Está consiguiendo que la crítica y el público se pongan más de acuerdo de lo habitual. Algunos tienen muchos peros, y la típica reacción de debate sobre si merece tantas alabanzas sigue en el aire, pero lo cierto es que hacía mucho que no se palpaba en el ambiente una idea colectiva de estar ante algo grande dentro del género. ‘Hereditary’ (2018) está causando sensación, y la verdad, no es para menos.
Hay muchos factores que confluyen para que el debut de Ari Aster se revele como una gran película de terror, pero en parte se debe a su reverencia los nuevos clásicos de la segunda mitad del siglo XX, empezando por ‘La semilla de diablo’ (Rosemary’s Baby, 1968) y continuando por el cine de horror adulto posterior con ‘El Exorcista’ (The Exorcist, 1973) y ‘El Resplandor’ (The Shining, 1980) a la cabeza. Pero hay un clásico algo más oculto que empieza a resonar en los últimos años. ‘Amenaza en la sombra’ (Don’t Look Now, 1973) de Nicholas Roeg.
Recuperado ya el año pasado por la mejor película de género de su temporada, ‘La Cura del bienestar’ (A Cure For Wellness, 2017), hemos visto trazas de la influencia de este clásico en series como ‘Channel Zero’ y otros nuevos hitos del terror de la década de los 2010. En el caso de ‘Hereditary’, Ari Aster retoma un poco del tono de la obra, pero se fija en el conflicto de la pérdida como motor de otros horrores subcutáneos, la tristeza y la atmósfera mortuoria como catapulta para el mal.
El tercer filme de Nicholas Roeg
La película de Nicolas Roeg es una exploración magistral de la psique humana, que se adentra en las profundidades del dolor, la pérdida y lo sobrenatural. La película sigue a John y Laura Baxter, interpretados por Donald Sutherland y Julie Christie, mientras se enfrentan a la trágica muerte de su hija. Con** el telón de fondo de una Venecia sombría**, la película teje una compleja narración que desafía la percepción de la realidad del espectador.
‘Amenaza en la sombra’ está basada en un cuento de Daphne du Maurier, la autora de ‘Rebecca’y comienza con una angustiosa escena en la que la hija de los Baxter, Christine, se ahoga en un estanque cercano a su casa. Este suceso marca el tono de toda la película, ya que el proceso de duelo de la pareja se convierte en un tema central. Viajan a Venecia, donde John está restaurando una antigua iglesia, en un intento de escapar de su dolor. Sin embargo, los laberínticos canales de Venecia y la presencia de un asesino en serie en la ciudad crean una atmósfera de fatalidad inminente.
Destaca su innovador montaje y estilo visual, que contribuyen a la calidad desorientadora e inquietante de la película. Roeg emplea una narrativa no lineal, intercalando escenas del pasado, presente y futuro, lo que refleja la naturaleza inconexa de la vida de los Baxter tras su pérdida. El uso de motivos recurrentes, como el color rojo, el agua y los reflejos, añade capas de significado y presagios a lo largo de la película.
Más allá de la frágil geometría del espacio
Uno de los temas más significativo es el concepto de vista y percepción. La película cuestiona la fiabilidad de la visión y la capacidad de los personajes para interpretar lo que ven. El escepticismo de John hacia lo sobrenatural es cuestionado por un par de hermanas que afirman tener habilidades psíquicas, una de las cuales es ciega. Esta ironía no pasa desapercibida para el espectador, ya que la hermana ciega posee una «segunda vista» que le permite percibir cosas más allá del reino físico.
El título de la película juega con la idea de mirar y ver. Sugiere una advertencia a los personajes (y quizá al público) para que tengan cuidado con sus percepciones. La narración lleva a John a una búsqueda desesperada de la comprensión y el cierre, que culmina en una conclusión impactante y trágica que refuerza el mensaje de la película sobre los peligros de confiar únicamente en la vista.
Una escena de sexo legendaria
'Amenaza en la sombra' suele clasificarse como película de terror, pero trasciende el género al centrarse en el terror psicológico más que en los sustos convencionales. El verdadero horror reside en la confusión emocional de los Baxter y en la inquietante constatación de que nuestros sentidos pueden engañarnos. El impacto de la película se ve amplificado por su escenario: Venecia, normalmente percibida como romántica, se transforma en un personaje amenazador por derecho propio, con sus edificios decadentes y sus aguas turbias que reflejan la confusión interior de los Baxter.
Eso sí, nuestra vista nos puede engañar, puesto que el rumor de que hubiera sexo real frente a la cámara es falso, aunque le dio una celebridad a la película merecida, es una de las mejores escenas de sexo de la década de los 70. En definitiva, es obra maestra del cine que sigue cautivando al fandom con su profundo comentario sobre el dolor, la percepción y lo sobrenatural.
Cine de terror codificado
Su innovadora narrativa y sus técnicas visuales han dejado una huella indeleble en el género de terror y en el cine en su conjunto. La película invita a cuestionar su comprensión de la realidad y las limitaciones de la percepción humana, convirtiéndola en una obra de arte atemporal que resuena con las complejidades de la experiencia humana que sigue siendo tremendamente influyente.
Definida en su publicidad como un “Thriller psíquico” su adscripción al cine de terror es indudable, pese a que incluso en su música parece sortear los tropos conocidos mediante temas románticos y melancólicos de un Pino Donaggio que no olvida su conexiones con el giallo. Como ‘Hereditary’, cualquier duda se disipa en su secuencia final. En este caso, una espeluznante persecución en medio de un paraje prohibido y maldito, lleno de niebla digna de los góticos de Mario Bava, con una revelación final inesperada, inexplicable e inexplicada, tan absurda como sobrecogedora que deja la pregunta en el aire ¿Qué es el enano que mata a Baxter?
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