‘Vértigo’ (‘Vertigo’, Alfred Hitchcock, 1958) nació de la desilusión del director británico por no poder adaptar la novela que terminaría siendo una de las películas más famosas del cineasta Henri-Georges Clouzot, ‘Las diabólicas’ (‘Les diaboliques’, 1954). Cuando los autores del libro, Pierre Boileau y Thomas Narcejac, se enteraron de ello enseguida se pusieron a escribir ‘D’Entre les morts’ teniendo en mente al cineasta, quien sin duda supo aprovechar el material al máximo.
Es ‘Vértigo’ una película adelantada a su tiempo, tanto que aún a día de hoy parece pertenecer a otra época no concreta. Con el paso de los años, la fama de la película, que no fue en su momento precisamente un éxito, ha ido creciendo tan poderosamente como las inolvidables imágenes que la bañan, algunas de las más icónicas de la historia del cine, descubriendo nuevos matices en cada nuevo visionado y aguantando sin rubor el estoico paso de modas, estilos y costumbres. Una obra atemporal en el sentido literal del término.
Al principio Hitchcock quería hacer la película con Vera Miles, su nueva obsesión femenina, pero cuando la actriz le comunicó que estaba embarazada tuvo que prescindir de ella decantándose por Kim Novak, con la que tuvo bastantes problemas de entendimiento en el rodaje. Con todo, la actriz nunca ha salido tan guapa como en el presente film, la historia de obsesión de un detective hacia una fascinante mujer de la que se termina enamorando. Un tipo de obsesión que Hitchcock podía entender muy bien y así lo tradujo en imágenes.

La premisa de ‘Vértigo’ —obviaremos el título español que hace referencia a la novela, ‘De entre los muertos’—, sigue al detective John “Scottie” Ferguson, tras los maravillosos títulos de crédito —primera colaboración con el gran Saul Bass—, por encima de los tejados de la ciudad de San Francisco en plena persecución policial. En un salto Scottie queda colgando del borde y el espectador es testigo de su enfermedad: acrofobia. Scottie tiene miedo a las alturas. Hitchcock va mezclando dicha enfermedad con el vértigo, que es la ilusión de movimiento de lo que nos rodea.
Scottie aceptará el encargo de un viejo amigo al que hace tiempo no ve. Vigilar a Madeleine (Kim Novak), la esposa de aquél, que se comporta de forma extraña, como poseída por el espíritu de una antepasada, Carlota Vallés, que se suicidó. A regañadientes, Scottie acepta y será definitivo en su decisión el primer encuentro con Madeleine en un restaurante. Queda completamente fascinado por ella y ya no se la quitará de la cabeza. Lo que sigue es un entramado de suspense y psicología, tan del gusto de su director, pero que pocas veces ha estado tan equilibrado como en ‘Vértigo’.
Suspense y puesta en escena
El gran cambio que el director realiza con respecto a la novela es introducir el elemento sorpresa a mitad de metraje, conjuntado con un elemento que se adelanta a su obra más famosa, ‘Psicosis’ (‘Psycho’, 1960): matar a la protagonista femenina a mitad de la función, y dar paso a Judy (también Kim Novak), que despertará los fantasmas personales de Scottie. En el libro no se descubre hasta el final que Madeleine y Judy son la misma persona, y que todo ha sido una treta para engañar al detective para tener así un testigo del aparente suicidio de la mujer. Hitchcock dudó mucho de ese cambio y por una vez una imposición de la productora benefició a la película. La explicación es sencilla.

Hitchcock siempre mantuvo que el suspense se producía cuando el espectador poseía información desconocida por el personaje, y aquí lo lleva al extremo. ‘Vértigo’ se divide en dos partes bien diferenciadas separadas por la muerte de Madeleine. Justo después de la primera charla con Judy, ésta se queda sola en su apartamento, y acto seguido hace lo que parece una confesión al espectador, intentando explicar en una nota todo el plan llevado a cabo para el engaño, nota que destruye, dando paso a una de las pasiones amorosas más destructivas que ha dado el cine y un muy inteligente juego de alegoría sobre el propio arte.
Una vez más Hitchcock se luce en la puesta en escena, con la perfecta armonía en todos sus elementos. Una perfecta conjunción de vestuario —de Edith Head, cómo no—, fotografía —con uno de sus eternos colaboradores, Robert Burks, y banda sonora, a cargo de Bernard Herrmann, para el que suscribe el compositor cinematográfico por excelencia, en la que muy probablemente sea la mejor banda sonora que hizo, combinando a la perfección el suspense de la historia con el romanticismo.
