'AJ and The Queen': una serie de Netflix tierna y disparatada, donde RuPaul quiere acercar la cultura drag al gran público

'AJ and The Queen': una serie de Netflix tierna y disparatada, donde RuPaul quiere acercar la cultura drag al gran público

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'AJ and The Queen': una serie de Netflix tierna y disparatada, donde RuPaul quiere acercar la cultura drag al gran público

Las primeras críticas que leí sobre 'AJ and The Queen', la serie que RuPaul ha estrenado en Netflix, fueron nefastas. Devastadoras. Que si era pésima, que si cómo han podido hacer algo así, que cómo un multiganador de premios Emmy ha hecho esta serie... Vamos, lo suficiente para que me faltase tiempo de ir a buscarla a Netflix y ponerme con ella, porque una es fan de 'RuPaul: Reinas del Drag' (RuPaul's Drag Race) y ya va necesitando su dosis.

Y a ver. HABER. Que buena, lo que se dice buena, pues no es... pero una cosa digna de borrar del mapa, pues como que tampoco. 'AJ and The Queen' es una serie ideal para poner al final del día el encefalograma plano y acabar cada capítulo con una sonrisilla.

Un agradable viaje que funciona como caramelito para fans de 'RuPaul: Reinas del Drag'

Es una serie tontorrona, muy exagerada a posta, llena de moralinas todas muy americanas, y que tiene su buena dosis de gaywashing, sus momentos de risas y sus momentos pochos. No sorprende que haya sido cancelada y solo vaya a constar de una temporada.

'AJ and The Queen' cuenta las aventuras de Robert, a quien da vida RuPaul, y cuyo nombre artístico es Ruby Red, una drag queen neoyorkina cuya pareja resulta ser un timador que le deja sin blanca, lo que le obliga a emprender un viaje en furgoneta por varios clubs de drags de la América profunda, para así sanear su situación económica.

Todo se complica cuando en su vehículo aparece un inesperado polizón: AJ, su vecina de 10 años, hija de una prostituta drogadicta a quien acaban de desahuciar, que se entera de que la ciudad donde vive su abuelo es una de las paradas de Robert. Bajo esta premisa, esta extraña pareja comienza una aventura llena de momentos disparatados.

'AJ and The Queen' funciona como un caramelito para fans de 'RuPaul: Reinas del Drag' ya que en cada parada de su viaje tienen lugar cameos de un montón de participantes del premiado talent show (también se puede ver en Netflix).

Ver a drags como Bianca del Rio, Alexis Mateo, Valentina, Jinx Monsoon, Katya, Chad Michaels, Latrice Royale o Trinity 'The Tuck' Taylor, por nombrar solo unas cuantas, ha supuesto un tierno guiño a la factoría RuPaul y al programa que ha puesto el talento del travestismo en el mapa.

Del protagonista hay poco que decir que no se haya dicho ya: RuPaul es un actor exagerado, histriónico, y que aprovecha cada foco que recae sobre él, esté actuando o no, vaya o no vestido de drag, para soltar absolutamente todas sus frases más clásicas (why gotta be blaaaack?). Es un tipo elegante y algo estirado cada vez que se mete en el papel de Robert, y una drag queen deslenguada cuando se viste de Ruby Red.

AJ y Coco Butter, las grandes estrellas de 'AJ and the Queen'

Pero la serie nos tenía reservadas dos grandes (y gratas) sorpresas. El personaje de AJ, interpretado por Izzy G. Aunque te lo presentan como un niño, Amber Jasmine Douglas es realmente una niña que ha tenido que aprender a sobrevivir en las circunstancias más desfavorables para una persona de su edad.

Aj And The Queen

Repelente en ocasiones, odiosa al principio, pero con una gran evolución durante toda la serie, AJ nos roba un poco el corazón en cada capítulo. Y, aunque de primeras parece que jamás podrían encajar, la relación extrañamente paternofilial que va forjando con Robert episodio a episodio, resulta de lo más tierna. Su personaje supone toda una ruptura de roles de género que deja clara desde el principio una de las intenciones de la serie: transmitir un mensaje inclusivo, a ningún personaje se le debe juzgar por su fachada.

Por otro lado, Coco Butter, la drag queen ciega con quien comparte piso el protagonista y a quien encarna el veterano actor de Broadway Michael-Leon Wooley. Si hay un secundario que ha sabido sacarnos carcajadas en la serie, ha sido éste.

Eterno mejor amigo y compañero de casa de Robert, Louis, como se llama en realidad, es el personaje más carismático de la serie, y los gags sobre la ceguera de una drag queen, pese a lo previsibles que resultan, no fallan. Pero no todo son risas: el flashback que recuerda cómo perdió la visión (en pleno escenario, con una subida de azúcar causada por la diabetes que padece) es uno de los momentos más duros de la serie.

Coco Butter

Así que, sin ser ni de lejos una de las series que veremos nominadas a los próximos premios Emmy y que se acabarán convirtiendo en imprescindibles, 'AJ and The Queen' resulta una agradable comedia para amantes de las clásicas divas del pop, de las lentejuelas y de los números musicales. Porque, eso sí, ni un capítulo se libra de su lipsync.

Es una ficción que, de manera muy exagerada y teatral, pretende acercar al gran público a la cultura drag, algo en lo que el propio RuPaul lleva trabajando décadas y que, ahora más que nunca, está consiguiendo.

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