No puedo decir que reaccionase con mucho entusiasmo cuando Disney anunció que estaba trabajando en una secuela de ‘Alicia en el país de las maravillas’ (‘Alice in Wonderland’), principalmente por lo frío que me había dejado la cinta dirigida por Tim Burton. Sí, se notaba que era suya y también el dinero invertido para convertirla en un gran despliegue visual, pero a mí me pareció una película con muy poca alma, por lo que nunca llegué a entender su enorme éxito.
Han pasado los años y no dejan de estrenarse nuevas versiones en imagen real de grandes clásicos del cine animado, pero en el caso de ‘Alicia a través del espejo’ (‘Alice Through the Looking Glass’) no tenían ese referente y además ya habían usado parte del argumento de la novela infantil de Lewis Carroll, así que no les ha quedado otra que innovar. No suena mal sobre el papel, pero el resultado es una catástrofe en la que prácticamente nada funciona.
Sabe lo que quiere, pero no podría hacerlo peor
Cuenta James Bobin, el sustituto de Burton en la dirección, que su gran objetivo en ‘Alicia a través del espejo’ era seguir fiel a sus orígenes cómicos, pero respetando de forma escrupulosa el estilo de Lewis Carroll, lo cual a su vez derivaba en contarnos una historia compleja que tampoco lo fuera demasiado, ya que así podrían perder al público infantil. Lo cierto es que en el resultado final se perciben sus intenciones, pero los graves problemas llegan a la hora de ejecutarlo.
Alicia ya es toda una mujer aquí, capaz de vivir las mayores aventuras en el mundo real y de valerse plenamente por sí sola. Sin embargo, una serie de problemas la llevan de vuelta a su rico mundo de fantasía, donde El Sombrerero Loco está pasando por un momento tan malo que podría acabar con su vida. Eso da pie a la utilización de los viajes en el tiempo, un recurso que suele apasionarme y que aquí sólo ayuda a estirar una historia bastante endeble.
El problema no es tanto que sea bastante fácil adivinar lo que va a acabar sucediendo, pues eso pasa con la práctica totalidad de blockbusters, sino que simplemente las bases del relato ideado por Linda Woolverton, también autora del guion de la primera entrega -y del de la desastrosa ‘Maléfica’ (‘Maleficent’)-, aniquilan cualquier empatía que podamos sentir hacia la aventura que va a vivir Alicia.
La cosa se complica aún más por lo evidente que resulta que sus responsables han querido recuperar a todos los personajes posibles para que no echemos a nadie de menos. El problema es que los acabamos echando de más al quedar reducida la presencia de muchos de ellos a poco más que relleno, mientras que el gran conflicto que se nos plantea simplemente resulta ridículo, tanto por la imprudencia de Alicia como por los detalles que rodean a un trauma del pasado.
’Alicia a través del espejo’, menudo desastre
Todo ello provoca que la gran inversión en efectos visuales -170 millones de dólares ha costado hacer ‘Alicia a través del espejo’- también acabe resultando agotadora, al principio por la sobreutilización y más tarde por su incapacidad para insuflar vida a un relato gripado e incapaz de ofrecernos algo con cierta emoción. Esto ya pasaba en cierta medida en ‘Alicia en el país de las maravillas’, pero aquí es un problema que se agiganta.
Lo cierto es que la película tampoco tiene redención alguna en las partes ambientadas en el mundo real, tanto por lo grotesca que resulta en varios aspectos -ese sucedáneo de ser humano que quiere forzar a la protagonista a llevar una vida “normal”- como por su indiferencia absoluta hacia lo que plantea, dejando claro que está deseando saltar al mundo de las maravillas cuando podría haberse hecho mucho más con el crecimiento personal de Alicia…
No me sorprendería que se intenten explicar todas sus debilidades bajo ese paraguas que sirve para defender cualquier cosa que es decir que es una película pensada para los niños. A mí eso siempre me ha sonado a tomarlos por tontos como regla general -y no digamos nada de que “exige” a los adultos aceptarlo sin más-, algo que aquí se acrecienta con esas frases cómicas que no vienen para nada a cuento y que en más de una ocasión resultan directamente irritantes.
Supongo que si estás dispuesto a comprar todo lo que te venden y a pasar también por alto lo desaprovechados que están todos los personajes que no se llamen Alicia, quien aquí resulta demasiado imprudente como para implicarme en lo que hace, pues quizá, y solamente quizá, lo pases bien. En mi caso, sólo salvo que al menos no se exceden utilizando a Johnny Depp -aunque a cambio tenemos a un mal utilizado Sacha Baron Cohen-, algo que veía probable, y algunos detalles visuales perdidos entre tanta esquizofrenia digital.
Más allá de eso, da la sensación de que se limitan a lanzar cosas, sobre todo reclamos visuales, con la esperanza de que sea suficiente para conquistar al público, pero es que aquí ni siquiera hay escenas puntuales realmente estimulantes o tramas que consigan sobreponerse a la superficialidad reinante. Problemas similares a los que afectaron a la decepcionante última aventura de los X-Men, pero sin ni una sola de las virtudes de la cinta de superhéroes.
En definitiva, ‘Alicia a través del espejo’ es una completa pérdida de tiempo incapaz de crear nada interesante -alguna cosa con posibilidades sí que hay, pero pasan por alto por ellas como si nada- más allá de unos excesos visuales que también acaban resultando cansinos y redundantes, lo cual hace que encima de estúpida sea también aburrida. Un derroche de dinero incapaz de conseguir ninguno de sus objetivos y que seguro que acabará colándose en mi selección de lo peor de 2016.
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