Uno de los nombres que han marcado la ficción televisiva en este 2017 es, sin duda, el de Margaret Atwood. La multipremiada escritora canadiense ha recibido este año tres adaptaciones de su obra. Primero vino 'The Handmaid's Tale', la fascinante distopía que es sin duda una de las series del año; luego, 'Wandering Wenda', serie animada de CBC basada en su cuento infantil; y la última en llegar ha sido 'Alias Grace' una excelente producción canadiense que ha llegado a España a través de Netflix.
'Alias Grace' es una miniserie de seis episodios basada en la novela homónima de Margaret Atwood. Nos encontramos con el resultado de la fascinación de la autora por un caso real que sacudió, en el siglo XIX, a la sociedad del Alto Canadá: el asesinato en 1843 de Thomas Kinnear (Paul Gross) y su gobernanta Nancy Montgomery (Anna Paquin) por parte de Grace Marks (Sarah Gadon), una de las criadas de la casa.
Atwood coge el caso real y le introduce un coprotagonista: el Dr. Simon Jordan (Edward Holcroft), un alienista que es contratado por un comité metodista para entrevistar a Grace, estudiar su psique e intentar esclarecer los hechos cara a un posible perdón. Para ello aprovechará los momentos en los que ella está trabajando como sirvienta en la mansión del gobernador de la cárcel donde está presa.
Grace es la protagonista absoluta de la serie. El primer episodio de 'Alias Grace' se encarga de hacérnoslo saber. Compartiendo modo de narración con 'The Handmaid's Tale' (con la que tiene muchos puntos en común), es la tranquila voz de una enorme e hipnótica Sarah Gadon la que nos introduce, según va relatando al psicólogo esas vivencias pasadas, en el universo de la ficción.
Si el primer episodio es fantástico, el segundo te atrapa y no te suelta. Esta segunda parte está centrada en la amistad de Grace con Mary, una de las otras criadas de la casa en la que estuvo y sirve para, por si había dudas, reforzar los temas principales de la serie: la igualdad de sexos, la historia de la mujer, la lucha de clases, la identidad y la dualidad.
De hecho 'Alias Grace' quiere que nos planteemos si se corresponde lo que decimos y pensamos con nuestros actos. Grace es una narradora tramposa que construye su historia a través de sus más o menos vagos recuerdos y jugando con la percepción que tiene la sociedad de ella. ¿Es una asesina o una chica dulce incapaz de romper un plato?, ¿o es ambas cosas? Pero no solo es cuestión de Grace ya que esta idea navega por el resto de personajes.
También hay que destacar la magnífica labor de Sarah Gadon como Grace. Es una gran clase de interpretación tanto en lo vocal como en lo gestual. Edward Holcroft, su entrevistador, pasa algo más desapercibido en comparación, pero es el personaje a través del cual conocemos más a la protagonista. La fascinación del Dr. Jordan por Grace va de la mano con la nuestra.
Todo esto con una narrativa audiovisual delicada que hace que te sumerjas por completo en la serie. La verdad es que no sé muy bien si esto viene más por parte de Atwood o por los méritos propios de Sarah Polley que se ha encargado de trasladar a la pantalla de forma sublime esa Alto Canadá llena de pinceladas del género gótico que aparece en la novela.
Algo que no podía haber logrado sin una notable labor de Mary Harron, la directora de la serie. Aunque quizá no tenga tanta fuerza visual, sí que hay algún momento bastante inspirado y que ayuda a que 'Alias Grace' sea una joya que merece ser descubierta. Es una obra magnífica que propone todo un abanico de reflexiones interesantes a la vez que pone en tela de juicio tanto el papel de la mujer en la sociedad como nuestras perspectivas e introspecciones sobre la gente que nos rodea y sobre nosotros mismos.
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