada 'Crash', ya que se sitúa en Los Angeles y tiene la típica estructura de historias de personajes distintos que se cruzan, aunque aquí se conocen todos. No me parece descabellada esa comparación, pero con una clara diferencia. Donde el film de Haggis opta por ser grandilocuente y casi épico, el de Holofcener se erige como un trabajo tranquilo y casi desapercibido.
Pero no me malinterpreteis. No es que ambas películas traten de lo mismo. 'Amigos con Dinero' habla sobre un grupo de amigos que intercambian sus pareceres sobre la vida, el trabajo, lo que es bueno, lo que es malo, el amor, el dinero, el sexo y el ponerse a parir por detrás. Vamos, como la vida misma.
El film transcurre de forma amable y tranquila, sin demasiados sobresaltos. Algo que juega tanto a su favor como en su contra. A favor porque se sigue plácidamente y nunca resulta aburrido, quizá un poco intrascendente. Y en contra porque hay algunos momentos clave que necesitarían de más dramatismo, de más fuerza emocional, de más garra narrativa para provocar un mayor impacto.
Puede que la historia nos suena a ya vista, pero ¿cuántas historias actuales nos suenan a ya vistas?. No obstante, ese tono amable del que hablaba en el anterior párrafo es lo que hace que la sigamos con cierto interés. Interés que curiosamente se extiende a todos sus personajes y es que absolutamente todos, excepto uno, caen bien, algo que me ha llamado la atención. Y ese personaje antipático, por así decirlo, ni siquiera es un personaje central, sino secundario, y sin la suficiente fuerza como para tener un peso específico en la historia.
Lo que sí tiene peso en esta película, y se alza indudablemente como lo mejor, es el elenco de actrices que la pueblan y que justifican por sí solas el visionado de la película. Probablemente en la traducción del título se haya cometido un error traduciendo "friends" como "amigos" en lugar de "amigas". Hay personajes masculinos, por supuesto, pero el punto de vista del film es totalmente femenino y a través de cuatro protagonistas principales, desde las que se enfoca la historia. Los hombres son secundarios.
Así pues merece la pena destacar a Jennifer Aniston, que no sé que tiene pero a pesar de que no la considero una gran actriz a mí me gusta, y en este film lo cierto es que se luce más que otras veces, incluso podemos quitarle algún parecido con su celebrado personaje en la pasable 'The Good Girl'. Joan Cusak, la hermana del mítico John, interpreta un personaje nervioso y alterable, muy en su línea. Frances McDormand interpreta a la madura del grupo y cómo no, aporta ese grado que sólo los veteranos suelen aportar. Y la siempre maravillosa y morbosa Catherine Keener, con un personaje un poco incomprensible, pero esta actriz llena la pantalla, y con eso ya es más que suficiente.
Respecto al elenco masculino, sólo voy a destacar a Jason Isaacs, excelente actor que suele estar soberbio en papeles dramáticos, como éste es el caso.
Una película pasable, que muy probablemente pase sin pena ni gloria por las carteleras, tal y como le sucedió a los trabajos anteriores de Holofcener. No es para dar saltos de alegría, pero por lo menos porporciona un rato agradable y totalmente alejado de los vacuos ruídos de otras producciones que llenan más las salas, pero que dejan vacía la mente y el alma del espectador.