Esos tres elementos principalmente elevan al máximo el juego de espejos que propone Hitchcock enfrentando ambas partes de la película, primero la investigación/fascinación tras Madeleine, y luego el recuerdo imborrable de la misma que lleva a Scottie al mismo centro de una enfermiza obsesión. Recordemos la primera vez que ve a ambas, Madeleine de perfil —una de las tomas preferidas del director con todas sus actrices— hacia la derecha, y más tarde Judy en su apartamento mirando hacia la izquierda. Las dos caras de la misma moneda.

Las luces, el color, una ciudad
Creo que Robert Burks nunca ha estado tan inspirado, con ese rojo intenso del restaurante donde vemos a Madeleine por primera vez, marcando la incipiente pasión que sentirá Scottie por ella; o el neón verde que hay en la fachada del apartamento de Judy, y que la viste con cierta aureola onírica al salir del baño, disfrazada por primera vez como Madeleine. El efecto es casi embriagador, efectivamente Madeleine, en la mente de Scottie y ante el espectador, parece regresar de los muertos. El beso posterior, con un giro de cámara de 360 grados —en realidad giran ellos sobre una plataforma— es uno de los más pasionales de toda la historia. Un beso que une pasado y presente.
El escenario también es crucial, como toda la ciudad de San Francisco ofreciendo su enigmática belleza a una historia que va más allá del suspense, el cual casi parece un MacGuffin para contar realmente la historia de una obsesión. Destaca el seguimiento de Scottie a Madeleine por las calles de la ciudad durante unos quince minutos y prácticamente sin diálogos, en cuyo tramo sucede una de las situaciones más extrañas del film, aquella en la que Madeleine se mete en un hotel, y al poco la recepcionista confiesa a Scottie que nadie ha entrado allí y demostrándolo al ir a la habitación, que dice estar vacía. O la recepcionista es una cómplice de todo el entramado, o simplemente no es una persona fiable. En cualquier caso, dicho suceso aumenta el misterio, proporcionando más incógnitas.
James Stewart y Kim Novak se compenetran a la perfección en la película de Hitchcock que menos secundarios de peso tiene —sólo Barbara Bel Geddes como la eterna amiga de Scottie, enamorada de él, y cuya última aparición es desoladora—. Una compenetración incluso retorcida al producirse entre tres personajes, Madeleine/Scottie/Jydy. Un menage a trois tan enfermizo como fantasmagórico y cruel, que alcanza su clímax en la secuencia del medallón, cuando Scottie descubre todo. Atención a las expresiones de Stewart en ese instante.

Puro cine
Al ponerle el medallón, que es una de las joyas de la antepasada de Madeleine, Scottie “ve” la verdad en el espejo, donde reside Madeleine, la mujer que nunca existió y que regresa a él de la forma más retorcida posible. Judy está enamorada de Scottie y aguanta su obsesión de convertirla poco a poco en Madeleine por amor. Con Judy, Scottie realiza una segunda búsqueda, esta vez dentro de sí mismo, de sus recuerdos. Todo se repite y cuando el plan se descubre, el drama vuelve a hacer acto de presencia.
La escena final en el campanario es la catarsis definitiva, aquella en la que Madeleine regresará definitivamente, para hacer lo que Scottie creía, morir. Una ironía que deja a nuestro protagonista al borde mirando al vacío, sin miedo, con su enfermedad, y por ende su obsesión, curadas definitivamente. La sensación de acrofobia/vértigo ya no se produce, y Hitchcock deja el plano estático con Herrmann hurgando en nuestras emociones.
‘Vértigo’ no fue muy bien recibida en su momento —Hitchcock echó la culpa a Stewart, con el que no volvería a trabajar—, hasta que la crítica francesa, una vez más, la reivindica como la obra maestra que es. Un film que seguirá sorprendiendo dentro de muchos años, por su perfecto equilibrio ético/estético, y en el que la narración cinematográfica alcanza cotas nunca imaginadas, más allá de su trucajes. La famosa sensación de vértigo se realizó combinando un zoom con un travelling hacia atrás de la cámara.
Ese es el truco, pero muchas veces es mejor no saberlo, porque al igual que Scottie con su obsesión, en cuanto se descubre el truco, se pierde la magia. Y he ahí una de las grandes bazas de una película como ‘Vértigo’, cuyo poder de fascinación se debe al ingenio de un director que, a diferencia de otros muchos, sabía lo que hacía con la cámara, encandilar al público.
