‘Al descubierto’ (She said, 2022) es una nueva película periodística que Universal estrena el 28 de diciembre. Dirigida por Maria Schrader y adaptada según el libro ‘She Said’ por Rebecca Lenkiewicz, ha sido producida entre otros por Brad Pitt, Dede Gardner y Jeremy Kleiner para Plan B y recorre la investigación de acoso sexual en Hollywood que desenmascaró al productor norteamericano Harvey Weinstein y parte de la estructura que permitía su modus operandi.
Protagonizada por Carey Mulligan y Zoe Kazan, cuenta cómo las periodistas del New York Times Megan Twohey y Jodi Kantor publicaron en 2017 un artículo que rompió con décadas de silencio sobre las fechorías del dueño de Miramax. Un drama que elabora desde el punto de vista de las periodistas, adaptando la memoria firmada por ambas sobre la historia de acoso, abuso y agresión sexual del productor que estuvo durante años bajo el amparo de gigantes de Hollywood.
El periodismo como palanca contra el silencio
‘A descubierto’ raspa por ser muy contemporánea, adaptando eventos que ocurrieron hace solo cinco años, tratando una materia difícil, porque no deja de centrarse en temas de agresión sexual y violencia masculina contra mujeres que siguen teniendo voz en el caso, y tratándose de una persona poderosa que aunque fue sentenciado a 23 años de prisión por cargos de agresión sexual y violación en tercer grado, pertenece a una estructura orgánica y latente que no deja de tener cierta responsabilidad compartida nunca reconocida.
La película comienza con una escena sin diálogos en la Irlanda en 1992, donde una joven que camina por la costa se topa con un lugar de rodaje de época con soldados del siglo XVIII y viejos barcos de madera, poco después hay un corte, y la vemos corriendo por una calle, angustiada, como si la persiguieran. Una secuencia que prepara para lo que vamos a ver, la historia de muchas de estas mujeres que han macerado trauma en secreto durante 25 años. Un inicio prometedor, pero que da paso al ABC del cine de periodistas y casos más familiar.
Tenemos un dilema por resolver y exponer al público, dos protagonistas inteligentes, obstinadas y persistentes para investigarlo, y un ovillo que se va desenredando a base de escarbar en los lugares indicados. Sumamos consejo de abogados y dificultades legales a las que hay que enfrentarse cara a cara y ‘Al descubierto’ no se diferencia mucho de otras historias basadas en eventos de la vida real como ‘Todos los hombres del presidente’ (1976) y ‘Spotlight’ (2015), aunque la comparación no le resulte muy favorecedora.
Un caso que aún trae cola
La película no mantiene demasiada tensión, porque todos sabemos por las noticias cómo termina la historia de Kantor y Twohey, por lo que la atención recae en el trabajo de las protagonistas Zoe Kazan y Carey Mulligan, quien ofrece aquí una extensión más madura de su papel en ‘Una joven prometedora’, logrando transmitir mucha historia con la mirada, indicando que su personaje tiene una conexión especial con el caso por razones que dejan mucho a la imaginación.
Quizá es lo más interesante de un punto de vista centrado en las mujeres que a veces da la impresión de reducirse a tener que equilibrar su vida con el lado absorbente del trabajo, en el que se subraya constantemente que son madres. Un elemento algo reduccionista que se equilibra por la perspectiva respecto a las víctimas que entrevistan, que la mayor parte de las veces, efectivamente son también madres. El momento más significativo de esta zona temática es cuando el personaje de Mulligan confronta su maternidad, como si afloraran los horrores con los que trata a diario.
‘Al descubierto’ es sutil en ese aspecto, dejando entrever que la razón por la que uno de los principales testigos decide dar la cara es la relación con sus hijas, y la importancia de la inocencia infantil con respecto al daño que cursa a edades no tan maduras. No es casualidad que todo lo que vemos sean niñas. Y en este aspecto la película es impecable, pasando mucho tiempo enfocándose en las víctimas de Weinstein, desde celebridades de alto perfil hasta personas como Zelda Perkins y Rowena Chu, cuyas historias se dejan al margen en las discusiones sobre agresión sexual en la industria.
Dando voz a las mujeres anónimas
El guion se asegura de elevar las voces de las más vulnerables, trasladando el miedo que Weinstein era capaz de provocar, el impacto de su conducta, tanto profesional y emocionalmente, y el vínculo entre las mujeres en el momento de compartir sus historias, con algunas imágenes embrujantes de sus declaraciones en off sobre imágenes de los lugares en los que tuvieron lugar los distintos asaltos, puede que más poderoso que cualquier recreación gráfica que pudieran haber representado.
Pese a la importancia de esas voces menos reconocidas, hay un gran espacio para las historias de Rose McGowan y Ashley Judd, quien se retrata a sí misma en un momento metacinematográfico extraño, que nos hace conectar con el eco cercano del momento pero también hace que resulte una empresa oportunista. Hay que reseñar que entre los productores de la película se incluye Brad Pitt, quien trató de confrontar a Weinstein cuando estaba saliendo con Gwyneth Paltrow, con quien el productor parece especialmente obsesionado en el momento de declarar a periódico.
La premisa explora varios temas delicados, como la misoginia, el racismo, las agresiones sexuales y las diferentes formas en que las personas en puestos de poder pueden obtener lo que quieren gracias a un sistema jerarquizado por el capitalismo. No tenemos más que un vago vistazo a Weinstein, pero su presencia no deja de estar presente en cintas de audio o llamadas telefónicas. El hecho de que su segundo juicio esté actualmente cursando en Los Ángeles añade una dimensión vigente a su aparición.
Un registro apresurado
‘A descubierto’ trata también los acuerdos de confidencialidad y otros medios de coerción para silenciar a los posibles acusadores, lo que permitió que el magnate de Hollywood continuara actuando con impunidad, pero no acaba de rascar en la idea más jugosa que sobrevuela en algunos momentos de la investigación, la responsabilidad de los grandes para tratar de encubrir las fechorías de su manzana podrida. No olvidemos que Miramax fue adquirida por Disney en 1993, no mucho después de algunos de los asaltos que aparecen recopilados.
Kantor y Twohey ganaron sendos premios Pulitzer por su trabajo en la historia que sacó a la luz los relatos detallados abusos de Weinstein y otros incidentes pero hay cierto tono autocongrutulatorio en la hazaña, hasta el punto en el que se menciona el trabajo de Ronan Farrow, pero se subestima de forma sorprendente, no solo porque llegó primero, sino porque tuvo que lidiar con los bloqueos de NBC News antes de publicar su pieza en el New Yorker.
‘Al descubierto’ es informativa, pero falla cuando trata de asemejarse a los grandes thrillers políticos periodísticos de los 70, con tímidos intentos de crear peligro, con escenas anecdóticas de coches siguiendo a las protagonistas que no tienen continuidad como para crear una sensación de amenaza. De cualquier manera, es un testamento informativo y relevante sobre a crónica de una caída que ayudó a aumentar la vigilancia y ayudó a que varias figuras de Hollywood de alto perfil como Les Moonves, Kevin Spacey, Matt Lauer o Brett Ratner fueran neutralizados tras decenas de denuncias.
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