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19 comentarios
joseantonio1975
Todo dicho ya de esta cima del cine.Sigue y seguira sorprendiendo dentro de muchos años.La posicion de la camara en esta peli no es normal.Es algo alucinante...
fresh14
Espera... ahí va... OBRA MAESTRA ABSOLUTA
tomy12ck8
Empiezo diciendo que Hitchcock es un buen director y de merecida fama, clave en la historia del cine y con grandes películas.
Pero Vértigo... ains. La chorrada más mitificada jamás filmada. O como hacerlo todo mal y justicicarte diciendo que en realidad se trata de una ensoñacion de James Stewart.
Y doy mis motivos para pensar así, empezando con el argumento risible con más agujeros que un queso gruyer: ya al conocerse y tras un par de palabras los protagonistas se aman locamente; nadie al ver el cadaver es capaz de darse cuenta de que no se trata de su mujer, ni su propio marido; Novak es tan tonta de llevar el colgante de la muerta sabiendo lo identificativo que este era; ningún policía se da cuenta de que murió extrangulada y no por la caida. Una de las peores actuaciones que he visto de un actor que adoro, James Stewart... Pero bueno, vamos a obviar todos estos fallos, ¿y qué nos queda? ¿Una película sobre amores enfermizos y necrofilia?
Y para colmo de males aburrida como ella sola, con ritmo pésimo, que te hace caer en la ensoñacion para ver si así obvias todos sus fallos, mientras vemos a la nueva musa rubia cambiarse de vestido cada 5 minutos.
PD: La escena cuando ella cae del campanario es de auténtica mofa, de lo mal hecha que está.
Ahora fusiladme a negativos, oh magnánimos fans de Hitchcock, o rebatirme si os atrevéis.
luissss
Obra maestra. Juguetona, cruel y con unas insinuaciones psicopatológicas perversas, tal vez las más rotundas de su carrera junto a las de 'Marnie', 'Psicosis' y 'Los Pájaros'. Desde aquí aprovecho para reivindicar la fascinante 'La leyenda de Lylah Clare', que es una especie de secuela bastarda (y metacinematográfica) de 'Vértigo', también con una maravillosa Kim Novak en el reparto. Saludos.
loula2
Tan interesante como curiosa, llena de matices que te enganchan e intrigan. Probablemente la mejor del tío Alfred y una obra maestra del cine.
Y el trabajo de Saul Bass, de antología!!
Tanto como el de la banda sonora de Herrmann, tan apropiada.
pilar62
Para mi, la mejor película de Hitch. La que presenta de manera más extensa el catálogo de obsesiones del director.
Hitch coge la historia central de una novela discreta (o al menos me lo pareció cuando la leí hace más de 20 años)y la utiliza como excusa para contarnos (mejor dicho para hacernos sentir) todo el catálogo de obsesiones éticas, estéticas, psicológicas y morales del director a través del uso de elementos de puesta en escena (por ejemplo, el uso del punto de vista) . Además de una de las historias de amor más enfermizas que ha dado el cine.
La muy recomendable película "Fascinación" de Brian de Palma siempre me pareció un remake encubierto de esta película. Y donde se ve de manera más clara (probablemente por la similitud temática) que, pese a que a De Palma siempre se le ha etiquetado de hitchconiano, sus inquietudes (lo que quería expresar con la historia) eran muy distintas a las de Hitch-
Black Emperor
Excelente crítica de una de las películas más profundas de toda la historia del cine. Me quedo con lo de "Un menage a trois tan enfermizo como fantasmagórico y cruel". Sorprende que una película tan bella pueda llegar a ser tan retorcida.
La banda sonora es otro mundo. Mi favorita.
Jonesjr.
La película más controvertida de Hitchocock, creo que deja al espectador tan desorientado como el protagonista; me ha gustado, no me ha gustado, no la he entendido, esto quería decir ésto o aquelo... No deja indiferente a nadie, películac, como pocas, digna de un exaustivo analisis y estudio. Seguro que para el propio Hitchcock muchas cosas tenían nignificados que ni a nadie se le habrán pasado por la cabeza.
Insólita.
alforte
Dentro de los múltiplos hitos que consigue alcanzar este film es que se trata de la primera película de autor financiada integramente por unos grandes estudios. Ole tus Huevos Hitch!!!!
Aunque luego el no ser el éxito de taquilla a las que Hitchcock tenía acostumbrados a los productores le pasó factura para llevar a cabo futuros proyectos (Psyco, Kaleidoscope...)
scarface1992
Una de las mas grandes obras maestras de todos los tiempos. No hay palabras (por más que la crítica sea estupenda) para describir este pedazo de arte en movimiento.
Douchebag Rises
gran pelicula grande hitschcock idolo maestro